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El TC ‘99 según José Luis Di Palma
“Traverso se aseguró el título,Ortelli no está andando parejo”

El ex-piloto internacional, ahora afincado en la popular categoría, analiza la marcha
del torneo, a seis días de la próxima carrera.

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Por Pablo Vignone

t.gif (862 bytes) El Campeonato Argentino de Turismo de Carretera de 1999 parece liquidado. Cinco veces campeón (en 1977, 1978, 1995, 1996 y 1997), Juan María Traverso lleva una notable ventaja sobre sus principales perseguidores, el desafiante Omar Martínez y el campeón Guillermo Ortelli, y apenas quedan por disputar 6 de las 16 carreras del calendario: 150 puntos en juego que parecen no alcanzar para destronar al Flaco. A una semana de la próxima carrera, en La Plata, José Luis Di Palma, que terminó séptimo en 1998 y aspiraba este año a pelear el título –aunque está también séptimo en este torneo– analiza para Líbero la marcha del TC, aunque está seguro de que el campeonato “está terminado”.
–¿Te parece?
–Síííííí, totalmente. Es que no se le puede descontar esa ventaja a Traverso. Hacé las cuentas: lleva 59,5 puntos a Martínez; ganando una carrera, sumás 25 puntos, pero cargás 30 kilos de lastre, de manera que los puntos no son reales... Para descontar los 60 puntos, tenés que cargar ochenta o noventa kilos, y no podés volver a ganar.
–Ortelli tiene 90 kilos de lastre y el tope es 120; puede ganar esas tres carreras y descontar más efectivamente...
–Sí, pero Ortelli no está andando parejo, creo que el auto, pesado como está, no lo acompaña.
–¿Martínez puede reaccionar y descontarle a Traverso?
–Yo creo que sí, que va a ganar una carrera más, y que va a terminar segundo dos o tres veces. Ahí puede haber algo de interés. Porque, por ahí, el Flaco se toca con alguien, pierde puntos y la cosa se vuelve a emparejar. Yo tengo fe de que algo así tiene que pasar. Porque, chance concreta no veo para nadie.
–Además de Martínez, ¿quién otro puede ganar carreras?
–Bessone, mi hermano Marcos, yo mismo, Etchegaray, Belloso, acaso Zanatta...
–¿Urretavizcaya no? Está a tu nivel en el campeonato...
–No, no lo veo bien últimamente.
–La polémica Traverso-Canapino, ¿le hace mal al TC?
–No, le da una pizca de sal: todo el mundo lo conoce al Flaco y sabe la seriedad con la que trabaja Alberto. Los coches de Canapino doblan muy bien. El Flaco se queja al pedo: si cree que el Ford está en desventaja, que me dé su coche a mí que yo le doy el Chevrolet.
–Hablando de eso, a comienzos de año parecía que, salvo el del campeón Ortelli, el tuyo era el Chevrolet de punta. Pero esa sensación no se repitió en el transcurso del año.
–El problema de este auto es el tren trasero, que nos viene aquejando carrera tras carrera y no se puede solucionar. Estuvimos trabajando con sensores de temperatura de gomas y hay una diferencia de un 25 a un 30 por ciento en la cubierta más caliente, atrás, lo que está marcando claramente que las gomas traseras vienen muy exigidas y se gastan, se pasan de temperatura, pierden adherencia y el auto no rinde.
–¿En potencia está bien?
–Siempre hay algunos motores que van mejor. El de Pablo Satriano que usa Marcos siempre tira mejor que el mío. A veces es el de Zanatta, a veces Traverso, Verna o Martínez. Pero el nuestro es parejo y no es malo. Dentro del equipo hay la seguridad de que no se tiene el motor más rápido pero sí uno para llegar siempre: yo llegué en las diez carreras del año, no se rompió nunca, y en todas, salvo Río Cuarto y Balcarce, arribamos entre los once primeros. La confiabilidad es lo que ha pagado dividendos como para estar prendido en el campeonato.
–El número 7 que tenés en las puertas, entonces, lo podés defender bien...
–Sí, pero no pienso tanto en el 7 como en obtener una victoria antes de fin de año; que tampoco hay que forzarla, tiene que darse sola.
–A esta altura en 1998, ya habías ganado, aunque de manera inesperada. Este año, más afirmado, pasó medio torneo y todavía no ganaste.
–Sí, pero el único que tiene la vaca atada con Chevrolet es Canapino, porque es el único que ganó; el que está más cerca, en todo caso, es mi hermano Marcos. Lo que pasa es que faltan Chevrolet en el TC. Si mirás la planilla de Balcarce, había 24 Ford y 12 Chevrolet. Hay disparidad, porque en Ford, Johnny (De Benedictis) logró cierta estandarización de los motores que permite, con un auto bueno, poder ganar; de este lado, hay más preparadores de la marca y el motor es más complejo, requiere más mantenimiento, gira a 1000 vueltas más, el tren de balancines está más exigido que el Ford, cuesta más mantenerlo.
–¿Es descabellado pensar en terminar entre los tres primeros?
–Yo quisiera terminar con el 1, pero es más lógico apuntar al 3.
–¿Por qué todavía no ganó tu hermano Marcos?
–Conductivamente ya está maduro para triunfar, pero su racha adversa ya forma parte del folklore del TC. Si en algunas de las tantas carreras que no ganó, hubiera pensado un cachitito en lugar de correr para la hinchada, ya habría ganado. Pero en este momento, que Marcos no haya obtenido una victoria es un poco el causante de que la gente se acerque y lo aliente. La falta de victorias le está jugando a favor en su relación con la gente.
–La verdad: después de correr en Europa y Estados Unidos, de haber arañado la posibilidad de subirte a un Fórmula 1, ¿no te sentís desperdiciado en el TC?
–No, estoy en una categoría que no es la de mayor nivel tecnológico (un papel que cumplen el TC 2.000 o la Copa de las Naciones) pero que tiene un gran desarrollo técnico, que tiene excelentes pilotos, es la que sigue el público, la que brinda mejores espectáculos; a los 33 años, creo que estoy en el lugar justo. Tal vez, si tuviera la edad de Esteban (Tuero) sería distinto, él debe estar sintiendo nostalgia por lo que hacía en el pasado...

 

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