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Por Nora Veiras Usted dijo que se inició pastoralmente en 1976, en Goya, con monseñor Alberto Devoto. En 1992, cuando la sacaron de Catamarca volvió a esa ciudad ¿encontró puntos en común entre aquella realidad y la actual? En el tema de la iglesia diría que encontré una iglesia vivida que ha seguido creciendo. Lo que no había cambiado para nada es el feudalismo del gobierno, sobre todo la mentalidad feudalizada del correntino. En Catamarca luchó contra el poder feudal de los Saadi, ¿en Corrientes está luchando contra el mismo poder en manos de los Romero Feris? Sí. La diferencia con Catamarca es que allá aparecí como una francotiradora y como una líder. En cambio, en Corrientes no fue así porque esto se fue gestando desde la formación de grupos. Cuando llegué a Corrientes encontré funcionando en la capital el Servicio de Paz y Justicia de Adolfo Pérez Esquivel, me uní a ellos que estaban trabajando en un Foro Multisectorial por la Justicia. Luego, los imitamos en Goya y conformamos nuestro foro. Actualmente es el que tiene el empuje en las denuncias sobre tráfico de niños, robo de tierras, pensiones no contributivas coimeadas o cajoneadas, apremios ilegales, atropello a la dignidad del trabajador en todas las formas que se puede pensar, de la mujer. Es una situación calamitosa. Nosotros hemos hecho frente a todo esto con una multisectorial que nos ha hecho crecer. Ahora que hemos derrocado a un gobierno, que estamos en un período de transición, lo que nos preocupa es la tarea de docencia política. ¿Por qué? Porque dentro de unos meses tenemos las elecciones y la mentalidad de nuestra gente es clave. Muchos dicen que Tato Romero Feris está preso, pero no importa porque la gente lo va a volver a votar. ¿Cómo se logra el quiebre para que la gente haga valer su voto? Por eso continúa la plaza del aguante. Seguimos en el aguante porque no nos han dado el cronograma de pagos de lo que nos adeudan, pero también queremos la gestión de penalidad de quienes han sido denunciados por malversación de fondos, por corruptos en todas las ramas de la corrupción, entre ellos Raúl Rolando Tato Romero Feris que está detenido, falta el ex ministro de Salud que está fugado, no se lo encuentra. En Goya, tenemos al doctor Cabreras que ha robado la comida de las empresas que abastecen al hospital, los medicamentos, hasta la venta de niños que habían nacido en el hospital y fueron dados por muertos. ¿Cabreras también está fugado? Yo diría que él era el jefe de toda esa mafia. No está fugado, está con una carpa de autoconvocado dentro del hospital porque denuncia como una injusticia que no le sigan dando la comida -.que se paga con presupuesto del hospital-. a los que pertenecen al Partido Nuevo. A punteros del partido le daban cincuenta raciones de comida para que las vendan o se las den a la gente para que los voten. La tarea nuestra ahora es que se penalice a los funcionarios corruptos, que devuelvan parte de lo robado tiene que aparecer el dinero. No son uno o dos sueldos, es mucho dinero. Ustedes mismos han publicado los montos con que Romero Feris estafó a la provincia mediante la malversación de fondos. El objetivo final es que se los inhabilite para la función pública de por vida para que no se los pueda votar y también se inhabilite al Partido Nuevo. Para esto, todos los autoconvocados que hoy decimos que hemos cambiado la mentalidad política, que se nos ha caído la venda de los ojos, tenemos que llegar a hacer docencia, concientización con la gente humilde, con todos los pobres que eran financiados y sostenidos por Tato Romero Feris, a quienes les daba un pequeño sueldito de 150 pesos aunque no trabajaran .tantos ñoquis que tenemos, bolsas de comestibles. Mostrarles que esa es una forma indigna de mantenerlos. Lo difícil es romper ese asistencialismo que les permite seguir subsistiendo... Sí, todo eso supone una educación que la tenemos que hacer nosotros, los autoconvocados, los docentes a través de las escuelas, convocando a los papás de familia, desde las comunidades eclesiales de base en las capillas. En Goya, tenemos un servicio de Pastoral Social que después de la misa está convocando a las comunidades para que ante el hecho consumado se analice qué pasó, por qué, el diagnóstico rápido para descubrir la realidad. ¿Qué pasó? ¿Por qué nos ocurrió? ¿Qué cambios estamos logrando? ¿Cuál es la meta que pretendemos? Están desarrollando una tarea política... Sí, una tarea política de docencia y esto a través de un magisterio trabajado que durante estos últimos cuatro meses ya lo vivió