OPINION
De ladrones y brujas
Por Juan S. Pegoraro* |
Esto
de meterle bala a los ladrones que propusiera el vicepresidente de la
República y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires suena casi como una
maldición bíblica y una guerra santa.
Es cierto que tal maldición la descarga sobre los ladrones pobres pero de todas maneras
existe el peligro de que por algún efecto no deseado se incluya a todos los ladrones y
esto es muy riesgoso para la vida institucional; si se los incluye, se corre el peligro de
desatar una guerra civil. Imaginemos un escenario donde se metan balas a todos
los ladrones, sean éstos pobres o, entre otros, los que se apropiaron de los casi 100.000
millones de incremento de la deuda externa en estos años que enriqueció a unos pocos y
que debemos pagar todos. Estos sí que no van a aceptar que los baleen así nomás.
Creo que el señor Ruckauf no ha medido sus palabras. Yo le pediría que sea más
prudente, que piense en el futuro del país, en el futuro de los acreedores que no
querrán a sus deudores muertos y tener que lidiar con los herederos, en fin, que piense
un poco más antes de decir estas cosas y que tenga en cuenta que cuando se meten
balas, éstas tienen un largo recorrido, o un recorrido errático porque es humano
errar y se la meten a gente que paseaba por el lugar, que fue atrapada entre dos fuegos,
que viajaba en un bus, que estaba comprando cigarrillos, en fin, lo que las nuevas guerras
muestran en el mundo, la muerte de civiles es ahora la que compone mayoritariamente el
número de víctimas. La lógica de la guerra, la de aniquilar al enemigo ya
la vivimos y todavía estamos sufriendo las consecuencias.
Esta manía de meterle balas a los ladrones pobres me hace acordar a lo que decía Marvin
Harris, un antropólogo funcionalista norteamericano sobre la quema de brujas
en la Edad Media: Sugiero que la mejor manera de comprender la causa de la manía de
las brujas es examinar sus resultados terrenales en lugar de sus intenciones celestiales.
El resultado principal del sistema de caza de brujas (aparte de los cuerpos carbonizados)
consistió en que los pobres llegaron a creer que eran víctimas de brujas y diablos en
vez de príncipes y papas. No obstante, me parece peligroso aferrarse a estas
maldiciones bíblicas y convocar a guerras santas que pueden tener interpretaciones
diversas en una sociedad de tantos pobres, de tantos ladrones, de tantas brujas, brujos,
príncipes y papas que andan por la city.
* Facultad Ciencias Sociales - UBA. |
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