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VICTIMAS DEL DICTADOR SE REUNIRAN CON MILITARES
Un cara a cara con la verdad


El País
de Madrid

Por Manuel Delano
Desde Santiago de Chile

t.gif (862 bytes)  Por primera vez en la transición chilena a la democracia se tenderá un puente, endeble e incierto todavía, para cruzar el abismo que separa a victimarios y víctimas de la dictadura de Pinochet, al aceptar el comandante en jefe del ejército, el general Ricardo Izurieta, un diálogo entre miembros de las fuerzas armadas y un grupo integrado por algunos de los abogados especializados en causas de derechos humanos, que han representado abnegadamente a muchas de las familias de los ejecutados y detenidos-desaparecidos del régimen militar.
Previamente, estos abogados acudieron hasta el despacho del ministro de Defensa, Edmundo Pérez Yoma, el arquitecto de esta obra, a título personal y sin representar a las víctimas, y declararon su disposición a reunirse sin condiciones con los militares, para buscar verdad y justicia. Aunque Izurieta no irá a la reunión, sí lo harán abogados auditores del ejército. El diálogo se producirá la próxima semana, según fuentes de Defensa. Los sectores más radicales del Partido Socialista observan con desconfianza esta reunión y el Partido Comunista la rechaza, mientras que el resto del espectro político la respalda.
Los cinco abogados –Nelson Caucoto, Héctor Salazar, Verónica Reyna y Alberto Espinoza, que integran el equipo jurídico de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianos, y Pamela Pereira, hija– fueron enfáticos para aclarar que no están dispuestos a transar en la reivindicación de investigar la verdad, aplicar la justicia y no trabar la acción de los tribunales. “Este ha sido un paso muy difícil de dar”, afirmaron Caucoto y Pereira. La intención de los juristas es darles a conocer, a los militares que acudan al diálogo cara a cara, el detalle de algunos de los casos de violaciones a los derechos humanos, para intentar lograr que éstos entreguen información. Después de reunirse con el ministro Pérez Yoma, los abogados fueron a la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, que antes había rechazado acudir a una reunión en La Moneda con el gobierno para constituir una mesa de diálogo con los militares. En forma tácita, las dirigentes de la Agrupación aprobaron la actuación de los abogados, aunque aclararon que éstos no los representan.
Si bien los actuales mandos militares han declarado que carecen de información sobre el paradero de los detenidos desaparecidos, y de hecho la mayoría de los implicados en los crímenes de la dictadura ya está fuera de las filas, ellos sí pueden requerirla a quienes la tienen. Esa es, al menos, la apuesta de estos abogados y del gobierno. Las fuerzas armadas, y en especial el ejército, no tienen mucho que perder, pues el escenario que enfrentan es adverso. Con el general Augusto Pinochet detenido desde hace nueve meses en Londres, sin que su situación conmueva a la opinión pública, y un continuo desfile de ex militares acusados en los tribunales, por el cambio de actitud de los jueces y de la Corte Suprema, de que a pesar de la Ley de Amnistía los casos de desaparecidos no se cierran, pues se sigue cometiendo el delito mientras el cuerpo no es ubicado, los actuales mandos aspiran a cerrar el capítulo de los derechos humanos. El gobierno, entretanto, les ha advertido que el camino es el de la justicia o la entrega de la verdad.

 

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