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“Cuando yo aparezco en la TV hay muchos que están masturbándose”

 

 

La inefable Bárbara comenzó como presentadora de Venus,y ahora aparece en América.“Me gusta
provocar”,dice desde su pose de agitadora sexual.

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Por Cecilia Bembibre
t.gif (862 bytes)  La morocha cuenta el ¿argumento? de la película porno con la voz más sensual de que es capaz. Que unos chicos organizan una competencia lujuriosa en una quinta, que la insaciable Helga recibe una visita, que el casting resulta más entretenido de lo esperado ... Cuando no tiene ni idea de qué se trata, no importa: imagina, promete, enumera destrezas y especialidades de los protagonistas. Pero eso no es nada. Bárbara, la presentadora del canal erótico Venus, irrumpió hace unos días en la pantalla de América para poblar de fantasías la noche del domingo, en “Perdidos en el espacio”. El tono es básicamente el mismo, sin la película, aunque se dedique a actividades “cotidianas” como mojar una frutilla en miel, lavar el auto con una destreza que haría aplaudir a los vecinos, o limpiar la casa con el clásico uniforme reducido en centímetros. Bárbara en sí misma ha ido haciéndose un producto: tiene un programa de radio, va a hacer un video de gimnasia, imagina otro ciclo televisivo y cree que seguirán las ofertas. Frente a los que envidian las conquistas que le ha entregado la pantalla, asegura: “Llamar la atención de los tipos me pasó siempre. Cualquier mujer es víctima de malos y buenos comentarios. Yo aprendí a hacer oídos sordos, y eso tiene que ver con la seguridad que tengo. Nada de lo que viene de afuera me puede mover”.
–¿Tampoco las críticas profesionales?
–Me parece bien recibirlas, sean buenas o malas, porque quieren decir que existo, que hay gente que se puso a pensar en mí. Ser protagonista me parece importante.
–¿Qué diferencias hace cuando les habla a los abonados a Venus, y cuando se dirige al público de televisión de aire?
–Lo que hago en televisión abierta es mucho más dialogado con el televidente, porque no hay un objeto –que en Venus es la película– de por medio. Por eso también participan actores. Cuando trabajo sola es surrealista, como una cadena de mis delirios eróticos.
–El resultado son segmentos con un tono bastante parecido ...
–En realidad, las cosas que hago son muy parecidas porque soy muy sutil cuando hablo. Yo no soy vulgar. Sé que cuando intervengo en “Perdidos en el espacio” queda fuerte para el día y el horario, pero no deja de ser sutil al mismo tiempo, porque no hay palabras ni imágenes explícitas. Es muy glamoroso.
–No es muy frecuente que las mujeres proyecten sus fantasías en pantalla. ¿Fue idea suya?
–Sé que lo mío es un caso excepcional, pero también siempre me consideré a la par de un hombre. Hago tiro, boxeo, y me manejo en un ambiente en el que predominan los hombres. Hacer este trabajo me hace sentir muy bien, me divierte. Me gusta provocar imágenes, sensaciones, olores en el espectador. Logro un efecto 3D entre quien me escucha, la pantalla y yo. En el medio se arma algo muy loco, una especie de holograma.
–¿Cómo se siente al saber que parte de su público la ve para excitarse?
–Sé que mientras yo aparezco en televisión hay muchos que están masturbándose ... en definitiva, es lo que quiero conseguir. Cuando hago radio a la mañana, hay muchos oyentes que me llaman y me dicen que se están tocando mientras escuchan, y escucho su agitación. Yo y cuarenta mil personas. Es un momento tan limpio, tan transparente ... como una comunión con el pueblo.
–¿Haría un programa en vivo, como el de las playmates en Estados Unidos?
–Me encantaría, y es algo que Playboy ya me propuso, hacer un programa en vivo para Latinoamérica y para Europa. Estoy esperando que se concrete.
–¿Cree que un ciclo como “Da2” abrió un espacio televisivo para hablar de sexo?
–Lo que hacemos Karina Mazzocco y yo no tiene nada que ver, pero “Da2” puso una base. La gente aceptó que hubiese un personaje femenino que hable de sexo. No sé si hablar de sexo dejó de ser tabú, pero estoy segura de que la gente está más abierta al tema.

 

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