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AUTOCRITICA Y ANUNCIOS DE PACO RABANNE
La profecía, parte II

Aunque admitió el error de su pronóstico, el modisto está “íntimamente convencido” de que en París habrá un cataclismo. Acepta
que las burlas que recibió en todo el mundo son “merecidas”.

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t.gif (862 bytes)  Pese al rotundo fracaso de su predicción, el modisto Paco Rabanne volvió a la carga con sus pronósticos. Tras reconocer su error –había anunciado la destrucción de París para el miércoles último, en coincidencia con el eclipse solar, por la caída de la estación espacial rusa Mir–, el diseñador insistió en que la capital francesa sufrirá una catástrofe antes de fin de año. “Estoy íntimamente convencido, va a ocurrir un acontecimiento dramático”, dijo a la prensa, en su primera aparición pública después de su fallida profecía. Eso sí, esta vez se cuidó de poner fecha al cataclismo.
Rabanne, que había dejado París a mediados de julio tras presentar su última colección de alta costura y guardó silencio el pasado miércoles cuando la capital francesa siguió intacta tras el eclipse solar, fue entrevistado el sábado en Annecy (Alta Saboya) por los diarios Journal du Dimanche y Dauphiné Liberé.
“Hice algo bastante terrible, me atreví a poner fecha a la caída” de la Mir, admitió el modisto de origen español al Dauphiné Liberé, pero explicó que se había basado en las declaraciones de una vidente bretona que en 1930 dijo que, antes de fin de siglo, París ardería en “un día oscuro”. “En esto radica todo mi error y lo asumo plenamente”, dijo Rabanne en lo que, según él, será su última entrevista.
“Con gran vergüenza mía, asocié los dos acontecimientos. Sí, lamento haberme equivocado, pero no doy marcha atrás. Estoy íntimamente convencido, por mis propias percepciones, de que un acontecimiento dramático va a ocurrir en París”, afirmó. Pero se negó a dar fechas. Si bien asume “totalmente” las burlas que “me he merecido”, eso “no cambia mis convicciones”, dijo.
El famoso diseñador sostiene que recibió, por medio de una religiosa estigmatizada, un mensaje de la Virgen María exhortándole a no dejar de hablar: “Que no tema nada. Desde arriba lo protegeremos”, habría dicho en su mensaje la madre de Jesucristo.
En sus declaraciones al Journal du Dimanche, en las que también reconoció su error, Rabanne se presentó como víctima. “Los periódicos han dicho de todo... Mis declaraciones fueron sacadas de contexto. No he dado entrevistas en tres meses. A partir de ahora, quiero que me dejen en paz”, declaró.
Según la publicación, Rabanne había prometido callarse si sus predicciones se revelaban equivocadas y el propietario de su marca, el grupo español de cosmética Puig, esperaba “con impaciencia” el silencio del modisto. El artista había aconsejado a la empresa repatriar todos los papeles para que no ardieran en el incendio de París, agrega el diario, y señala que la compañía, agobiaba, se encogió de hombros pero acabó por llevar la contabilidad a Chartres y a Barcelona.

 

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