en las propias escuelas con los docentes. Usted hace hincapié en la penalización de la corrupción. ¿Cómo está actuando la justicia? Hemos cambiado al ministro de Gobierno y Justicia, Hugo Manzini, un corrupto de primera que tiene que ver con el secuestro de un chiquito en Esquina, su mujer es intendente de Esquina. Lo primero que se ha hecho es formar una especie de Conadep designada, financiada por el propio gobierno, son abogados, gente que tiene que realizar el trabajo de juicio político a través de los juicios penales y civiles. En Goya, estamos preparando las denuncias contra el director del hospital y también contra médicos y trabajadoras sociales que han estado manejando dinero de Acción Social en una forma corrupta. Por ejemplo, la esposa de uno de los grandes capos de Salud Pública que trabajaba en Acción Social en Goya, la señora Soleci, cobró durante un año como ñoqui el sueldo de un cargo que había quedado vacante en un hogar de hermanas vicentinas. Aparte de ser corruptos, son malos. En una sociedad donde estamos organizando permanentemente colectas para ayudar a los ancianos, que hagan esto es una vergüenza, un horror. Cuando fue el asesinato de María Soledad Morales, usted dijo que el presidente Carlos Menem era el encubridor de la corrupción en Catamarca. ¿Cómo evalúa la actitud de Menem en Corrientes? Menem es el gestor y el encubridor de las mafias de corrupción del país. No solamente de Catamarca y de Corrientes. Hoy lo digo con conocimiento de causa, cuando uno se pone a conversar con uno y con otro y va por las provincias, se da cuenta de que las provincias apoyadas por Menem son las más corruptas en todo lo que significa por sobre manera, tráfico de drogas... basta mirar San Luis, San Juan, Catamarca en aquel momento, Salta con Romero. Es gravísimo lo que denuncia. Sí es gravísimo. Menem es el gestor junto con Duhalde de todo eso. ¿Cómo analiza la actuación de la oposición? Creo que para la Alianza, el tema de la corrupción es central para que se posicione. De hecho empiezan entre ellos a firmar un pacto para rendir cuenta sobre sus bienes. ¿La concientización de la gente para hacer valer su capacidad de elección se profundizó? Creo que la gente está lúcida ante los temas de corrupción y eso se lo debemos a los medios de comunicación que han protagonizado las investigaciones y eso ha dado lugar a que luego aparezcan jueces, gente del poder, que ha tomado la posta para blanquear situaciones. También es cierto que vemos un gran manejo económico y político en la compra de los medios de comunicación, que periodistas que en un momento estaban a la palestra de la investigación de la corrupción hoy han cambiado su rubro.Santo Biasatti, Néstor Ibarra... han bajado los decibeles. Estoy segurísima que esto es así no porque hayan cambiado de mentalidad sino porque están condicionados por los medios poderosos en que trabajan que pertenecen a gente que está dentro del sistema y para quienes hay temas sobre los cuales no es conveniente seguir indagando. En los últimos días, candidatos a gobernar la principal provincia del país, Buenos Aires, como Luis Patti y Carlos Ruckauf han exhortado a la Justicia por mano propia para combatir la delincuencia. ¿Qué opina sobre eso? Qué garantías tengo yo de que un candidato así vaya a defender la vida de los argentinos. El hombre vale hasta tal punto que la vida debe ser defendida sí o sí. Si la vida, que es lo más preciado, vale sólo para pegarle un tiro y darle muerte, cuánto vale la salud, la educación, el desarrollo en dignidad de la vida. Si son capaces de matar y vale esa muerte, no se van a ocupar ni de la salud, ni de la educación ni del trabajo porque les importa nada la vida. Usted conoció a Patti cuando lo mandaron a investigar el crimen de María Soledad. ¿Cómo lo ve ahora como político? Patti arrasa, barre. Si tengo que definirlo, apelo a lo que me dijo un compañero suyo del servicio de inteligencia: ¡Ojo! que Patti barre. El país tiene que tenerle miedo a Patti, arrasa, da muerte, no pregunta, es decir que el fin justifica cualquier tipo de medios con tal de seguir y lograr el objetivo que persigue. A mí me preocupa todo el contexto en que se da ese discurso. En Mar del Plata, se produjo ese atropello a la gente que estaba ocupando la Catedral. Estas cosas pasan en lugares donde hay gente comprometida de Iglesia trabajando para poder decir en algún momento: estos son los zurdos, los subversivos, esta es la guerrilla. La gente que se infiltró e intervino para sacar a los ocupantes es gente de ultraderecha, gente retirada de las Fuerzas Armadas, de los servicios