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Por Eduardo Videla La pelea entre el empresario Julio Ramos (64) y su ex esposa, Silvana Suárez (40), no había pasado hasta ahora de denuncias cruzadas, en la prensa y en los tribunales, y de las filmaciones y fotografías con las que ambos se persiguen mutuamente. Pero este fin de semana precisamente, el Día del Niño la cosa pasó a mayores y hasta hubo tiros en la calle, frente a los dos hijos de la pareja (de 8 y 9 años), que presenciaron la escena desde el cuarto de arriba de la mansión. El propio Ramos admitió ante Página/12 que disparó dos balazos con su Colt 38 contra el custodio de su ex mujer. Fue para defenderme, justificó. La mujer, por su parte, lo denunció por tentativa de homicidio. Todos fueron a parar a la comisaría del exclusivo barrio de Barrancas de Martínez, pero pese al escándalo, nadie quedó detenido. El enfrentamiento, cada vez más feroz, apunta en el fondo al reparto de bienes millonarios: la propiedad del diario Ambito Financiero y sus empresas satélites. [FrontPage Image Map Component]Nunca hubo tantos elementos para probar esta versión criolla de la Guerra de los Roses: los custodios de Julio Ramos, estacionados en una combi, frente a la casa donde viven sus hijos, filmaron la escena, mientras que la señora Suárez tomó la cámara de fotos que lleva siempre consigo y registró la secuencia. El choque ocurrió durante uno de los cambios de guardia del ex matrimonio, en la casa de Lavalle al 2300: el empresario ocupa la vivienda de jueves a domingo, mientras que la mujer lo hace el resto de la semana. Pero el domingo, la señora se adelantó unos minutos. Llegó en su Saab conducido por su jefe de custodia, Fernando De Miguel (28). Ramos salía del garaje con su Toyota Lexus. Me insultó, y cuando le contesté, me tiró el auto encima, relató De Miguel a Página/12. Salté para que no me agarre, pero chocó el auto de la señora y lo empezó a arrastrar. Entonces, le tiré gas a la cabina del auto. El se bajó, sacó su arma y me dijo: Te voy a matar. Entonces saqué mi arma. El custodio de él, Maximiliano Jofre, que es gendarme en actividad, sacó su pistola y me pidió que enfundara la mía. Como es un funcionario público, le tuve que obedecer, relató el custodio de la señora. Pero entonces Ramos me disparó agregó De Miguel. El gendarme se puso entre los dos, pero él igual me apuntaba. Entonces le tiré una trompada y le di en la cara. Ahí hizo un segundo disparo, que me agujereó el pantalón. El fiscal Martín Etchegoyen Lynch llegó en cuestión de minutos, y poco después el comisario Jorge Avesani, de la 4ª de San Isidro. Se ordenó el secuestro de las armas, los videos, los rollos fotográficos y el pantalón averiado del custodio. Pero nadie prestó declaración y todos se volvieron a su casa. La causa quedó caratulada como abuso de armas y lesiones. La versión de Ramos coincide en algunos puntos pero difiere en otros. El empresario dijo que salió de la casa 20 minutos antes de cumplirse su horario y se topó con el auto de su ex mujer, que le cerraba el paso. El ex comando de élite me insultó a viva voz, relató, en alusión al custodio de su ex mujer. Ramos no habla de choque; dice que se le trabó el paragolpes cuando dio marcha atrás. Me tiró gas en los ojos y cuando bajé me atacó a golpes de puño y patadas de karate, agregó. He sido un buen tirador y al no (poder) frenarlo le tiré un tiro disuasivo al suelo entre las piernas, redactó Ramos, en la solicitada que publica hoy en su diario y que faxeó a Página/12. Y luego, admitió, disparó el segundo balazo buscando no herirlo. No es la primera vez que la pareja recurre a la seccional 4ª: la comisaría fue escenario de denuncias cruzadas por la guerra de custodias. Ramos admitió a Página/12 que contrató una combi para filmar el frente de la casa durante los días en que está su ex mujer. ¿Es para vigilar a la señora? le preguntó este diario. Qué la voy a vigilar a ella. Tengo temor por mis hijos, que están en manos de ese custodio que contrató. Es un tipo tremendamente violento. Entre los dos reúnen una decena de custodios. Página/12 le preguntó a la mujer cuál es su ocupación actual. Soy accionista de La Mañana del Sur y La Mañana de Córdoba, pero no me dejan entrar a mis empresas. Este último tiempo mi principal ocupación es tratar de divorciarme.
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