El Congreso analizará hoy por qué el día del atentado a la embajada la policía no llegó
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Uno de los tantos misterios que rodean la pesquisa del atentado a la embajada de Israel aún no tiene solución: por qué el patrullero 115, que según el perito de la DAIA Ariel Garbarz debía controlar o sustituir a los custodios de la embajada, se desvió de su camino la tarde del 17 de marzo de 1992. Garbarz explicará hoy a diputados y senadores que, en el más suave de los casos, la Policía Federal fue negligente. Página/12 tuvo acceso exclusivo a un adelanto de la exposición de Garbarz ante los legisladores de la Comisión Bicameral de seguimiento a los atentados de la AMIA y la Embajada de Israel. Garbarz, titular de la cátedra de Tecnología de Computadoras de la UBA, propondrá insistir en las pericias sobre el enigma del patrullero 115. "Cualquiera sea el resultado de las pericias, éstas conducirán necesariamente hacia la responsabilidad policial, aunque en muy diferentes grados", asegura el experto. Y detalla las variantes: * "Si la orden (de desviarse) no existió, y el patrullero no se desvió por obediencia debida, habría encubrimiento institucional de los tres policías, hayan actuado por complicidad o negligencia". * "Si, en cambio, la orden de desvío es legítima, como el desvío no pudo justificarse estaríamos frente a la participación de jefes policiales que habrían liberado la zona para facilitar el ataque genocida". El problema, para Garbarz, es que la Corte Suprema suspendió "la reconstrucción de la comunicación con el patrullero, que ella misma había ordenado". Un informe de Gendarmería dice que la reconstrucción no tiene sentido por el grabador Assman 200 que registraba las conversaciones con los móviles está descompuesto. Pero Garbarz contraargumenta que todos los eslabones de la comunicación policial "dejan huellas magnéticas en la cinta". Lo hacen el patrullero, el Motorola, los micrófonos, las antenas, los mismos transmisores y los receptores. Por eso, bastaría "disponer de uno de ellos para que se justifique el trabajo pericial, y estando casi todos disponibles resulta ilógico suspender la medida ordenada". En el escrito que presentará hoy a la Comisión Bicameral de Seguimiento, el perito de la DAIA acompañará su pedido de realizar el estudio suspendido por la Corte con una historia de las contradicciones, las desprolijidades y los hechos curiosos que rodean desde 1992 el caso del patrullero 115. * Cualquier orden al patrullero debió quedar registrada en el grabador Assman 200. * No lo está porque cada 31 días la Policía Federal borra las grabaciones para usar de nuevo las cintas. * Como la policía informó a la Corte que el Assman seguía en funciones, el tribunal supremo ordenó una inspección a la policía. Fueron los peritos de la Gendarmería y de la embajada de Israel. Escucharon de los policías que el Assman ya no estaba en uso desde hacía un año. * La inspección debió ser sorpresiva. Según Garbarz, "la división Pericias Especiales de Gendarmería recibía el oficio y concertaba con Policía Federal el día y la hora del ya viciado procedimiento". * "Los peritos de oficio y de parte fueron recibidos con café en el Comando Radioeléctrico y con tres únicos adornos colgados de las paredes del recinto de operaciones: un banderín de la policía israelí y dos fotos enmarcadas del atentado a la embajada". * En lugar del Assman que, se supone, no funcionaba, los policías mostraron "un flamante y moderno grabador digital". * Garbarz sostiene que por la falta de sorpresa de la inspección fue imposible "verificar si los policías decían la verdad o si el grabador seguía funcionando, y fue reemplazado en los tres días de preaviso que la Corte les otorgó". * El punto a determinar es si el Assman teóricamente roto fue usado para registrar alguna comunicación del '92 minutos antes del atentado. Como el grabador así no sirve, los peritos, según Garbarz, deberían pesquisar las huellas magnéticas que dejaron los equipos de comunicaciones del comando y del patrullero 115 en la grabación original. "Cotejando la cinta testigo con la cinta reconstruida se puede determinar con altísimo grado de confiabilidad si los equipos electrónicos son los mismos", dirá el escrito. * Otra dificultad para la investigación fue el patrullero. Recordará hoy Garbarz que la Policía Federal "entregó primero un falso patrullero 115 amarillo pero con el transceptor que le pertenecía al 115, y días más tarde entregó el auténtico patrullero 115 pero sin su Motorola y sin motor". También desapareció "el cuaderno técnico del equipo de comunicaciones que acredita su autenticidad y su historial de mantenimiento". * La policía dijo en su momento que usó el patrullero para trasladar a una detenida paraguaya de la Cancillería a la comisaría 15. * De acuerdo con Garbarz, los custodios del canciller Guido Di Tella Juan José Di Gregorio y Marcelo Leonardo Perrota, el subjefe de la comisaría que opera en al Cancillería Norberto Sergio Madrid y las policías Noemí Flores y Laura Frías declararon que no trasladaron a ninguna detenida. * Además, el arresto ocurrió a las 12.40, casi dos horas antes de la explosión.
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