Por Pablo Rodríguez Estados Unidos no
entrará en Colombia con los marines. Usará sus satélites, sus misiles humanitarios y
los ejércitos latinoamericanos serán la carne de cañón. En una entrevista
exclusiva con Página/12, el vocero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC), Javier Calderón, explica la posición de la principal guerrilla de ese país
sobre el tema excluyente en las últimas semanas: la posibilidad de que Estados Unidos
intervenga directa o indirectamente en Colombia bajo el criterio de la lucha contra
el narcotráfico. A pesar de la figura de carne de cañón, Calderón
considera que los países de la región no se plegarán directamente a los supuestos
planes norteamericanos y mantiene la esperanza de que el proceso de paz, iniciado con el
gobierno del presidente Andrés Pastrana y actualmente interrumpido, aún siga vivo. Pero
advierte que, si todo falla, nosotros nos defenderemos hasta el fin.
Hace un mes y medio, el gobierno y las FARC estaban a punto de sentarse en la mesa
de negociaciones. Hoy, el diálogo entre ambas partes está interrumpido, ¿Las FARC
consideran que el proceso de paz está terminado?
No, para nada. No es la primera vez que ocurre este tipo de obstáculos. Esto es
casi como Cien años de soledad: siempre se repite la misma historia dando vueltas. A
comienzos de los 80, durante el gobierno de Belisario Betancur, que fue el que
inició los diálogos de paz, el primer Alto Comisionado para la Paz fue Otto Morales
Benítez. A los pocos meses, Otto Morales renunció denunciando a los enemigos de la paz
que están agazapados al interior del gobierno. Estos enemigos siguen estando
allí. En este caso particular, el diálogo se interrumpió porque el gobierno colombiano
trató de poner como condición una comisión internacional para normativizar el
comportamiento de las FARC, cuando era claro que no debía haber ningún tipo de
condiciones. Esto parece secundario pero es muy importante, porque detrás de este asunto
está la injerencia de Estados Unidos a través de otros países con el claro propósito
de amarrarles las manos a las FARC. Lo que está haciendo Estados Unidos no es nuevo:
satanizar un proceso de lucha de liberación en Colombia y relacionarlo con el cuento que
ya nadie cree del narcotráfico.
Sin embargo, ciertos sectores norteamericanos, como Wall Street tienen contactos con
la guerrilla.
Estados Unidos tiene una sola posición que acostumbra a diversificar Por un lado
viene el policía malo, en este caso los republicanos y el Pentágono, a hablar de la
invasión y de la intervención directa. Por el otro están las palomas, los demócratas o
el Departamento de Estado, diciendo que la negociación es la única vía. En cualquiera
de estas dos formas, Estados Unidos pide la rendición de las FARC.
¿Hasta dónde puede llegar este pedido de rendición de las FARC?
Si Estados Unidos reconoce públicamente que hay 300 asesores militares en Colombia,
es que hay muchos más. La DEA y la CIA están por todas partes. Cada vez instalan más
radares bajo el pretexto de la lucha contra las drogas. Estados Unidos ya dio 250 millones
de dólares a Colombia, el ejército colombiano pidió 500 y Washington respondió
diciendo que necesitan 1000 millones. En este momento, Colombia es el país que más ayuda
norteamericana recibe después de Israel y Egipto. Si esto no es intervención, no sé
entonces qué es intervención. La idea es bañar de sangre a Colombia para desgastar el
proceso de paz, aterrorizar al pueblocolombiano y a la comunidad internacional y terminar
con la rendición de las FARC. Pero nosotros nos defenderemos hasta el fin.
¿Qué pasará si esta estrategia no funciona?
Según lo que hicieron recientemente en Yugoslavia, Estados Unidos no enviará
marines a Colombia. Además, está el recuerdo de Vietnam. Ellos dicen que su pueblo es
muy sensible: con un muerto gringo ya se sensibilizan demasiado. Pero cuando matan a miles
o millones en el mundo, para este pueblo sensible es normal porque le dicen que son los
malos y ellos lo aceptan. Estados Unidos pondrá los satélites y sus misiles humanitarios
y los latinoamericanos serán la carne de cañón. Se trata de un capítulo más en la
historia de siempre: cómo un país latinoamericano que intenta un desarrollo
independiente es atacado por Estados Unidos. Hoy es Colombia con el pretexto del
narcotráfico. A esta altura del partido, ¿qué país latinoamericano está exento de que
Estados Unidos lo acuse por narcotráfico? El narcotráfico es una multinacional. La casa
matriz está en Estados Unidos, la fábrica más importante en Colombia y el resto de los
países cumplen el papel de tráfico y lavado y en otros casos de consumo.
Estados Unidos ha estado sondeando a los países de la región en busca de consenso.
A pesar de este mundo unipolar, donde la mayoría de los gobiernos están sometidos
a los Estados Unidos, no ha sido fácil para Washington convencer a los gobiernos
latinoamericanos de una intervención conjunta en Colombia. Simplemente porque estos
gobiernos no pueden justificar esta agresión frente a sus pueblos.
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