Por Maximiliano Montenegro La Unión Industrial Argentina
buscará, a partir de hoy, discutir con los candidatos presidenciales la agenda de
política económica del próximo gobierno. Sin embargo, la agenda que se abrirá en
público será una lavadísima expresión de los espinosos debates que, en el seno de la
entidad, sostiene la dirigencia industrial. De ser blanqueados en plena campaña electoral
por la UIA, por sí solos, estos temas crearían conmoción: no sólo en la opinión
pública sino también en los candidatos, preocupados por acercarse a los reclamos
empresarios, pero sin descuidar la imagen de guardianes del modelo. Página/12 mantuvo una
conversación con tres pesos pesado de la Unión Industrial, quienes contaron la agenda
secreta de los industriales.
Son considerados el poder detrás del trono de la UIA, que actualmente ocupa el empresario
Osvaldo Rial. Tienen mucho que ver en el giro de timón que Rial y el secretario José
Ignacio de Mendiguren le imprimieron a la entidad, con un discurso mucho más crítico de
la pasividad oficial frente a la crisis. A condición de respetar el off the record,
accedieron a hablar de todo lo que callan en público: desde quién para ellos
es el seguro triunfador en las elecciones de octubre hasta los peligros de una
devaluación, pasando por la propuesta de fijar un impuesto a las empresas privatizadas.
Esta es la síntesis:
En la visión
empresaria, la Alianza gana por muerte. A (Eduardo) Duhalde no le alcanza ni con una
alianza con (Domingo) Cavallo, aseguran. Explican esta situación por las
dificultades que encuentra el candidato del PJ para despegarse del malhumor social con que
termina el gobierno de Menem. Duhalde pelea contra la realidad y a eso no hay con
qué darle, argumentan.
Creen que esta
realidad social es muy delicada. Y temen un estallido social si, de prolongarse la
recesión, no llegara ayuda oficial a los sectores carenciados: Lo primero que tiene
que hacer el ministro de Economía del próximo gobierno es conseguir financiamiento para
asistir a tres millones de personas que hoy viven en la indigencia. Un economista de
consulta de la UIA, Miguel Crotto, hermano del presidente de la Sociedad Rural, dirá el
jueves, en un panel titulado La visión empresaria de la Argentina Industrial
(ver aparte), que el costo estimado de esta medida es de 1500 millones de pesos.
Dentro del
paquete, de urgente implementación, consideran prioritario lubricar el sistema
productivo con créditos baratos ofrecidos por el Estado, mejorar la rentabilidad de
los sectores de bienes transables internacionalmente (industria y agro), implementar
planes de empleo público en empresas privadas (entregando un subsidio al empresario que
contrate personal) y ampliar el espectro del seguro a los desocupados. Sólo así,
sostienen, se podría soportar socialmente la actual depresión económica.
¿Cómo
conseguir los fondos? Una propuesta que fue discutida en el comité ejecutivo de la
entidad es establecer un impuesto extraordinario a las empresas privatizadas de servicios
públicos, tal como lo hizo Tony Blair en Gran Bretaña. Si se aplica como en Inglaterra
(sobre las ganancias acumuladas desde la privatización), se calcula que se podrían
recaudar 4 mil millones de dólares.
Tres dirigentes
con cargos de primera línea en la UIA plantearon la cuestión en el comité ejecutivo.
Pero, por ahora, la entidad no lo hará público no sólo para no poner en un brete a los
candidatos, que no quieren enemistarse durante la campaña con el poder económico que
representan las privatizadas, sino también por un motivo más simple: el principal
sponsor de esta Quinta Conferencia Industrial es Telefónica de Argentina.
Si el futuro
presidente lograra descomprimir la situación social, los empresarios estiman que habría
que enfrentar el problema de fondo. Si la devaluación en Brasil queda en un 30 por
ciento real de manera permanente,la pregunta es qué hace Argentina, razonan. Y
apuntan al tema tabú: Con este tipo de cambio, la economía argentina no tiene
rentabilidad para casi ningún emprendimiento productivo. Veranear en Mar Chiquita va a
salir más caro que hacerlo en Florianópolis, afirman.
La discusión
cambiaria está instalada en la dirigencia industrial. Pero las aguas están divididas.
Algunos consideran que, en estas condiciones, Argentina no puede volver a crecer a tasas
razonables, suficientes para reducir el desempleo, sin caer en una nueva recesión. Y
dicen que
si el Gobierno no se anticipa, tarde o temprano, las presiones devaluacionistas vendrán
desde el mercado. Es como la ley de gravedad: por qué no va a caer la
manzana, ejemplifican. Los candidatos pueden decirle a la gente que la manzana
no se va a caer, pero esto no quita que tengan que estudiar en serio el tema,
agregan.
Otros, en
cambio, reconocen el atraso cambiario, pero creen que el problema de la memoria
inflacionaria y el endeudamiento en dólares es hoy insalvable. Sea como fuere, en
esta conferencia ni siquiera habrá un panel dedicado a la cuestión cambiaria porque
explican el rating de la Convertibilidad todavía es alto en la
sociedad. Y no hay nada que preocupe más a los candidatos que mirar las planillas de
rating.
Llamativamente,
los empresarios ven a Cavallo con la creatividad y la imaginación que no tiene
ningún otro para salir de la Convertibilidad. En tanto, descartan su actitud en
medio del conflicto comercial con Brasil: Fue el más claro con el tema Mercosur.
Dijo que había que pararlo, abrir un paraguas protector, hasta que nos ordenemos,
recuerdan.
Presencia en el gabinete Los industriales quieren que el próximo gobierno cree un Ministerio de la
Producción, que, fantasean, sería conducido por un empresario. No hay un candidato fijo
para el puesto, pero especulan con que el propio Rial, en caso de ganar Duhalde, o Ignacio
De Mendiguren, si triunfara la Alianza, podrían ser los ministeriables. Ambos tienen un
perfil de empresarios Pyme, atractivo para la dirigencia política. En la UIA dicen que un
gobierno de la Alianza avanzará en ese proyecto. Roberto Rocca, titular de Techint, fue
el mecenas de José Luis Machinea, mientras éste dirigió por varios años el Instituto
de Desarrollo Industrial de la UIA. Por supuesto, para ocupar el Ministerio de Economía,
Machinea es el candidato de los industriales. Los dirigentes industriales más cercanos al
economista radical dicen que hoy está sobreactuando ser un ortodoxo para los
mercados. Sobre el liberal Ricardo López Murphy, el verdadero hombre de confianza
de Fernando De la Rúa, aseguran: no duraría ni 15 segundos en el Ministerio.
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