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Estamos de acuerdo. Hasta ayer se había puesto duro, pero súbitamente el líder palestino Yasser Arafat aceptó las propuestas israelíes para iniciar en tres semanas la postergada implementación del tratado de paz de Wye Mills. Pocas horas antes del anuncio, el mismo Arafat había advertido al premier israelí Ehud Barak que no se reuniría nuevamente si no se discutían puntos concretos del acuerdo. Según lo ofertado por Barak, la segunda fase del repliegue del 13 por ciento de Cisjordania comenzará en septiembre. Pero todavía podrían existir conflictos sobre la propuesta israelí de fusionar el cumplimiento total del acuerdo con la formulación de un plan de paz definitivo con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Arafat. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, postergó ayer su viaje al Medio Oriente luego de que Barak le pidiera tiempo para resolver sus diferendos con los palestinos. Parece que nadie tenía en carpeta la posibilidad de que Arafat aceptara el comienzo de la retirada en septiembre. El líder palestino, sin embargo, pareció dar una señal positiva cuando arrestó a tres dirigentes del grupo integrista islámico Hamas. Esta propuesta nos causa satisfacción, a pesar de que Barak nos había prometido aplicar los acuerdos desde el mes de agosto. Hasta ayer, los palestinos exigían el cumplimiento inmediato de Wye, y Arafat se había rehusado a reunirse con el premier israelí. Pero ayer Arafat anunció a la prensa que daba la bienvenida al plan de Barak, aunque la reunión sigue en suspenso. Sin embargo, Arafat exigió que Barak implementara íntegramente el acuerdo de Wye, por lo que podría haberse cuidado de no ratificar del todo a la propuesta israelí. Barak había afirmado que Israel realizaría en tres semanas el segundo repliegue, del cinco por ciento del territorio de Cisjordania, pero pidió a Arafat postergar la tercera etapa, prevista para noviembre, del siete por ciento restante. Su implementación dependería de la formulación entre palestinos e israelíes de un marco de principios para febrero del año próximo. Esta declaración serviría como el marco para la última y más difícil etapa de las negociaciones: la delimitación de las fronteras finales en Cisjordania y Gaza. Cuando Arafat telefoneó a Barak para notificarle de su cambio de opinión, fuentes israelíes afirmaron que no se hizo mención sobre este aspecto del plan de paz. Pero por lo pronto, Arafat dio ayer una señal de buena fe sobre su voluntad de cumplir el intercambio tierras por seguridad pactado en Wye Mills. Su policía detuvo a Ismail Abu Shanab, Abdel Aziz Rantisis y Ahmed Nimer, importantes dirigentes de Hamas que habían instado en los últimos días a los palestinos a que reanudaran la lucha armada contra Israel. Fuentes israelíes dijeron que las detenciones tienen por objeto dejar claro a Hamas que no han de reanudar los atentados terroristas contra Israel. Las detenciones vienen luego de un ataque de la organización terrorista palestina el sábado en el Hebrón, que dejaron a dos colonos judíos heridos.
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