Por Hilda Cabrera El Festival contribuye a
una estrategia de liderazgo de la ciudad de Buenos Aires en materia cultural de
Latinoamérica. Así definió ayer el secretario de Cultura de la ciudad, Darío
Lopérfido, la puesta en marcha de la segunda edición del Festival Internacional de
Buenos Aires, que se realizará entre el 9 y el 26 de setiembre, dedicado al teatro, la
danza, la música y las artes visuales. Acompañado por la directora ejecutiva Graciela
Casabé y los integrantes del comité de selección artística (Daniel Veronese, Mauricio
Kartun, Roxana Grinstein y Jorge Dubatti), Lopérfido subrayó la ambición del encuentro,
para el que se han dispuesto veintidós salas, y que tiene entre sus atracciones uno de
los últimos espectáculos armados por Vittorio Gassman para despedirse de la
escena. Se trata de LAddio del Mattatore, que ya agotó las entradas de abono
para la primera función del 9 de setiembre. Tanto ésta como la siguiente (la del viernes
10), tendrán lugar en el Teatro Colón. La interpretación será en español e italiano
(en este caso sin subtítulos). Gassman escenificará textos célebres, entre otros El
hombre de la flor en la boca, de Luigi Pirandello, un pasaje de Hamlet, de William
Shakespeare, Kean, de Jean Paul Sartre, adaptación del original homónimo de Alexandre
Dumas de 1836 sobre el actor inglés Edmund Kean, y de los poetas Boris Vian, Paul Valéry
y Dante Alighieri.
En relación con el presupuesto destinado para este evento, Lopérfido aclaró que se
trataba de cifras estimativas: Podemos decir que el festival va a tener un costo
total aproximado de un millón 300 mil pesos. Este importe se arma aclaró con
el aporte de 450 mil pesos del gobierno de la ciudad, un aporte de sponsors de unos 200
mil pesos y otro de boletería que calculamos alrededor de 650 mil. Intentamos optimizar
el autofinanciamiento, de ahí que el principal componente económico que tiene hoy el
festival es la venta de localidades. Esta expectativa reside en el hecho de que en
esta edición hay mayor cantidad de funciones de cada espectáculo, y el precio de las
localidades es más elevado (los abonos van desde 25 a 35 pesos y las entradas
individuales, entre 15 y 25). No se podría hacer un festival de este nivel con el
presupuesto que tenemos, si no fuera por el aporte de los organismos internacionales y los
subsidios de los países de los que son originarios los artistas que vienen, que
representan, en conjunto, unos 400 mil pesos, evaluó.
Hubo coincidencia de que para la programación internacional se privilegió la
excelencia y el hecho de que fueran espectáculos que difícilmente traería un
empresario (salvo quizás el de Vittorio Gassman). La propuesta internacional incluye,
entre otros notables, al director inglés Peter Brook, el dramaturgo y actor Steven
Berkoff y el director estadounidense Robert Wilson. A estos artistas, lo mismo que a
Gassman, se les dedicará un ciclo de cine en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San
Martín, con entrada gratuita. De Brook se verá The Man Who, inspirada en El hombre que
confundió a su mujer con un sombrero, libro del neurólogo Oliver Sachs, sobre los
comportamientos aberrantes. En este montaje, presentado en París, Londres y Viena, el
cerebro se constituye en tema de reflexión, y es resultado de una investigación que
demandó a Brook y al elenco dos años de trabajo. Este puestista creó su primer grupo
experimental en el Londres de 1965, pero hizo casi toda su carrera en Francia. En 1970 se
instaló en París, donde fundó el Centro Internacional de Creaciones Teatrales, y poco
después su Théâtre des Bouffes-du-Nord. También régisseur, teórico (El espacio
vacío, Provocaciones) y director de cine (Moderato cantabile, El señor de las moscas),
supo llevar un registro de sus puestas (Marat/Sade), y se mostró partidario del
internacionalismo en el teatro. Un caso es Mahabharata, versión delmonumental
poema épico indio, donde Jean.Claude Carriére colaboró como adaptador y participaron
artistas de diverso origen. Sus recreaciones sobre las obras de Shakespeare atraparon a
muchos. Sucedió con Medida por medida, La tempestad y Hamlet, que se convirtió en una
despojada Qui est lá, donde según la crítica europea ha volcado las
influencias de Stanislavski, Meyerhold, Gordon Craig, Artaud y Brecht, además de lo
aprendido durante sus estadías en Africa y su interés por el teatro de Oriente.
Del inglés Steven Berkoff quien estuvo en Buenos Aires en ocasión del estreno de
Greek (A la griega), una de las tres obras de este dramaturgo y actor montadas por elencos
locales (las otras fueron Decadencia y Kvetch, en las que expresó la violencia de la vida
moderna), se verá ahora su interpretación de Los villanos de Shakespeare (A
masterclass in evil), en inglés y sin subtítulos. Por su lado, el texano Robert Wilson
traerá Persephone, espectáculo concebido a partir de una instalación suya que
participó de la Bienal de Venecia 93. Se inspira en textos de Homero, Brad Gooch y Maita
Di Niscemi, y lleva música de Giochino Rossini y Philip Glass, cuya música, basada en la
repetición, se acomoda bien a las imágenes suspendidas en el tiempo y el espacio de las
puestas de Wilson. La colaboración con este compositor le permitió concretar trabajos
notables como Einstein on the Beach, de 1976. Consagrado en Europa, Wilson estrenó en
1983 otra obra-hito de su carrera, CIVIL warS, inspirada en las fotografías de Matthew
Brady. Una labor titánica, crítica sobre la Guerra de Secesión y compleja en su forma.
