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Traverso quiere retirarse campeón manejando un Torino en el 2001

Hace un cuarto de siglo que el auto argentino no gana en TC. Traverso, que obtuvo su primer triunfo en1972 con esa marca, busca chasis para empezar a construir el coche. Un sueño para el 2001.

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Por Pablo Vignone
t.gif (862 bytes)  Juan María Traverso está convencido de que nadie puede quitarle el título ‘99 del Turismo de Carretera y quiere despedirse del automovilismo con un último desafío: ser campeón en el 2001 con un Torino, el auto argentino que hace un cuarto de siglo que no gana en TC. El proyecto ya está en marcha, se está buscando un chasis para comenzar a construir el auto de carrera y probarlo en la pista antes de fin de año, cuando el torneo esté definido.
Traverso debutó en TC en 1971 con un Torino, cuando esa marca dominaba la categoría. Logró su primer triunfo en octubre de 1972, en 25 de Mayo, y las buenas actuaciones que tuvo en 1973 con ese auto, preparado en Ramallo, le valieron un lugar en el equipo oficial Ford. La última vez que un Torino ganó en TC fue en abril de 1975, con Luis Di Palma al volante. Como el Torino era el único motor con doble árbol de levas a la cabeza, el reglamento lo puso en inferioridad mecánica, y de a poco los preparadores se olvidaron de él. Hace 25 años que no se hace un desarrollo competitivo de ese impulsor: el último en intentarlo fue el propio Di Palma, en 1995, y fracasó. En la carrera del domingo, en La Plata, sólo uno de los 49 autos que corrieron era un Torino: Mario Gómez abandonó.
Con semejante panorama, es lícito preguntarse por qué Traverso, a punto de cumplir 49 años en diciembre, quiere arriesgar su prestigio en una marca perdedora. Las respuestas son de variado tenor. La razón fundamental es que tiene que hacerse un coche nuevo: para adecuarlo al nuevo reglamento que permite autos más bajos (los famosos 20 milímetros del Chevrolet del campeón Ortelli) obligan a Christian Avila, el chasista de Traverso, a construir un auto nuevo antes que modificar el existente, si es que se quiere seguir ganando.
Ante la necesidad del emprendimiento, Traverso pensó en un desafío distinto: ya fue tres veces campeón con Chevrolet (1995 a 1997) y, si lo logra este año, tres veces campeón con Ford (antes, en 1977 y 1978). Pero además se aprovecharía de una doble ventaja.
Para revivir el interés por la marca Torino, la ACTC autorizó hace unos años a que el impulsor Cherokee, que importó de los Estados Unidos para ser utilizado en los Dodge, puedan ser adaptados al Torino. A diferencia de los viejos seis en línea Ford y Chevrolet, cuya concepción data de 1936, el Cherokee es un motor de 1985, mucho más moderno y lógico. Esa ya es una ventaja.
La segunda es menos obvia pero más ingeniosa. Traverso se quejó durante mucho tiempo de que había solventado el costo económico del desarrollo “seguro” del Chevrolet, históricamente más proclive a las roturas por causa de su alto régimen de funcionamiento. Jorge Pedersoli, su preparador, fue quien lo llevó adelante, con dinero de los sponsors del piloto, y logró la estabilidad mecánica, que luego se difundió a otros preparadores de la marca, como Pablo Satriano.
Pero ahora Pedersoli tiene en su taller un motor Cherokee ganador, que impulsa al Dodge de Edgardo Lavari vencedor en 9 de Julio, y cuyo desarrollo técnico fue solventado por Hugo Mazzacane, dirigente de la ACTC, padre de Gastón (piloto tester de Minardi), dueño de ese Dodge e íntimo amigo de Pedersoli. A Traverso sólo le basta alquilar esos motores para tener un Torino ganador, un auto que, según creen en su equipo, es más sencillo de poner a punto que un Ford.
Con la seguridad institucional de que el reglamento técnico no cambiará para el 2000, ya están buscando un casco de Torino para armar el auto. No sería extraño que Luis Di Palma, que tiene varios en Arrecifes y es amigo de Traverso, se lo venda. El proyecto sería aprovechar el 2000 para hacer competitivo el auto y tirarse a ganar el campeonato en el 2001, el año en que Traverso cumplirá 51 años –30 en las carreras– y podrá retirarse definitivamente.

 

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