de inteligencia, que se han metido a proceder muy inteligentemente: empujaron a los fieles a protestar para detrás poder entrar ellos con las armas. Esta metodología la conocemos. Por otro lado, en un festival que se hizo no hace mucho para reivindicar a los soldados que fueron a las Malvinas, se celebró, se aplaudió al tío, el tío le dicen a Mohamed Seineldín. Raúl Portal estaba en esa fiesta y aplaudió cuando homenajearon al tío, como le dicen. Aparece un Ruckauf diciendo que al delincuente hay que matarlo, después quiso retroceder pero ya era tarde. Patti que le dan prensa por todos lados. Este discurso surge en un continente donde está Colombia, donde nadie sabe qué puede pasar de aquí a tres meses. ¡Cuidado con la aparición de un Fujimori en el sur! ¡cuidado que peligren nuestras elecciones! ...Yo tengo desconfianza. ¿Usted teme que las elecciones del 24 de octubre no se lleguen a concretar? Sí tengo ese temor. ¿Le parece que hay margen internacional para una jugada semejante? Sí, podría estar muy ligado a lo de Colombia, a la complacencia de Argentina ante una intervención. Es una reflexión personal pero son análisis para tener en cuenta. Esto de Colombia va a pasos agigantados y yo no creo que quede sólo ahí. Volviendo al papel de la Iglesia en este contexto social. Por un lado, es la institución con más legitimidad por su trabajo solidario. Por otro, tiene sectores muy complacientes con el gobierno actual. ¿Usted cómo analiza el rol de la Iglesia? A grandes rasgos, estoy contenta. Creo que la Iglesia ha hecho un cambio muy grande, lo está dando diariamente frente al compromiso de lo que se destapa. Quizás, la Iglesia es como que ha esperado el momento del destape para decir: Ahora sí doy mi palabra porque tengo que definirme. Tuvo que explotar la corrupción para que a la Iglesia no le quedara otra.También es cierto que el esfuerzo que están haciendo muchos obispos para empujar doctrinalmente ese trabajo social, ese compromiso con los más pobres, excluidos, está claro. Lo doctrinal corroborado por la realidad está claro, es lo fuerte y lo valioso. Día a día se ven sacerdotes, religiosas y obispos que se comprometen. Lo que quizás falta todavía es el compromiso personal de algunos obispos, pero tenemos que pensar también en qué escuela de Iglesia doctrinal hemos sido formados y a determinada edad todo eso cuesta mucho. ¿Usted se siente acompañada? Primero no me siento cuestionada como en algún momento pude estarlo con interrogantes de más de un obispo. Hoy me siento acompañada. Quizás no con el compromiso que yo quisiera de algunos obispos pero sí con respeto y aceptación de mi persona y de mi trabajo. ¿Por quiénes se siente más acompañada? Por aquellos obispos a los cuales yo he imitado: monseñor Hesayne, monseñor Devoto, que ya no lo tenemos, pero fue con quien aprendí la escuela de De Nevares, Angelelli. Un obispo al que aprecio mucho es monseñor Antonio Castaña, el arzobispo de Corrientes. No sólo nos ha dado una mano de acompañamiento sino que nos ha dado luz, es uno más que está en el grupo. Está desbordado porque escucha a todo el mundo, a lo mejor no tiene perfil de prensa, es un hombre tímido, pero tiene un perfil muy profundo: lo podemos llamar a cualquier hora para la consulta. Usted, refiriéndose a lo político, dijo que el fin no justifica los medios, ¿cómo analiza la actitud de la iglesia frente al dinero que recibe desde el Estado? Ese es un tema que habría que hablarlo con cada obispo. Honestamente yo lo desconozco. Yo conocí a un obispo, entre otros, que renunció al peculio que recibían los obispos del Estado, monseñor Alberto Devoto. Nunca recibió un peso del gobierno y fue eso lo que le permitió estar con las manos libres cuando detenían a su gente. Iba a ver a Cristino Nicolaides, o a cualquier general, a decirles: quiero permiso para ver a mi gente. Nunca aceptó dinero para arreglar la Catedral. Cuando se cayó una torre de la Catedral de Goya, reunió al pueblo en una asamblea y dijo: ¿Ustedes quieren que pongamos la torre? El pueblo tiene que levantarla si no, la dejamos así. Se levantó con dinero del pueblo. Otros obispos aceptan dinero y por eso tienen las manos atadas, porque a la hora de tener que expresar una queja están condicionados. Yo no puedo darle publicidad a una denuncia si le debo plata al otro. A mí me ocurrió con un sacerdote que es un viejito, no voy a dar el nombre porque ha entregado la vida por lo que ha hecho con nobleza, dedicándose a fundar hogares de niños en Rosario. Imaginate el sostén que era para el gobierno que este viejito mantuviera en orden los hogares. Yo denuncié