Un verdadero rompecabezas escénico del que participaron artistas de varios países. Entre
ellos, el dramaturgo y director alemán Heiner Müller, de quien Wilson puso en escena
Máquina Hamlet (en 1987) y Cuarteto.
Otra importante propuesta llega de Alemania. Se trata de Murx (Una velada patriótica),
obra del suizo y también músico Christoph Marthaler. El título está tomado de la
canción que cantan a coro los personajes: Murx den Europäer! Murx ihn! Murx ihn!
Murx ihn ab.... Se la verá por el elenco de la Volksbühne de Berlín, pionero de
la experimentación teatral en la ex República Democrática Alemana (Alemania Oriental).
La puesta es del mismo Marthaler, sobre dramaturgia de Matthias Lilienthal. Esta obra
retrata con humor corrosivo las impresiones de Marthaler sobre una sociedad opaca, donde
los individuos, patéticos y pueriles, se prestan a seguir mansamente rituales absurdos.
El grupo catalán Els Joglars traerá un estreno: Daaalí. Lo dirige el actor Albert
Boadella, creador de un montaje mítico, Il diari, de 1969, donde rompió con la
tradición arcaica del mimo e ironizó ácidamente sobre la realidad política y social de
la España de entonces. Boadella y su grupo tienen fama de irreverentes, una gloria
amasada en treinta años de actividad artística. Boadella conoció las rejas en tiempo de
Franco, y también algunas excomuniones. Con Daaalí, cierra una trilogía sobre algunas
personalidades de Cataluña, tierra de cordura. Los catalanes, como los
castellanos y andaluces, le inspiraron bromas en Yo tengo un tío en América, de 1992,
donde mete a todos en un manicomio. En Daaalí, el artista catalán es el
filósofo-clown de la pintura. También de España se verá La pantera
imperial, sobre libro y dirección de Carles Santos.
Las puestas argentinas, con entrada libre
¿Y por casa cómo andamos?
La participación de
espectáculos nacionales, seleccionados por el comité artístico, se ofrecerá con
entrada gratuita, para que el público pueda apreciar sin trabas de ninguna especie
algunos de los trabajos más destacados de las dos últimas temporadas. En principio, el
Teatro San Martín aportará dos trabajos recientes: Luces de bohemia, de Ramón del Valle
Inclán, con dirección de Villanueva Cosse, y Tango, vals, tango, de la coreógrafa Ana
María Stekelman, aplaudido en el reciente Festival de Avignon. El Presidente Alvear
ofrecerá Verona, teatro acrobático que lleva dramaturgia y dirección de Neill Gladwin,
y el Centro de Experimentación del Teatro Colón, Tenebrae, composición y dirección
musical de Alejo Pérez Puoillieux, con libreto de Alejandro Tantanián y régie de Rota
Cosentino. A estos trabajos del área oficial se suman los realizados en forma
independiente (algunos con subsidios del TGSM). Estos son Amor de Don Perlimplín con
Belisa en su jardín, con Ingrid Pelicori y Horacio Peña, dirigidos por Rubén
Szuchmacher y Edgardo Rudnitzky, Cachetazo de campo, de Federico León, Cadáveres, por la
compañía La Pista 4, Cinco puertas, de Omar Pacheco, De profesión maternal, de Griselda
Gambaro y puesta de Laura Yusem, y El experimento Damanthal, por el Grupo La Barraca.
También Poroto, de Eduardo Pavlovsky con dirección de Norman Briski, El fulgor
argentino, del Grupo Catalinas, El manjar de los dioses, una creación del cordobés Paco
Giménez, El pecado que no se puede nombrar, por el Sportivo Teatral que dirige Ricardo
Bartís, y El sueño inmóvil, del Grupo Teatro de Hoy de Tucumán, que conduce Carlos
Avila. Este segmento se completa con Geometría, de Javier Daulte, Glorias porteñas, La
modestia, de Rafael Spregelburd, Metamorfosis, por la compañía sanjuanina Círculo de
Tiza Teatro, Puck. Sueño de verano, espectáculo de La Banda de la Risa, y Venecia, de
Jorge Accame.
En cuanto a danza, se verán Ave de ciudad y Muerte prevista en el guión, dos trabajos de
Nucleodanza, El jardín de los afectos, una coreografía de Sonia Gilli que representa a
Córdoba, Historias, de Brenda Angiel, y Maldita tierra bendita, una coreografía de
Miguel Robles. La pisada, de Susana Szperling, completa este segmento, junto a Kaly
Yuga/Partes 2&3, sobre coreografías de Goldín-Angiel, Solos, de Mabel Dai Chee
Chang, Mariana Bellotto y Diana Theocharidis, y Todos contentos, por la compañía El
Descueve. La programación incluye talleres y seminarios, muestras, conferencias y ciclos
de cine. Se anunció además la edición de las obras de los ganadores del Premio Germán
Rozenmacher de Nueva Dramaturgia, instituido para este evento. Estas son Ex Antuan, de
Federico León, Socavón y Los murmullos, de Luis Cano, Doble contra sencillo, de Melina
Knoll, y Miscelánea Goldberg, de Jonathan Klajman.
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