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El Mercosur ya entró en  zona de disputa deportiva

El canciller brasileño se vanaglorió del triunfo de su país sobre Argentina en Winnipeg y afirmó que “pelearemos de la  misma manera en lo comercial”. La recesión mejoró la balanza.

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t.gif (862 bytes)  El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Luiz Felipe Lampreia, señaló ayer que su país “lavó su alma” al ganar en número de medallas a la Argentina en los juegos Panamericanos de Winnipeg y aseguró que, llegado el caso, competirá con ella de la misma manera en el área comercial. “Ganar en el deporte es un sentimiento puro. Si fuera necesario, pelearemos también de la misma manera en el área comercial”, señaló el canciller. Argentina, en tanto, logró en el primer semestre de este año un resultado positivo en su balanza comercial, al costo de una fuerte recesión interna que determinó una caída en las importaciones del 25 por ciento con respecto del año pasado.
Las declaraciones del canciller brasileño echaron más leña a la hoguera en que se convirtió la relación comercial entre los dos principales socios del Mercosur, trenzados en una disputa por las políticas de salvaguarda a sus respectivas industrias en medio de una crisis que afecta a ambos mercados. Las negociaciones entabladas en Montevideo en la última semana cerraron sin que se alcanzara un acuerdo.
“Fue muy importante haberle señalado a la Argentina que no estábamos dispuestos a aceptar suspensiones unilaterales de compromisos asumidos dentro del Mercosur”, puntualizó Lampreia al comentar dicha reunión. El canciller atribuyó la caída en la producción industrial argentina (que estimó en el 15 por ciento) y el aumento en la tasa de desempleo (refirió que alcanzaba al 17 por ciento), en parte, a que algunos sectores no consiguen competir con la productividad brasileña. Dichas cifras no coinciden con las estadísticas oficiales argentinas, que refieren un descenso de la actividad industrial del 12 por ciento y una desocupación del 14,5 por ciento al mes de mayo. Recordó que en el encuentro del viernes pasado en Montevideo “hubo quienes acusaron a Brasil de tener una situación de ventaja en el comercio por la devaluación del real”, de enero pasado, pero puntualizó que “en el Mercosur no existen normas o reglas que hablen sobre la necesidad de ajustes (en el comercio) ante una sobrevalorización o una devaluación” monetaria en algún país de la unión aduanera.
Previamente, por la mañana, el ministro del Interior, Carlos Corach, había declarado que “Brasil tendrá que tener en cuenta que no puede imponer soluciones unilaterales, sino que las soluciones tendrán que ser acordadas, porque si no, el Mercosur va a tener serios problemas”.
Las diferencias entre ambos países surgieron en enero pasado, con la mejoría de la competitividad de las exportaciones de Brasil debido a la devaluación del real, y se acentuaron en las últimas semanas, cuando Argentina impuso algunas salvaguardas a su comercio con el país vecino. Tras la reunión de Montevideo, que culminó sin ningún acuerdo, Brasil reiteró su intención de acudir a la Organización Mundial de Comercio (OMC), en caso de no llegar a una solución utilizando los mecanismos propios del Mercosur.
En ese marco, ayer se difundieron las cifras del comercio exterior argentino del primer semestre, que reflejan una caída en el valor de las exportaciones del 12 por ciento con respecto del año pasado y una baja en las importaciones del 25 por ciento. El resultado neto es un superávit de 112 millones de dólares, que contrasta con el déficit de 2173 millones de los primeros seis meses de 1998. Las exportaciones al Mercosur (fundamentalmente a Brasil) cayeron en mayor proporción que el resto, en el orden del 26 por ciento, con una pérdida entre ambos períodos de más de 1200 millones de dólares. Las importaciones a la región, en tanto, descendieron en un 27 por ciento, con un saldo positivo en la balanza de 407 millones de dólares.
Pese a que el volumen total exportado aumentó en el primer semestre en un 3 por ciento, el valor de las ventas al exterior descendió, por una baja en los precios del 15 por ciento. Pero la deflación mundial afectó más a las ventas que a las compras argentinas. La caída en el precio de los productos importados alcanzó al 8 por ciento. Los rubros de exportaciones que evidenciaron los mayores descensos con respecto del año pasado fueron Vehículos automotores, con una pérdida de casi 700 millones de dólares, Trigo (260 millones) y Maíz (255 millones). Entre las importaciones, los rubros más castigados fueron Bienes Intermedios, con un descenso de 1150 millones de dólares, y Bienes de Capital, en el que se registró una baja de 1147 millones. Le sigue, en orden de importancia, la caída en las importaciones de Piezas y Accesorios, que alcanzó a 969 millones. Ello demuestra que la industria manufacturera es la que está sufriendo con mayor fuerza el impacto de la recesión.
En tanto, la cámara que agrupa a las terminales automotrices brasileñas, Anfavea, informó que la producción descendió un 15 por ciento en julio con respecto de un año atrás. En los primeros siete meses de 1999, salieron de las fábricas brasileñas 757 mil vehículos, 26,4 por ciento menos que en igual período de 1998. Una demostración de que la crisis tampoco perdonó a la industria del vecino país.

 

Ni un grano de arroz entrará a Brasil

Decenas de camiones de los productores de arroz de Brasil, llegados desde distintos puntos de ese país, se instalarán hoy frente al puesto fronterizo de Uruguayana, con intención de impedir durante 24 horas el ingreso de arroz argentino. “No entrará un solo grano”, enfatizó ayer el presidente de la Federación de Arroceros del Brasil, Elio Paz. La guerra a las exportaciones argentinas de ese producto es una demostración más del momento crítico que atraviesa el Mercosur. Por su parte, el gobierno argentino dispuso ayer una medida paraarancelaria, buscando limitar las importaciones de calzados brasileños.
La tensión en el bloque regional va en aumento, luego de que los ministros de Economía y cancilleres del Mercosur no lograran, la semana pasada en Montevideo, limar las controversias comerciales. “Se corre el riesgo de que, si no se adoptan medidas para evitar el daño a las producciones locales, el Mercosur se transforme en una idea impopular y pierda el apoyo de la gente y los empresarios”, advirtió Domingo Cavallo.
A la rebeldía de los arroceros brasileños, quienes aseguran que “las compras a la Argentina atentan contra el desarrollo de la industria nacional”, se agregó la fijación de nuevas trabas por parte de Argentina a las importaciones del país vecino. Desde ahora, para importar calzados habrá que cumplir con un engorroso trámite, informando en una etiqueta las cualidades del producto y requerir autorización a un organismo oficial.

 

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