El País
de Madrid
Por Rodrigo Fernández
Desde Moscú
El
presidente Boris Yeltsin provocó ayer una de las crisis políticas a las que Rusia ya
está acostumbrada y destituyó de manera sorpresiva a Serguei Stepashin, que no alcanzó
a cumplir ni siquiera tres meses al frente del gobierno. Como nuevo primer ministro,
Yeltsin nombró interinamente a Vladimir Putin, que ocupaba los cargos de director del
Servicio Federal de Seguridad y secretario del Consejo de Seguridad, y que debe ser
ratificado por la Duma o Cámara baja del Parlamento ruso. En una inusual intervención
televisiva, Yeltsin dijo que Putin, que podría convertirse en el quinto premier ruso en
poco más de un año, era el indicado para continuar las reformas que necesita el país y
el hombre al que quería ver como su sucesor en el Kremlin. Quisiera decir que voy a
durar en el cargo, dijo un poco esperanzado Putin. Stepashin se marchó con un
pronóstico sombrío: Creo que podemos perder Daguestán, señaló en
referencia a los combates entre tropas rusas y musulmanes extremistas provenientes de
Chechenia.
Ante la gravedad de los hechos en la república rusa de Daguestán, donde un
grupo islámico había tomado anteayer cuatro pueblos, Yeltsin envió a Stepashin a la
región para que supervise la contraofensiva rusa. El ahora ex premier volvió por la
noche a Moscú, con una situación militar relativamente controlada, y Yeltsin lo citó
para la primera hora de la mañana en el Kremlin. Era la segunda cita matutina que el
presidente daba a su premier en los últimos días. En la anterior, cuando se esperaba la
caída del gobierno, el presidente resolvió a último momento hacer caso a los políticos
que le desaconsejaban cesar a Stepashin. Pero este fin de semana, el presidente ruso tomó
la decisión que el entorno del Kremlin esperaba con ansias: eligió a su sucesor como
presidente.
Ha comenzado el maratón electoral, señaló el presidente Yeltsin en su
mensaje televisivo al anunciar que había firmado el decreto por el cual convoca los
comicios legislativos el próximo 19 de diciembre, y recordar que a mediados del año 2000
deben celebrarse elecciones presidenciales. Ahora he decidido nombrar al hombre que
en mi opinión es capaz de unir a la sociedad, basándose en un amplio abanico de fuerzas
políticas con el fin de continuar las reformas en Rusia. El podrá unir a aquellos que
desean la renovación de la gran Rusia en el siglo XXI. Se trata del secretario del
Consejo de Seguridad y director del Servicio Federal de Seguridad, Vladimir Putin,
dijo el presidente ruso en su intervención transmitida por todos los canales de
televisión.
Al explicar por qué había aceptado ser candidato a la presidencia en representación del
Kremlin, Putin respondió que el problema es que en el país no hay estabilidad
política. Cada dos años tenemos una intentona de golpe; los cambios de
gobierno tampoco son buenos para la sociedad y el Estado, señaló. Lo que el
flamante primer ministro desea es garantizar una continuidad; continuidad en las reformas
y continuidad en la política interior del país. Los políticos han sido unánimes en
considerar contraproducente el fulminante cese de Stepashin, que había logrado mantener
la estabilidad política y económica del país. Incluso los aliados de Yeltsin no eran
partidarios de realizar este cambio de gobierno, al menos de momento.
Anatoli Chubais, el padre de la privatización rusa que continúa siendo una persona
cercana a Yeltsin, se oponía rotundamente a él e incluso se dice que la semana pasada
fue al Kremlin especialmente para tratar de convencer a Yeltsin de que no destituyera a
Stepashin. Y Boris Nemtsov, otro de los jóvenes reformadores que ha sido viceprimer
ministro, considera la destitución de Stepashin como una completa locura. Si
los aliados de Yeltsin lo consideran un error, la oposición teme que sea mucho más que
eso, que lo que el Kremlin está tratando de hacer es preparar el terreno para imponer el
estado de excepción y... quién más indicado que Putin, que hizo su carrera en los
órganos de Seguridad, para hacerlo? y aplazar indefinidamente las elecciones.
Viktor Iliujin, diputado comunista que preside el Comité de Seguridad de la Duma Estatal,
es uno de los que así opina, y Guennadi Ziuganov también se refirió a esa posibilidad
en su primera reacción al nombramiento de Putin.
Pero no sólo los comunistas están preocupados. Patria-Toda Rusia, el bloque electoral
del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, divulgó un comunicado en el que advierte a
todos los órganos de poder y a todos los funcionarios, independientemente de su
rango, que no se les ocurra realizar acciones antilegales y
anticonstitucionales. A pesar de los temores que suscita Putin, los diputados
tendrán que ratificarlo como primer ministro. De lo contrario, la Constitución permite
al presidente disolver la Duma Estatal y de todas maneras dejar a Putin a la cabeza del
gobierno. Y, naturalmente, la oposición no desea quedarse sin la tribuna parlamentaria en
vísperas de las elecciones. Ya lo ha adelantado Alexei Podberiozkim, líder del
movimiento Legado Espiritual y miembro del grupo parlamentario comunista: La Duma
Estatal ratificará como primer ministro a Putin o a cualquier otro, no importa quién
sea, ya que estamos a un paso de las legislativas.
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