Página/12
en Uruguay
Por David Cufré
Desde Montevideo
Como era
previsible, el Mercosur echó mano al Plan B. Es decir, dejó para más
adelante las discusiones que no pudo resolver. La conclusión del encuentro de ministros
de Economía y de cancilleres de los cuatro países que tuvo lugar aquí fue una
convocatoria a dos nuevas reuniones de organismos técnicos del bloque regional. Los
cónclaves se realizarán los días 18 y 19 de este mes, y su tarea será la elaboración
de sendos informes para ser presentados, otra vez, a los ministros y cancilleres. Fue la
manera elegante que encontraron ayer los funcionarios de máximo nivel para evitar decir
que las controversias no pudieron ser salvadas, y que con ello se agiganta la
incertidumbre sobre el futuro del proceso de integración.
A esta altura, todos reconocen que las diferencias entre Argentina y Brasil son
insalvables en el corto plazo. Pero también afirman que el Mercosur es un objetivo
estratégico para ambos países, y que por ello su continuidad está asegurada.
En este momento, lo único que podemos hacer es dilatar las cosas. Con el recambio
de gobierno habrá mejor clima para negociar, reconoció en diálogo con Página/12
uno de los miembros de la delegación argentina. La fórmula diplomática para patear
hacia adelante la resolución de conflictos es organizar reuniones de equipos técnicos,
sin peso político, que preparen documentos cuyo destino es dormir en un cajón.
El lenguaje burocrático de la declaración final fue toda una muestra de cómo se puede
hablar sin decir nada. El Consejo del Mercado Común -señala el documento ha
decidido encargar a grupos técnicos que, en el ámbito de sus competencias, produzcan
sendos informes en un plazo de 30 días. El Consejo del Mercado Común evaluará sus
hipótesis y, a la luz de éstas, continuará el examen de la actual situación del
Mercosur y de sus perspectivas. Ni una palabra sobre limitar el comercio en aquellos
rubros donde las exportaciones brasileñas están dañando la producción argentina,
ninguna referencia a homologar los acuerdos entre empresarios en esa dirección, para
darles fuerza de ley dentro del Mercosur, y nada sobre que Argentina levante las
salvaguardias para textiles. En definitiva, los verdaderos motivos por los cuáles se
convocó a esta reunión de urgencia.
Sabemos que atravesamos una etapa muy compleja, pero quien ha estudiado el proceso
de integración de Europa sabe que situaciones como ésta siempre se dan. Y que se
resuelven cuando existe auténtica vocación integradora, como es claramente el caso del
Mercosur, sostuvo el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán. Guido Di Tella
compartió esa definición, al igual que el canciller uruguayo, Didier Opertti. Este
último admitió que todos recibimos constantes reclamos por parte de los
empresarios de nuestros países, muchos de ellos justos, pero nuestra tarea como
gobernantes es proteger el proceso de integración.
El contexto político en que se inscribe la crisis del Mercosur es el que describió el
canciller uruguayo. Por ejemplo, los industriales argentinos demandan al gobierno que los
proteja de la avalancha importadora desde Brasil, mientras que sus pares del país vecino,
por caso los textiles, reclaman que Argentina levante las salvaguardias que limitan las
importaciones de esos productos. La persistente y profunda recesión en los cuatro países
lleva a que ningún empresario quiera perder espacio frente a sus competidores de los
socios del Mercosur.
En lo formal, el 18 del corriente se reunirá el Consejo de Análisis de los Flujos de
Comercio. Los representantes de cada país llevarán los datos sobre la evolución del
intercambio de bienes. Los delegados argentinos intentarán demostrar que el brusco
incremento de las importaciones de calzados, textiles, papel, celulosa y productos
avícolas amerita acordar una limitación del comercio en esos rubros. Brasil, en cambio,
dirá que hasta la devaluación del real soportó el déficit de la balanza
comercialintraMercosur, y que ahora que la situación varió no hay por qué alterar las
reglas de juego.
La siguiente reunión será un día más tarde, por parte del Consejo de Coordinación de
Políticas Macroeconómicas. Una vez que ambos equipos concluyan sus discusiones, los
ministros volverán a encontrarse para analizar los resultados. El canciller uruguayo no
descartó que la siguiente instancia sea una reunión de jefes de Estado, aunque, de
concretarse, nunca sería antes de principios de octubre, a pocas semanas de las
elecciones en Argentina y Uruguay.
Uno a uno los puntos que no acordaron
Por D.C.
Desde Montevideo
La
reunión de urgencia de los ministros de Economía y cancilleres del Mercosur fue
convocada a pedido de Brasil, al estallar una crisis en el bloque entre ese país y la
Argentina. Había cuatro puntos en discusión, y en ninguno se alcanzó acuerdo.
Textiles.
Hace dos semanas, el gobierno argentino fijó salvaguardias y cupos para contener las
importaciones de textiles brasileños. En los acuerdos que dieron origen al Mercosur se
dispuso que ese sector, junto al agrícola, pueden ser protegidos a través de
salvaguardias, siempre y cuando se demuestre daño a la producción nacional de cualquiera
de los países en línea con los procedimientos que marca la Organización Mundial de
Comercio. Apelando a ese marco jurídico, Argentina aplicó la medida de protección. Sin
embargo, Brasil sostuvo que ello no se condice con el espíritu del Mercosur,
y reclamó que la norma fuera derogada. Argentina dijo no y ahora se irá a un tribunal
arbitral de la OMC.
Compensaciones.
Ante el fuerte aumento de las exportaciones brasileñas de calzados, papel, celulosa y
productos avícolas, Argentina solicitó que se acuerde una limitación voluntaria. Brasil
dijo no.
Privados.
Argentina propuso como segunda alternativa que fueran los propios empresarios de ambos
países los que acordaran frenar el comercio. Pero que esos convenios fueran homologados
dentro del Mercosur, para forzar a los gobiernos a hacerlos cumplir. Otra vez, Brasil dijo
no.
Calzados.
Los productores argentinos pidieron una reunión con sus pares brasileños. El objetivo,
otra vez, era frenar sus exportaciones. Por ahora los fabricantes del país vecino no
respondieron. |
Más duro que sonoro
A Guido Di Tella le gusta las frases pretendidamente ingeniosas más que
liderar estrategias serias de negociación. Ayer repitió esa costumbre al considerar que
Brasil más que duro ha sido sonoro en las discusiones que mantiene con la
Argentina en materia de mecanismos compensatorios para el comercio entre los socios del
Mercosur. Quien también buscó llamar la atención fue el candidato a presidente Domingo
Cavallo, quien ayer propuso la interrupción de las negociaciones, medida que seguramente
no hubiera impulsado durante su gestión en Economía. El ex ministro aclaró que esa
suspensión debería durar hasta que los países que forman el bloque regional
puedan crecer y fortalecerse. Mantener negociaciones ahora -apuntó
implica correr el riesgo de tener que adoptar medidas antipopulares, y eso pondría
a la población de los cuatro países a una posición contraria el Mercosur. Y
agregó, sin encuesta alguna que respaldara sus afirmaciones, que por lo menos en
Argentina (el bloque) es cada más impopular.
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