Página/12 en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York El general (Barry)
McCaffrey visitará la Argentina y otros países sudamericanos a fines de agosto para
hablar de los problemas de cada nación en la lucha antidroga, pero no pedirá
cooperación concreta en la cuestión colombiana. El compromiso que se le pedirá a
Latinoamérica en la escalada de la lucha antinarcóticos en Colombia es cero. El problema
de las drogas es, por supuesto, internacional y el tema de Colombia saldrá en las
conversaciones del general con los funcionarios, aunque no para pedir una participación
específica, dijo a Página/12 un vocero de McCaffrey, el director de la oficina
antidrogas de la Casa Blanca. Sin embargo, lo que parece emerger de un conjunto de
entrevistas es algo distinto: la aplicación a Colombia de la estrategia de intervención
limitada que tuvo éxito en El Salvador en los 80.
Para Elliot Abrams, ex subsecretario de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de
Estado en la administración Reagan e influyente analista en los temas de la región, la
gira de McCaffrey podría apuntar a consolidar el apoyo político en todo lo que se
decida hacer en Colombia. Esto es indispensable, pues lo último que queremos en Estados
Unidos es a los argentinos o a los brasileros, para citar dos ejemplos, dando discursos en
la OEA contra el neocolonialismo, observó con tono ligeramente zumbón. La
presencia norteamericana en El Salvador durante la guerra contra el grupo rebelde Frente
de Liberación Farabundo Martí es una buena analogía de lo que podría
ocurrir en Colombia si el gobierno de (Andrés) Pastrana se inclina por una
resolución militar del conflicto con la llamada narcoguerrilla de la FARC, dijo Abrams
enfatizando el si condicional.
Con respecto de la intervención militar directa de EE.UU., las posibilidades son
cero, nulas, inexistentes dijeron categóricamente y
casi a coro funcionarios y expertos entrevistados para esta nota. El rechazo a la
intervención directa es compartida por todos dijo Edward Luttwak, experto en
estrategia militar del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de
Washington, por los dos partidos, Demócrata y Republicano, por las fuerzas armadas
y por la sociedad. EE.UU. brindará, en cambio, entrenamiento a los militares
colombianos, batallón por batallón se estimó, dentro de las fronteras del
país latinoamericano, y suministrará inteligencia y tecnología de punta en armamentos.
Los entrevistados también descartaron la posibilidad de que se solicite la participación
militar de otros países latinoamericanos. Se pedirá la cooperación de los
vecinos, pero en cuestiones tales como préstamos de pistas de aterrizaje, por
ejemplo, dijo a este diario una fuente del Departamento de Estado, quien indicó que
EE.UU. estaba trabajando en varios frentes para encontrar una solución a la
crisis. Rechazó de plano, sin embargo, que entre las soluciones ponderadas se considerase
una intervención directa para combatir a los 20.000 guerrilleros que, según se dice,
controlan el 40 por ciento del territorio colombiano y que gozan del usufructo de 600
millones de dólares, obtenidos principalmente de su excelente relación con los carteles
del narcotráfico. La opinión pública norteamericana entendió nuestra
participación en Kosovo por la historia de violación a los derechos humanos que sucedía
desde hacía años dijo el funcionario. Pero no es igual en Colombia. Además,
uno dice jungla y la gente inmediatamente dice Vietnam,
subrayó con vehemencia, aludiendo a la derrota militar en Asia, en la que murieron
aproximadamente 50.000 soldados norteamericanos.
