Por Irina Hauser Mientras el juez Alberto
Baños está a pocos días u horas de definir los primeros procesamientos en
la causa de los ñoquis del ex Concejo Deliberante, ayer volvieron a desfilar en una misma
jornada algunos de los personajes claves implicados en la investigación judicial. Los ex
titulares del cuerpo legislativo José Manuel Pico (PJ) y Juan Trilla (UCR) tuvieron que
ir otra vez a Tribunales para someterse a careos con otros imputados con quienes habían
entrado en contradicción. También fue indagado Héctor Menéndez, un ex concejal
justicialista y ex director del Banco Central.
Baños está a punto de decidir varios procesamientos como parte de su pesquisa sobre
nombramientos irregulares realizados entre 1993 y 1996 en el antiguo órgano de la ciudad.
Tras la huella de delito de malversación reiterada de fondos, el magistrado ordenó, el
16 de julio de este año, 32 indagatorias. A menos que la Cámara de Apelaciones revierta
el rumbo, el caso podría pasar a juicio oral. Por esta causa, Trilla de 76
años ya cumple arresto domiciliario. También tuvieron pedido de detención Pico
(que ya estaba en prisión por asociación ilícita y estafa reiterada) y el actual
diputado duhaldista Eduardo Rollano, quien todavía no puede ser interrogado porque lo
protegen sus fueros.
En los próximos días el magistrado dispondrá la captura de otros seis ex funcionarios
que también tenían pedido de detención pero que todavía no fueron hallados por la
Policía Federal. Se trata de los radicales Roberto Larrosa, Eliseo Roselló, Luis Alberto
Sánchez, Carlos Bernardou y Braulio Feliú, y de la ex mujer de Pico, Claudia Cabezón.
La nueva medida los obligará a comparecer ante la Justicia; si no lo hacen serán
declarados en rebeldía.
Los careos de ayer no modificaron el rumbo del expediente, pero llevaron al Palacio de
Justicia a algunos de sus principales protagonistas. Pico, que está patrocinado por el
abogado Mariano Cúneo Libarona, fue sometido a un breve careo con Roberto Luaces, un ex
secretario administrativo de su propia gestión. Sus contradicciones previas, según pudo
saber este diario, se referían al tipo de trabajos y trámites que le correspondía a
cada uno y a quién certificaba la prestación de servicios. Ayer, al parecer, se zanjaron
las diferencias y se mostraron de acuerdo en que, por ejemplo, en varios ocasiones
firmaban los dos juntos.
Trilla también se presentó pero por medio de un escrito se negó a ser careado con
Damián Faggiano, un ex funcionario del bloque radical. Los principales faltas de
coincidencias se referían al lugar donde Faggiano cumplía sus funciones. El tercer
careo, que duró unas tres horas, enfrentó a Víctor Ladino (PJ), un ex director
ejecutivo, y a Fernando Anchart. Este último había dicho que nunca trabajó en el
Concejo. Pero Ladino sostuvo que sí había sido empleado y, con la asesoría legal de
Horacio Rivero, presentó supuestas pruebas tales como una autorización firmada por
Anchart para cobrar un sueldo. Ambos mantuvieron su posición anterior.
El ex concejal Menéndez habría sido interrogado por su supuesta certificación del
sueldo correspondiente a Jorge José Solís, un hombre que en realidad estaba preso.
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