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El accidente de no poner candado

Para un juez, la electrocución del chico en una cámara de Edesur abierta se debió sólo a la “inconciencia propia de la edad”.

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Por Andrés Osojnik
t.gif (862 bytes)  A un mes de la muerte del chico de 14 años que se electrocutó en una cámara de la empresa Edesur cuyo acceso no estaba sellado, un juez de instrucción en lo criminal dictaminó que sólo se trató de un accidente y que no existe culpa dolosa de terceros en el hecho, por lo que remitió la causa a un juzgado correccional, que tiene a cargo delitos menores. En su resolución, el magistrado sostuvo que el descenso a un lugar con 13.200 voltios sin candado alguno se debió a la “inconciencia propia de la edad” del alumno del colegio Luis Huergo, que –destacó– “quizá pretendió impresionar a sus compañeros”. Los abogados de la familia de Oviedo apelaron la decisión. “El juez no investigó nada. Se basó únicamente en lo que hizo la policía para decir que fue accidente y que no hay ningún responsable”, se quejaron.
El 8 de julio, Nicolás Oviedo salió de la Escuela Técnica Luis Huergo, en Caballito, y se quedó con sus compañeros de segundo año en la vereda. A una chica se le cayó una moneda de un peso en una cámara transformadora de Edesur y Nicolás se ofreció a rescatarla. Quiso entrar por esa reja pero no pudo: el acceso estaba soldado. Entonces optó por hacerlo por una boca cercana, cuya tapa no tenía ningún impedimento para ser removida. Bajó la escalera y pidió un encendedor. Segundos después, los compañeros quedaron horrorizados: escucharon un grito y una explosión. Nicolás había recibido una descarga de 13.200 voltios que lo fulminó en el acto.
La polémica llegó de inmediato. ¿Quién era el responsable de esa muerte? El ENRE aclaró que es obligación de la empresa mantener cerrados de manera contundente los accesos a las cámaras donde existe riesgo de muerte. La causa derivó en el juzgado de instrucción a cargo de Héctor Luis Yrimia.
Ahora, ese juez se declaró “incompetente” por entender que se trató de un accidente. Sin embargo, en la misma resolución, el magistrado reconoce que del expediente remitido por la policía surge que la puerta de acceso a la cámara “posee un orificio para la colocación de un candado” pero que “ese elemento no fue hallado por el personal policial en las inmediaciones ni en el interior de la cámara”. Agrega también que “Oviedo se ofreció voluntariamente a descender a la cámara para rescatar la moneda”. Para María del Carmen Verdú, abogada de la familia Oviedo, la decisión del juez es “prematura”. “La comisaría le remitió el expediente dos o tres días antes de la feria judicial y el primer día hábil después de ella, ya dictó la resolución”, protestó. Aunque recién se difundió ayer, la medida está fechada el 2 de agosto. El viernes, Verdú presentó la apelación ante la Cámara para que la causa siga en la Justicia de instrucción. “El juez no tomó ninguna medida de prueba. No citó a un solo testigo para declarar en sede judicial. Las pericias que figuran en el expediente policial son preliminarísimas. No hizo periciar la cámara. Y resolvió que la única responsabilidad es del chico”, detalló la abogada. “Pero el chico nunca hubiera podido entrar si la tapa hubiera estado asegurada como lo exigen las normas. Pretendemos que se profundice la investigación para determinar la responsabilidad que les cabe a los funcionarios que debían garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad en este tipo de instalaciones”, destacó. La familia considera responsables del hecho a los directivos de Edesur y los funcionarios del ENRE “que generaron las condiciones para que Nicolás muriera”.
Yrimia, en cambio, sostuvo que “el fallecimiento de Oviedo se produjo en forma accidental, a raíz de su accionar imprudente”. Una situación “sin dudas atribuible a cierta inconciencia propia de la edad y a la circunstancia de encontrarse rodeado de compañeros de colegio a los que, quizá, quería impresionar”. Por eso, pasó el caso a la Justicia correccional para que determine si eventualmente existe algún tercero responsable de algún delito culposo.
Edesur, en tanto, evitó pronunciarse sobre el fallo. “Nosotros vamos a acompañar toda la investigación judicial. El proceso es largo y hay quever cuáles son los próximos pasos”, se atajó Daniel Martini, vocero de la empresa.

 

“Esto parece muy raro”
“Quiero que esto no quede como una simple travesura, porque mi nene a los 14 años puede ser travieso, pero una empresa no puede ser traviesa, ¿no le parece? Son gente grande”. Eduardo Oviedo tiene 38 años. Es el padre de Nicolás, el chico de 14 años que murió electrocutado el 8 de julio, cuando entró a una cámara eléctrica de Edesur que no tenía las medidas de seguridad correspondientes. Ayer, cuando recibió la noticia de la boca de su abogada se sorprendió por la decisión de la Justicia. “Es una barbaridad”, dijo Patricia Lefcovich, la mamá de Nicolás –aunque ya no son pareja, luchan juntos judicialmente–. Y anunció que hoy se pondrá en contacto con el Centro de Estudiantes de la Escuela Técnica Ingeniero Luis Huergo para debatir medidas a tomar para que se encuentre un culpable.
“Me sorprende que digan que es un accidente, para mí es consecuencia de la irresponsabilidad de Edesur, que no tiene seguridad”, dijo Eduardo Oviedo a Página/12, desde su casa de San Miguel. “La justicia es muy blanda, esto parece muy raro, me parece que no investigaron bien. No hicieron ninguna averiguación, ni nos citaron a nosotros, ni a los bomberos, ni a la policía”, coincidieron. “El juez decidió que el culpable era Nicolás, es una barbaridad. Yo cuando esto empezó dije que iba a dar tiempo a la Justicia y ahora me responden de esta manera”, acusó Patricia Lefcovich.
–¿Cómo cree que va a terminar esto?
–Yo pienso que si hay justicia tiene que haber un culpable. Mi hijo no es culpable. Culpable tiene que haber: no había candado, no había cartel, no había seguridad. Mi pibe no fue el primero que bajó ahí, los pibes hablan, sí que bajaron, yo lo sé, me lo dicen. Otros tuvieron suerte, mi pibe no la tuvo, no tuvo dos oportunidades.

 

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