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OTRA VISITA DE EE.UU. EN MEDIO DE LA VIOLENCIA
Colombia les da la bienvenida


t.gif (862 bytes)  La tensión regional y la escalada militar marcaron ayer la llegada a Colombia de la misión diplomática encabezada por Thomas Pickering, número tres del Departamento de Estado norteamericano. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) devolvieron ayer a los pasajeros de un avión venezolano secuestrado el 29 de julio, y negaron ser los responsables, pero habría evidencia en su contra. Como si fuera poco, un segundo avión venezolano desapareció ayer en la frontera, y se investiga si se trata de otro secuestro. Ecuador anunció que completó el refuerzo de sus tropas en la frontera con Colombia, que sigue a medidas similares en las últimas semanas de Brasil, Perú, y Panamá. Durante el fin de semana se registró una serie de violentas incursiones paramilitares en diferentes poblados en Colombia, con un saldo total de 51 muertos.
No es un cuadro muy alentador para los delegados norteamericanos de la misión de Pickering,na20fo02.jpg (12880 bytes) quienes tienen la tarea de estudiar el estado del proceso de paz y de la lucha antinarcóticos en Colombia, para recomendar el curso futuro de la política de Washington. Los miembros de la delegación no hicieron declaraciones ayer, pero las autoridades de Estados Unidos y Colombia coincidieron en afirmar que su arribo no es el preludio a una intervención militar. El canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto aseguró que no se considerará “ni mucho menos” una solución militar norteamericana.
Aun en el caso de que Estados Unidos no se involucre oficialmente en la lucha contrainsurgente, la posición de Venezuela, hasta ahora contraria a la intervención militar extranjera en Colombia, es incierta luego del secuestro del avión venezolano. Las FARC entregaron ayer en un puesto fronterizo a ocho de los pasajeros, y antes habían permitido que los dos pilotos volaran a la aeronave de vuelta a Venezuela. Las FARC afirman que los responsables del secuestro eran venezolanos “disconformes” con el gobierno de Chávez, que huyeron cuando las FARC encontraron el avión.
Pero el gobierno venezolano no le cree a la guerrilla. Su embajador en Bogotá, Fernando Gerbasi, calificó la explicación de “peregrina”. El Ejército colombiano anunció que poseía una grabación de una conversación entre dos altos dirigentes de las FARC, que probaría que algunos de sus miembros secuestraron al avión “por error”. Uno de los pilotos declaró que los secuestradores no huyeron de los guerrilleros, como alegaron las FARC, sino que se unieron a ellos, y que tenían acentos colombianos. La Cancillería venezolana había advertido que podría “alterar” su neutralidad si se probaba la autoría de la guerrilla. Sin embargo, el presidente Hugo Chávez consideró ayer la posibilidad de que el secuestro fuera cometido por “el hampa”. Chávez se reservó por otra parte el derecho de negociar con la guerrilla al margen de los deseos del gobierno colombiano.

 

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