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Graciela, Pinky y Mary tomaron el té de la paz y hacen planes juntas

Se encontraron   ayer en la casa
de la candidata  a gobernadora. Definieron el trabajo conjunto de sus equipos y programaron un acto en La Matanza.

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Por José Natanson
t.gif (862 bytes)  Lidia “Pinky” Satragno y Mary Sánchez se reunieron ayer en el departamento de Graciela Fernández Meijide y conversaron en un clima alegre, que ni siquiera pudo opacar la tarde gris, lluviosa y triste que se colaba por la ventana. Fue el primer encuentro luego de la conflictiva interna en la que Pinky le arrebató a Mary la candidatura a intendente de La Matanza. Convinieron en unificar el trabajo de los equipos técnicos, conversaron sobre los problemas del distrito y terminaron de arreglar los últimos detalles del acto del 21 de agosto. Sentadas en el living, entre taza y taza de té de mango, las tres mujeres iban dejando atrás los rencores del pasado.
La provincia de Buenos Aires es el distrito más complicado para la Alianza. Las encuestas conocidas en los últimos días le asignan a Fernando de la Rúa una ventaja astronómica a nivel nacional, de alrededor del 13 por ciento, pero estrechan la diferencia a tres puntos para la fórmula bonaerense. Aunque los últimos sondeos mostraron un leve ascenso de Graciela, lo cierto es que la candidata a gobernadora no ha logrado aún igualar en su territorio la ventaja que ostenta la Alianza a nivel nacional.
La Matanza, con un padrón de 800 mil votantes, es uno de los distritos claves para garantizar el triunfo de la fórmula bonaerense. Allí se concentró toda la atención de la interna del Frente Grande de julio en la que Mary fue derrotada por el concejal Herminio Bayón, quien le cedió su lugar a Pinky, una afiliada radical, con el argumento de que es la única capaz de derrotar al peronismo.
A principios de esta semana, por iniciativa de Graciela, las tres convinieron en reunirse para superar las antiguas asperezas y darle un envión decisivo a la campaña en el distrito más populoso de la provincia, hoy en manos del justicialismo.
Pinky llegó al departamento de Belgrano pasadas las cinco de la tarde. Después de los saludos, la locutora acompañó a Graciela a la cocina. Esperaban a que hirviera el agua para el té, abrían los paquetes de la panadería y conversaban distendidamente.
–Estamos en un buen momento. Hay que aprovecharlo –dijo Graciela refiriéndose al acto que la Alianza realizará el 21 de agosto en La Matanza. Con la presencia de la fórmula nacional y bonaerense, los organizadores confían en reunir 10 mil personas en el estadio de Deportivo Laferrere, en lo que constituirá el lanzamiento formal de la campaña en el distrito.
Escoltada por Pinky, Graciela llevó la bandeja con masas y sandwiches al living, en donde las esperaba Mary. La charla mezcló lo social con lo político. Comenzó con una definición que, aunque ya estaba tomada, todavía no se había conversado. Graciela se comprometió a que el Frepaso respaldará el recurso judicial por el que Bayón le cederá a Pinky la candidatura a intendente. Mary, titular del Frepaso bonaerense, aseguró que no habrá ningún problema.
Las tres dirigentes pasaron a uno de los puntos centrales del encuentro: la necesidad de compatibilizar el trabajo de los equipos técnicos, que hasta el momento no se reunieron.
–Yo tengo un grupo de gente que estudió mucho los problemas del distrito. La cosa está bastante difícil. Tenemos una radiografía, un diagnóstico bastante profundo. Es como un panorama. Cuando quieras te alcanzo los disquetes –dijo Mary. Y ofreció los nombres y teléfonos de sus colaboradores.
La descentralización municipal fue el tercer tema de la reunión. Graciela explicó por qué cree que hay que avanzar en la reforma de las comunas, uno de los ejes centrales de su campaña. Pinky, que llegó a la provincia de la mano de Rodolfo Terragno, responsable de la plataforma de la Alianza, se mostró inmediatamente de acuerdo. Cuando la charla promediaba, Mary comentó que en pocos días viajará a
Barcelona para participar de un encuentro de educadores.
–Es una ciudad hermosa. Mis padres son catalanes –dijo Pinky.
–¿En serio? Yo nací ahí, llegué a la Argentina cuando era muy chica. A mí me encanta Barcelona –señaló Mary.
El fin del encuentro lo marcó Graciela cuando anunció que la esperaba un auto para llevarla al acto de la Alianza en Ferro. Se levantaron y continuaron conversando durante unos minutos. A las siete y cuarto de la tarde, las tres se despidieron con esa extraña capacidad que tienen algunas mujeres que apenas se conocen para tratarse como si fueran amigas de toda la vida.

 

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