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La mano dura de Patti no le sirvió ni para controlar a sus concejales

 

 

El bloque peronista se dividió. El
intendente quedó en minoría. Ya
se aprobó un repudio a sus piquetes.

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t.gif (862 bytes)  El intendente de Escobar, Luis Patti, suele hacer gala de su firmeza, aunque su “mano dura” no le alcanzó para disciplinar a los concejales peronistas de ese distrito, que en su mayoría decidieron no sacar los pies del plato y anunciaron que no acompañarán al ex subcomisario en su candidatura a gobernador por fuera de ese partido. La fractura del bloque legislativo que hasta hace poco respondía a su mando implica una pérdida de poder de Patti en su propio territorio, que quedó reflejada ayer mismo cuando el Concejo Deliberante repudió su propuesta de crear piquetes armados de civiles para garantizar la seguridad en la comuna.
Patti perdió el control del bloque de concejales peronistas de Escobar desde el día en que resolvió emigrar del PJ y crear el Partido Unidad Bonaerense para promover su candidatura a gobernador, aunque lo cierto es que hasta ahora nunca se había visto en el brete de tener que gobernar sin mayoría legislativa. La división del bloque que, si bien en su totalidad no lo acompañaba ya en su gestión pero tampoco le ponía obstáculos, cobra relevancia a la luz de las especulaciones sobre la eventual renuncia de Patti a su postulación a la gobernación provincial y su reincorporación a las filas del justicialismo.
El mismo Eduardo Duhalde alentó ayer la posibilidad de sumar a su proyecto presidencial a Patti, a quien las encuestas atribuyen una intención de voto a gobernador del orden del 10 por ciento. “Es posible que suceda”, dijo Duhalde, aunque no quiso revelar qué podía ofrecerle a cambio del apoyo a su candidatura y a la de Carlos Ruckauf para la gobernación bonaerense. “Cuando uno dice esto –se excusó– obstaculiza al que está negociando; se endurecen las posturas. Dejémoslo ahí.”
“Mi posición es irrevocable”, salió al cruce Patti y explicó que renunciar a su postulación para reintegrarse al PJ sería “irresponsable”, además de asegurar que tampoco está dispuesto a secundar a Ruckauf en la fórmula. El ex subcomisario dejó la puerta abierta a un acuerdo sólo “si Ruckauf quiere ser mi vice”, aunque sostuvo que “casi ni aceptaría que cumpliera ese rol porque ya tenemos candidato a vicegobernador (Gabriel Dreyfus) y, de reemplazarlo, estaría defraudando a la gente”.
Lo cierto es que a la polarización que amenaza con licuar su caudal electoral Patti suma ahora el problema de la pérdida de poder en su propio territorio. De tener un bloque de 13 ediles –que representaban la mayoría en el Concejo Deliberante de Escobar y que lo acompañaban en su gestión– se quedó de buenas a primeras con sólo 4. Los 9 restantes ratificaron su permanencia en el PJ y su consiguiente apoyo a la fórmula nacional Duhalde-Ramón “Palito” Ortega y a la provincial Ruckauf-Felipe Solá. Ese grupo de concejales lo encabezó el presidente de la bancada justicialista, Jorge Landau, quien se consagró como candidato a intendente de Escobar después de derrotar al postulante que alentó el ex subcomisario en la interna peronista del distrito.
Patti comenzó a sufrir ayer mismo en carne propia la dificultad de gobernar sin la venia del Concejo Deliberante, cuando ese cuerpo aprobó un repudio a su idea de armar a civiles para proteger Escobar y reclamó la urgente constitución en la comuna de los Foros Vecinales de Seguridad, a los que el ex subcomisario siempre se opuso. Sólo votaron en contra de la declaración los cuatro concejales que resolvieron atar su suerte a la de Patti, quien poco antes de la votación se hizo presente en el recinto y -en medio de una prolongada silbatina en su contra– sólo atinó a decirle a Landau que “si continúan los homicidios, insistiré con la creación de los piquetes civiles armados”.
Los ahora adversarios de Patti prometen que sus próximos días como intendente no serán fáciles. “Ahora está claro que no todos en Escobar están de su lado”, destacó a Página/12 Landau, quien anticipó que desde el bloque peronista “se promoverán una serie de pedidos de informes para demostrar cuál es la situación real que se vive dentro de distrito”. En el Concejo Deliberante de Escobar es un secreto a voces que el futuro deparará al intendente alguna que otra denuncia de corrupción.

 

Borocotó, el otro desertor
El desbande de hombres de su tropa no es algo nuevo para Luis Patti. El intendente de Escobar ya pasó por el mismo trance en noviembre del año pasado, cuando su entonces compañero de fórmula para la gobernación bonaerense, Eduardo Lorenzo “Borocotó”, lo abandonó. Lo que hasta entonces era un romance entre el ex subcomisario y el médico –por aquella época precandidatos del PJ– terminó abruptamente. El motivo fue el enojo que le provocó a Patti la decisión de Borocotó de pegar carteles sólo con su cara y sin el nombre de quien encabezaba el binomio, así como las cifras de un sondeo que encargó el propio médico para medir su intención de voto a gobernador y que lo posicionaban mejor que al ex subcomisario. “Cuando los encuestadores consultaban a la gente por los nombres de los precandidatos muchos les daban el mío, aunque yo era postulante a vice. Eso a Luis no le gustó”, se defendió Borocotó. Pero Patti no lo perdonó: le reprochó que haberlo dejado afuera de los afiches y medirse para el cargo al que él se postulaba eran actitudes “poco éticas”.

 

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