Por Raúl Kollmann El sainete de las
declaraciones del vicepresidente Carlos Ruckauf sobre el caso AMIA terminó como era de
esperar: tal como adelantó Página/12, los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia
pidieron que el juez Galeano lo cite a declarar, Memoria Activa prepara una denuncia por
encubrimiento y Ruckauf sostuvo que en realidad no tiene ningún dato nuevo, dejando
entrever que se refería a Irán como la potencia extranjera que estuvo detrás del
atentado. Hasta el presidente Carlos Menem le salió al cruce, insistiéndole a Ruckauf en
que dé más precisiones, el nombre de esa potencia, el nombre de los autores.
Como ya se conoce, el vicepresidente y candidato a gobernador bonaerense por el PJ
anunció el martes que él sabe seguro quién perpetró el atentado contra la
AMIA, mencionó que una potencia extranjera estuvo detrás del ataque, pero dijo que no
podía revelar nada por una razón de Estado. Como es obvio, sus palabras causaron estupor
e indignación, por cuanto las leyes y los deberes del funcionario público lo obligan a
volcar lo que sabe en la causa, sin que existan razones de Estado que justifiquen ninguna
otra conducta.
Ayer, Ruckauf trató de ponerle paños fríos al ambiente caldeado. Ante un grupo de
periodistas dijo que no podía nombrar a la potencia extranjera, pero ustedes ya
saben de qué país se trata, en obvia referencia a Irán. En verdad, los servicios
de inteligencia nacionales y extranjeros y el propio juez Galeano apuntan desde hace años
a Irán, aunque hasta el momento las pruebas no parecen del todo contundentes. La Corte
Suprema, por ejemplo, sostiene que no hay elementos para imputarles participación a
diplomáticos o funcionarios iraníes, aunque considera que sí financian a las
organizaciones terroristas que perpetraron los ataques.
La semana pasada se produjo gran revuelo al conocerse un informe de dos parlamentarios
republicanos de Estados Unidos que acusaban a Irán por el atentado contra la AMIA y le
imputaban también la preparación de un ataque contra un avión argentino. Página/12
accedió ayer a la causa judicial de ese supuesto tercer atentado (ver aparte) y se
observa que las pruebas son más que endebles.
De todas maneras, Ruckauf jugó a las escondidas. En medio de la campaña electoral habló
en tono misterioso de que tenía una información reservada sobre el atentado y de esa
manera trató de ponerse en el centro de la escena. La respuesta fue inmediata. Ya por la
mañana, todas las partes la DAIA, la AMIA, los familiares, De la Rúa y hasta
Menem reclamaron que Ruckauf se presente ante el juez Galeano para contar lo que
sabía. El vicepresidente dio a entender que contestará las preguntas del magistrado por
escrito aunque, como se ve, no tiene nada nuevo para decir.
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