Por Pedro Lipcovich Nena, ¿qué es esa
cosita que tenés ahí pegada? Nada, mami, nada... Nada menos que el
nuevo parche anticonceptivo, que entró en las últimas fases de investigación en Estados
Unidos. El parche, adherido a la piel, deberá cambiarse cada siete días: contiene las
mismas hormonas de la píldora pero, como la administración es semanal, disminuye el
riesgo de que la mujer olvide tomarla. Además, bajo supervisión médica, esta forma de
administración podría traer menos efectos secundarios a mujeres con hipertensión
arterial. Dentro de poco más de un año, el fármaco podría estar en el mercado.
Nuestras pacientes dicen que están muy satisfechas con el método, dijo la
doctora Sally Ward, directora de servicios clínicos de paternidad planeada de Minnesota y
Dakota del Sur, quien monitoreó los ensayos que, sobre varios cientos de mujeres,
efectuó la empresa farmacéutica Johnson & Johnson, que produce el 39 por ciento de
los anticonceptivos orales para el mercado norteamericano. Las pruebas están en la etapa
final y la empresa proyecta solicitar la aprobación de la Food and Drug Administration
(FDA) norteamericana a principios del año próximo. El dictamen del organismo podría
demorar un año o más.
El Evra Contraceptive Patch contiene las mismas hormonas estrógenos y
progesterona que los anticonceptivos orales, y su mecanismo de acción es el mismo
una vez que ingresan en el torrente sanguíneo. Lo que cambia es la forma de
administración, que con el parche es a través de la piel.
El parche adhesivo, que tiene la dimensión de una moneda de 50 centavos (de la
Argentina), puede adherirse en el brazo o, para aquellas que prefieran mantenerlo oculto,
en el abdomen o las nalgas. Gloria Feldt, presidenta de la Federación de Paternidad
Planificada de Estados Unidos, opinó que éste será un excelente método para las
mujeres que tienen dificultad en acordarse de tomar las píldoras. Por otra parte,
la píldora anticonceptiva puede causar náuseas y vómitos en algunas mujeres, efectos
colaterales que se reducen con el parche, ya que las sustancias no pasan por el aparato
digestivo.
Las pastillas anticonceptivas tienen un 99 por ciento de efectividad para prevenir el
embarazo cuando son correctamente tomadas. Sin embargo, hay estudios que muestran que el
veinte por ciento de las adolescentes que las emplean se olvidan de tomarlas por lo menos
dos veces por mes, observó Elof Johansson, vicepresidente del Population Council,
organización no gubernamental dedicada a la salud reproductiva. Este grupo está
desarrollando su propio parche anticonceptivo, por acuerdo con la compañía farmacéutica
Elan Corp.
Oscar Contreras Ortiz, profesor en la UBA y jefe del servicio de Ginecología del Hospital
de Clínicas, explicó a este diario que la sustitución hormonal puede hacerse en
distintas oportunidades en la vida de la mujer, con diversos objetivos: luego de la
menopausia, para proporcionar hormonas que la paciente no tiene; en la contraconcepción,
para inhibir el desarrollo del folículo ovárico e impedir así la ovulación.
Desde hace más de 30 años, esas hormonas se vienen administrando por vía oral,
pero ya desde hace varios años el método de parches sirve para el reemplazo hormonal, y
el mejoramiento en los parches abre la posibilidad de su uso como anticonceptivo. De todos
modos, todavía no está demostrada la efectividad del nuevo método, ya que la función
anticonceptiva requiere un nivel constante de hormona en sangre, que a veces la
administración transdérmica no asegura, previno Contreras Ortiz.
Sergio Papier, director asociado del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción
(CEGyR), señaló que en caso de que se logre poner a punto la vía transdérmica de
administración, las hormonas pasarán directamente a la sangre y se independizarán de la
absorción digestiva. Ya no deberán sermetabolizadas por el hígado, lo que resulta
ventajoso en pacientes con hipertensión.
Destacó Contreras Ortiz que todos los métodos tienen ventajas y desventajas: hay
mujeres de piel muy delicada que no toleran un parche durante siete días. Además
los parches podrían no ser del todo efectivos en mujeres que transpiren mucho.
Según un estudio realizado en 1997 por el Centro Nacional de Estadísticas para la Salud
de Estados Unidos, el 17 por ciento de las norteamericanas utiliza regularmente la
píldora anticonceptiva, mientras que un 11 por ciento recurre al preservativo masculino.
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