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Reclaman intervenir la comisaría de la mano dura

Es la 1ª de San Martín, por las denuncias por golpes y torturas. Fueron reconocidos dos policías acusados por los apremios.

Sergio Cabrera y Mario Sieben denunciaron las torturas.
Ayer reconocieron a dos policías de la 1ª de San Martín.

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Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes) Dos legisladores de la Alianza pidieron ayer al nuevo ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Osvaldo Lorenzo, la intervención de la comisaría 1ª de San Martín, a raíz de la denuncia formulada por dos grupos de jóvenes que dijeron haber sido torturados dos semanas atrás en esa seccional. Los diputados provinciales Miguel Bazze y Alberto Giordanelli solicitaron también “la disponibilidad preventiva del comisario y los demás oficiales” de la dependencia. Ayer, en una rueda de identificación, dos policías de la cuestionada comisaría fueron reconocidos por cuatro de los jóvenes denunciantes como parte del grupo de uniformados que le habría propinado varias golpizas y el tormento conocido como submarino seco. Hoy, otros dos agentes de la misma dependencia pasarán una prueba similar, en el marco de la investigación por presuntos apremios ilegales iniciada por la fiscalía nº 5 de San Martín.
Un policía, de cabello entrecano, fue reconocido por 3 de los 4 jóvenes; el otro uniformado, rubio, alto y de ojos claros, por todo el grupo. “Los dos estuvieron implicados en las golpizas. El rubio me llevó a mí al cuarto de puerta roja de la comisaría donde después, con la luz apagada, entre cuatro policías me pusieron la bolsa de plástico en la cabeza”, relató ayer a Página/12 Andrés Castro, de 21 años, estudiante de periodismo de la Universidad Nacional de Córdoba, provincia de la que es oriundo. “El de pelo entrecano me llevó a mí a esa misma habitación, y con otros policías me aplicó el submarino seco varias veces”, agregó Sergio Cabrera, de 26, alumno del CBC, en la carrera de Derecho de la UBA. Los otros dos jóvenes denunciantes que participaron de la rueda de identificación fueron Mario Sieben, de 24, y Guido A., de 21.
Según denunciaron quince días atrás, los cuatro jóvenes fueron detenidos en la madrugada del 24 de julio a golpes y disparos, en una zona de boliches del centro de San Martín, sin un motivo aparente. En el grupo también había un menor de 17 años. La policía justificó su detención con una acusación múltiple: “robo calificado, doblemente agravado, en poblado y en banda, atentado y resistencia a la autoridad y lesiones”. Pero los cinco jóvenes fueron liberados cuatro días después por falta de mérito, y el personal de la comisaría 1ª de San Martín comenzó a ser investigado por el presunto delito de apremios ilegales, tal como informó Página/12 en su edición del sábado.
El caso está en manos del fiscal Marcelo Sadot, quien 48 horas después de iniciar la pesquisa sobre el accionar de la seccional, recibió otra denuncia casi idéntica de dos adolescentes de 19 años. Estos jóvenes, detenidos por averiguación de antecedentes dos días más tarde que el grupo de los cinco amigos, dijeron haber sufrido los mismos tormentos en la comisaría 1ª de San Martín: golpes y la tortura conocida como submarino seco, que consiste en poner una bolsa de plástico en la cabeza de la víctima, impidiéndole respirar.
Al elevar ayer su pedido al Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, los diputados de la Alianza sostuvieron que “existen pruebas concretas sobre las torturas recibidas por estos jóvenes; incluso el propio fiscal, en un allanamiento, encontró elementos similares a los descriptos por los denunciantes, que habrían sido empleados para las torturas”. Los legisladores se refirieron así a las bolsas de plástico secuestradas por la Justicia el 26 de julio, en un procedimiento ordenado en la comisaría por el juez de Garantías Nº 1 de San Martín.
Esta misma seccional ya tiene antecedentes de tormentos: dos miembros de su personal serán juzgados antes de fin de año por el Tribunal Oral Nº 1 de San Martín. Se trata de Adrián Cremona y Marcelo Gamboa, quienes están procesados por apremios ilegales en una causa iniciada por los hermanosPablo y Cristian Acosta, de 23 y 24 años, y Diego Dosanto, de 21, detenidos a la salida de la bailanta Bus.

 

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