Para Abrams, la ayuda requerida a los países vecinos se limitará a pedirles un aumento
sustantivo de la seguridad y patrullaje de lasfronteras para que los guerrilleros no
establezcan santuarios en la Amazonia o en Venezuela. Y agregó: Con todo
respeto, si EE.UU. está entrenando a los colombianos, ¿por qué tendríamos que pensar
que otras FF.AA. son tanto mejores que las de este país? ¿Quiénes podrían ser? (La
Argentina con el presidente) ¿Menem? ¿Chile?... no me parece. Uno puede decir que los
militares peruanos han derrotado a dos guerrillas. Es cierto. Pero Ayacucho es muy
distinto a la jungla colombiana. Y Sendero Luminoso nunca contó con los 600 millones de
dólares que tiene la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas), gracias al
narcotráfico y a otras actividades extorsivas. Abrams puntualizó también como
dificultades para una participación militar regional los asuntos de soberanía; no
me parece probable que Pastrana invite a (Alberto) Fujimori a enviar tropas, y la
coordinación de tareas entre ejércitos: Este problema lo tuvimos nosotros
recientemente en la OTAN (en el conflicto de Kosovo), dijo. Desde el punto de
vista militar, creo que es más fácil entrenar a las FF.AA. colombianas, ayudarlas a
modernizarse, sostuvo.
Se estima que en función de este entrenamiento, habría ya en Colombia unos 370 efectivos
norteamericanos, entre asesores militares, agentes de la CIA y la DEA y personal militar.
Los norteamericanos ya están operando en tres bases colombianas: Palanquero, Tolemaida y
Tres Esquinas. En esta última, donde se instaló en enero un radar estadounidense de 20
millones de dólares, operará un batallón antidroga colombiano de 1500 hombres, que
está siendo entrenado por la CIA y la DEA. En su programa televisivo vespertino, el
periodista Dan Rather de la cadena CBS informó esta semana que fuentes del
Pentágono dijeron que habían solicitado al gobierno colombiano que se les permita operar
en otras tres bases, las de Bahía Málaga, Barranquillas y San Andrés.
Los norteamericanos están entrenando a los colombianos dentro del país, batallón
por batallón explicó Luttwak. Pero es una esfuerzo muy limitado para la
dimensión de esta crisis. Y aún no están haciendo lo correcto, que es entrenarse ellos
mismos, además del entrenamiento que reciben de los norteamericanos. El problema
fundamental son las FF.AA. colombianas, que consideran que la guerra es un negocio y no
una cuestión de seguridad nacional. Unas FF.AA. normalmente bien entrenadas no pueden ser
desalojadas o empujadas de un pueblo por una guerrilla. Pero los militares colombianos
envían a la lucha a campesinos jóvenes en uniforme, que han recibido un entrenamiento de
apenas dos semanas. Entonces pierden. Una compañía de 100 verdaderos soldados no puede
ser abatida por ningún número de guerrilleros, opinó.
A diferencia de Richard Millet, del Centro Norte-Sur de la Universidad de Miami, que
estimó que EE.UU. no buscará una injerencia mayor en la crisis colombiana, porque
se avecina el año electoral (en la superpotencia) y ninguno de los dos partidos quiere la
responsabilidad de enviar tropas a un conflicto de este tipo, Luttwak dijo que el
único motivo de esta relativa prescindencia es que EE.UU. no puede pelear en Colombia
el único tipo de guerra que le gusta conducir últimamente, la que puede pelear con
bombardeos remotos y armas de precisión. Vemos, por cierto, la presencia de marines en la
costa colombiana, pero sólo para realizar ejercicios. Hay una gruesa línea roja que
divide estas actividades y una intervención más vigorosa. La línea es ir y pelear con
la guerrilla. Esta no es una cuestión electoral sino estructural: no van a desembarcar en
Colombia ni en ningún otro lado, hasta que les garanticen que no va a haber lucha.
Panamá
Por M.F.C.Si
hay un acuerdo con (Andrés) Pastrana de cooperación en el escalamiento de la ofensiva
militar contra la FARC y el narcotráfico, creo que ésta sería una magnífica
oportunidad para que Estados Unidos retenga cierta presencia militar en Panamá,
indicó Elliot Abrams, quien comentó que la presidenta Mireya Moscoso dijo que le
gustaría que continuase cierta presencia norteamericana. La ofensiva en Colombia les
podría dar una excusa a los panameños para hacer algo que quieren, opinó.
El ex diplomático sostuvo que continuar con cierta presencia militar en el
país centroamericano sería más fácil que volver a desplegar efectivos si hay una
emergencia en Colombia. |
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