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Por Verónica Abdala En 1947, un pastor que se desplazaba por el desierto de nram, en las proximidades del Mar Muerto, rompió una pequeña vasija y se asombró al comprobar que contenía un antiguo pergamino manuscrito. Lo que estaba muy lejos de imaginar aquel hombre era que se encontraba nada menos que frente al origen de lo que sería considerado luego como el descubrimiento arqueológico más importante del siglo. Poco tiempo después, y a raíz del hallazgo de aquella vasija, fueron encontradas once cavernas que escondían un total de ochocientos cincuenta pergaminos escritos en hebreo y en arameo de dos mil años de antigüedad. Es decir, que datan de la época del nacimiento de Cristo, e incluso son anteriores a éste los análisis realizados en base al carbono 14 determinaron que pertenecieron a la comunidad que habitó la región cien y doscientos años antes del nacimiento de Jesús, aunque hay otros escritos contemporáneos a éste, lo que los convierte en los documentos bíblicos más antiguos que se conozcan. El descubrimiento obligó a los estudiosos eruditos a revisar los conceptos y teorías sobre el origen del judaísmo y el cristianismo, al punto de que circularon rumores de tono apocalíptico que aseguraban que los pergaminos pondrían en jaque a las nociones sobre las que se apoyan las dos religiones tradicionales de Occidente. La historia del hallazgo de esos manuscritos, y la de las controversias que los rollos generaron, dieron pie a la realización de un documental que emitirá hoy a las 21 el canal TV Quality. El programa Los pergaminos del Mar Muerto, que saldrá al aire en el marco del ciclo Mitos y Misterios, cuenta con el testimonio de especialistas en el tema científicos, bibliotecarios, teólogos y profesores que, entre otras cosas, analizan los puntos en que la ciencia se cruza con la fe, y plantean una pregunta central: ¿hasta qué punto los hechos que da por ciertos la Iglesia se asientan en verdades históricas, y hasta dónde se apoyan en meras creencias religiosas? Los contenidos de los misteriosos manuscritos que fueron revelándose trabajosamente a los estudiosos y, en buena parte de los casos, gracias a modernas tecnologías, que permitieron el desciframiento son variados. Contienen desde recetas de cocina, hasta descripciones de época. Pero, además, reproducen fragmentos de textos anteriores al Antiguo Testamento, anuncian la llegada de un mesías y arrojan luz sobre algunos aspectos claves referidos a los orígenes del cristianismo. A poco de conocerse su existencia, los rollos se convirtieron en el botín de guerra de diversos grupos de académicos e investigadores. En 1953, les fueron otorgados a los integrantes de un selecto grupo integrado por veinticinco académicos de distintos países. Eso influyó en el hecho de que los pergaminos se convirtieran en materia predilecta de esoteristas y escritores y periodistas sensacionalistas que no sentían vergüenza al asegurar que éstos escondían desde secretos capaces de derrumbar a la Iglesia Católica se publicó un libro, por dar un ejemplo, titulado El escándalo del Mar Muerto, las revelaciones que hacen temblar al Vaticano- hasta la fórmula de la cura del sida (¡!). Por más descabelladas que pudieran parecer estas ideas, ningún miembro de la comunidad científica internacional estaba en condiciones de contradecirlas exceptuando a los integrantes de esa logia privilegiada que acaparó poder y dinero por tener acceso exclusivo a los manuscritos, porque no tenían acceso a esa información. Por sobre el derecho a la investigación de los documentos, primaban en ese momento intereses políticos y económicos de algunos grupos de académicos. Recién en 1973 se liberó la reserva de parte de los textos, en 1980 la Dirección de Antigüedades de Israel, propietaria de los rollos, autorizó a que se fotografiaran, y a principios de los 90 buena parte de éstos fueron traducidos y publicados en medios masivos. Sobre éstas y otras cuestiones reflexionan, en el marco del programa, especialistas como el profesor Robert Eisenmann, jefe de la División de Estudios Religiosos de la Universidad de California. Eisenmann, uno de los primeros académicos que observó los pergaminos, se hizo conocido tras haber elaborado una teoría en la que plantea que los pergaminos son obra de los primeros cristianos de la historia. El programa incluye, además de fragmentos de películas que abordaron el tema de los orígenes del cristianismo y de otras que recrearon la época de gloria del antiguo imperio romano, imágenes de las cavernas del desierto de nram y del Museo Rockefeller de Jerusalén, principal destino de los rollos sagrados.
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