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LA MODALIDAD DE FIRMAR LA RENUNCIA ANTES DE SER CONTRATADO
El modelo egipcio llegó a Argentina

El colmo del desocupado argentino. Se les hace firmar un pagaré  en blanco, o una solicitud de ingreso todos los lunes, como requisito para ser contratados. Confesiones de un empresario.

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Por Maximiliano Montenegro
t.gif (862 bytes)  El domingo, este diario publicó en el suplemento Cash que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó sobre el peligro de que Argentina llegue a un grado de precarización laboral similar al que existe en Egipto, donde la desesperación de quien busca trabajo es tal que para ser contratado firma, por anticipado, su carta de renuncia. Un empresario del sector textil, dueño de una pyme, accedió a contar a Página/12 las fórmulas del “modelo egipcio” en el país. “Esta semana contraté a dos personas y me firmaron un pagaré en blanco: si quieren indemnización, les refriego la deuda. Lo de la carta de renuncia no es muy efectiva porque no tiene ningún valor legal. La nueva opción es que te firmen una solicitud de empleo todos los lunes”, afirmó.
Es propietario de una empresa de pequeña a mediana, del rubro de confecciones, con un plantel permanente de 25 a 30 empleados. A diferencia de muchos grandes empresarios, seducidos por el jet set, trabaja, durante toda la jornada, a la par de sus empleados. Protesta porque los impuestos son demasiado elevados, porque los bancos no le dan crédito, porque la recesión es insoportable y porque “Brasil tiene una política industrial que acá jamás existió”. Dice que siempre trató de pagar al día sus cuentas con la DGI. Se queja de que “el Gobierno anuncia moratorias y bonos (de rescate de deuda) para salvar a empresas quebradas y hacer negocio con los bancos. Pero a nosotros, que no bajamos la persiana y la seguimos peleando, no nos ayuda nadie”, asegura. También se queja de que “dos por tres tenemos que afrontar un juicio laboral, aunque tengamos los papeles en regla”.
La advertencia del PNUD sobre el modelo egipcio aplicado a la Argentina no lo sorprendió. “Esto ya pasa acá y no lo inventé yo”, dijo. Luego aceptó describir, en riguroso off the record por razones obvias, las nuevas modalidades de contratación en el precario mercado laboral argentino:
u “Que te firmen la renuncia antes de contratar a alguien se hace. Es una forma más de cubrirse contra la industria del juicio. Pero no sirve mucho, porque no tiene valor legal.”
u “Más efectivo es que te firmen un pagaré en blanco. Esta semana contraté a dos personas de esta manera. Si me vienen a pedir indemnización (por despido), les muestro el recibo que dice que ya les pagué.”
u “Tengo algunas personas trabajando recientemente que me firman una solicitud de empleo todos los lunes. Si viene un inspector de Trabajo o de la DGI, le mostrás la solicitud y le decís que recién entró.” De esta forma, además, el empleado no cuenta con antigüedad que sume a su indemnización.
u El empresario no cree que estas modalidades de fraude laboral sean un invento egipcio. Cómo incorporó la idea de la solicitud de empleo renovable es todo un símbolo de transferencia oral de tecnología: “Iba en un taxi y el tachero me empieza a contar que, además de una flotita de taxis, maneja tres bares. Me dice que cada tanto se da una vuelta por los bares y que, si ve un mozo que no pone el ticket en la mesa, ahí nomás, lo echa. Yo le dije que si era cierto lo que contaba tendría que pagar una fortuna en indemnizaciones. Entonces, me contó lo de la solicitud de empleo de los lunes”.
El abogado laboralista Héctor Recalde explica que “la carta de renuncia no sirve legalmente: según la ley, la renuncia tiene que ser por telegrama, carta documento o instrumentada por la autoridad administrativa de trabajo”. Pero “tiene un valor psicológico: con la falta de información que existe, si firmó algo así, el empleado puede desistir de reclamar la indemnización que le corresponde”, sostiene.
Recalde dice que “hacerle firmar un recibo en blanco al empleado no es algo nuevo. Es un clásico del fraude laboral y hoy parece estar muy extendido”. “Si hay juicio, el empleador va a argumentar que ya pagó laindemnización. Entonces, la única alternativa para defender al trabajador despedido es demostrar que hubo abuso de firma en blanco”, agrega. “Lo que es una innovación es la solicitud de empleo todos los lunes. La verdad es que no la conocía”, confiesa Recalde.
En los juicios laborales, el trabajador puede ganar si cuenta con dos teOstigos que confirmen su versión de los hechos. Pero “hoy en día el compañero de trabajo que quiere salir de testigo es un patriota”, ironiza Recalde.
Los datos del Indec, que reveló Página/12 la semana pasada, explican por qué las estrategias egipcias están prendiendo en la Argentina. Sólo en Capital y Gran Buenos Aires, 3 millones de personas, uno de cada dos en edad de trabajar, buscan activamente empleo, ya sea porque están desocupadas, subempleadas o porque no ganan lo suficiente en su ocupación actual. De esta gente, la mitad son jefes de hogar, de quienes depende la subsistencia de otras tres personas. En consecuencia, su desesperación por conseguir un conchabo es mayor y sus pretenciones a la hora de negociar con el empleador, todavía menores.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes) El domingo, este diario publicó que Naciones Unidas había advertido sobre el peligro de que Argentina llegara a un grado de precarización laboral similar al que existe en Egipto, donde la desesperación del que busca empleo lo lleva a firmar una carta de renuncia antes de ser contratado.
ron2.gif (93 bytes) Un empresario accedió a contar cómo se aplica esa estrategia hoy en Argentina.
ron2.gif (93 bytes) Los datos del Indec, anticipados por Página/12, explican por qué los desocupados aceptan firmar cualquier cosa con tal de conseguir empleo.
ron2.gif (93 bytes) En el área metropolitana, hay 3 millones de personas, una de cada dos en edad de trabajar, buscando empleo, ya sea porque están desocupados, subempleados o porque no ganan los suficiente para sobrevivir en su ocupación actual. La mitad de esta gente es jefe de hogar, de quienes dependen otras tres personas.
ron2.gif (93 bytes) El 37,5 por ciento de los asalariados (1,3 millones) trabaja en negro.

 

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