esos hogares por violación de menores, corrupción de menores, prostitución, tráfico de niños, adopciones ilegales. Se quería morir el viejito, pero no pudo decirme nunca tiene razón porque todos esos hogares funcionaban con la plata que el gobierno le había dado, ¿pero qué condición le ponían? Elegirle el personal. Entonces el personal agradecido porque el gobierno le había dado el puesto, no el padrecito, pero ese personal era cualquier cosa. Creo que la independencia del Estado con la Iglesia es fundamental para sanear parte de la corrupción de los poderes entre sí: el político, el judicial, el de las instituciones como tales. Alguna vez dijo que era peronista. ¿Se sigue sintiendo peronista? Tengo alma de todo aquello que conocí como lo popular, el trabajo para los pobres desde la niñez, el recuerdo de haberla visto a Evita en persona. De niña, yo iba a todos los actos porque mi padre era peronista. A mí me mostraron la obra que ella hacía y la veía siempre en asuntos sociales. Lo que más me impactaba era ver en las montañas en Jujuy un hospital con cinco mil camas. Yo pensaba: todos los collas que no puedenbajar a la ciudad, van a ir ahí. Eso me enternecía, es decir la parte sensible de la obra. Ahora no me preguntés los medios, la política que estaba detrás... creo que el gobierno de Perón ha sido de mucha demagogia, de tipo nacionalistafascista. Un horror todo el regreso de Perón con Lorenzo Miguel. Me dolió mucho la muerte de Rucci. Ahí empecé a entender cómo se hacía desaparecer gente... No, hoy no soy peronista. En todo caso soy peronista en la doctrina, pero no en la política práctica. ¿Cómo se definiría políticamente? Tiendo más a un socialismo cristiano, democrático. ¿Cree que es posible que se plasme? Creo que con el tiempo si queremos hablar de una solidaridad equitativa, tiene que priorizarse la sociedad como tal, el gobierno en función de la sociedad. La realidad parece mostrar el triunfo de la injusticia. ¿Cómo hace para renovar la fe en un contexto donde avanzan otros valores o disvalores? Es muy fácil, la fe del católico que yo profeso, va unida a la esperanza, al amor. La fuerza es el amor, amo a la gente, amo la vida, amo lo que hago, amo mis ideales. La esperanza porque es camino, es trabajo, es búsqueda, es lucha y yo tengo esa fe puesta ahí. Somos constructores de la historia que estamos viviendo. Yo me rompo toda y tengo un objetivo que es el amor a la gente, a la historia, a lo que me toca hacer en esta vida, yo no vine porque sí. Vine porque tengo un proyecto, como todos, el asunto es saberlo descubrir. ¿Catamarca fue un antes y un después en ese descubrir? Tan después que descubrí lo que me tocó en Corrientes. Y digo, ¡qué bien que estuvo mi traslado! Mi etapa ya estaba cumplida en Catamarca, tenían que continuar otros en sus roles, en sus propios proyectos. Recé tanto delante de Dios, porque me dolió tanto, preguntándole cuál era mi nueva mi misión, saber descubrirla. Tener fe en un ser superior, un dios que nos contiene a todos, no importa el camino por el cual lo elegimos, esa es la fuerza para querer a todos, no hacer discriminación en la realidad, por eso casi me descompuse cuando lo escuché a Ruckauf y a Patti decir que al delincuente hay que liquidarlo, ¿esa persona no es digna de una rehabilitación?, ¿quién es dueño de la vida para decir que alguien debe morir? ¿Qué sensación le quedó de Catamarca después de tantos años? Hemos constituido una familia con los Morales, con la gente amiga, pero la sensación es que el encubrimiento es una materia pendiente en Catamarca, sobre todo con la gente que ha muerto por causa del crimen de María Soledad. Entre ellos el padre Carrizo, a quien dejaron morir, y al colectivero Ponce que lo mataron equivocadamente. Hay toda una estructura policial que sigue aunque hayan cambiado algunas figuras. No pasó como el asesinato de José Luis Cabezas que sirvió para desmantelar la estructura policial corrupta. ¿Ramón Saadi está muerto políticamente? Creo que sí, pero como es gente que lucha por el poder a costa de cualquier precio, yo digo que son ciegos: la ceguera es el peor enemigo para enfrentar. ¿En Goya, le queda mucho por hacer? Muchísimo. Tengo mucha ilusión con la Fundación que hicimos. Creo que a nivel mundial se vienen tiempos muy duros en el empobrecimiento. Mientras no cambiemos la mentalidad capitalista, los pobres van a tener que buscar el salvavida: la propia huertita. Nosotros estamos enseñando esto, cómo ayudar a autoabastecerse, a sobrevivir pero en dignidad. Este es mi proyecto ahora.
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