Un nuevo
elemento abonó ayer la hipótesis del atentado como detonante del incendio del ómnibus
de la empresa Almirante Brown, en la ciudad santafesina de Fighiera. Hubo un agente
externo al vehículo que aceleró los tiempos de combustión y no permitió la
evacuación total del micro cuando comenzó el fuego, sostuvo por la mañana el ingeniero
Roberto Domeq, de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), al dar un
informe en la Cámara de Diputados. El micro de la empresa Almirante Brown quedó
carbonizado en apenas siete minutos. Según el técnico, si las llamas se hubiesen
originado accidentalmente, la evacuación hubiera sido posible debido a que el colectivo
siniestrado estaba habilitado y cumplía con las normativas vigentes en cuanto
a la capacidad de ignición de los materiales utilizados en su fabricación.
Domeq concurrió a la Comisión de Transporte de la Cámara baja, acompañando al titular
de la CNRT, Roberto Ciappa, para informar si el micro en el que la semana pasada murieron
carbonizadas 12 personas respetaba la legislación en materia de seguridad.
Ciappa enumeró todos los controles que realiza el organismo antes de habilitar las
unidades y aclaró que las exigencias que deben cumplir los vehículos coinciden con las
establecidas en la Comunidad Europea. Al respecto, precisó que las inspecciones incluyen
muestreos para determinar el comportamiento ignífugo de los materiales, cuya combustión
no debe superar los 25 centímetros por minuto. Y agregó que luego de la verificación
final, los técnicos de la CNRT repiten las inspecciones cada seis meses. En el caso del
micro de la empresa Almirante Brown, Ciappa aseguró que tenía su verificación extendida
hasta el 29 de setiembre próximo.
El funcionario esquivó referirse a la existencia de mafias del transporte, aunque en el
aire quedó flotando que el incendio pudo responder a un atentado por una guerra entre
empresas que compiten por los mismos recorridos. Cuando fue interrogado en ese sentido por
el diputado radical Alejandro Nieva, Ciappa se limitó a responder que su participación
en el caso era meramente técnica y que lo que sabe sobre las razones del incendio
es por lo que dicen los medios.
Las respuestas del presidente de la CNRT despertaron muchas dudas. Si realmente el
micro cumplía las normas vigentes y se incendió de esa forma, habría que modificar la
reglamentación y exigir mayor seguridad en la fabricación de los vehículos. Es evidente
que las normativas no son lo suficientemente seguras, consideró, tras la reunión,
el diputado justicialista Lorenzo Pepe. El legislador de la Alianza Ricardo Vago, en
tanto, expresó sus dudas sobre las inspecciones del organismo. Pensamos que no hay
buenos controles sobre la inflamabilidad de los materiales de los micros, objetó
Vago.
Otro aspecto de preocupación para los diputados es la falta de una reglamentación en
cuanto a la vigilancia de los transportes de larga distancia de pasajeros cuando realizan
paradas en la ruta. No existen normativas, pero debería obligarse a un empleado de
la compañía a permanecer en el vehículo mientras está detenido, opinó el
diputado Pepe y pidió a la CNRT que analice rápidamente este punto. También plantearon
la necesidad de exigir una mayor capacitación a los choferes para actuar frente a un
incendio.
La semana próxima será el turno de las autoridades de la empresa Almirante Brown. Los
propietarios de la compañía fueron citados por la comisión a concurrir el jueves. Los
legisladores quieren ahondar la hipótesis del atentado mafioso. Esta línea de
investigación se basa, principalmente en una "guerra de tarifas"que mantienen
varias empresas y en la que ya hubo, en varias oportunidades, micros incendiados. Nunca,
sin embargo, con pasajeros.
OTRA VEZ SE DISCUTE LA PISTA DEL NARCOTRAFICO
Una reflexión absolutamente válida
Para la
jueza Alejandra Rodenas, que investiga el incendio del micro de la empresa Almirante
Brown, donde murieron 12 personas, todos los indicios apuntan a que el hecho fue producto
de un atentado. Sin embargo, la magistrada no arriesgó hipótesis sobre el móvil que
desencadenó el hecho: Es lo más complejo de desentrañar, se está trabajando
sobre diferentes puntas de investigación y en función de eso hay líneas
investigativas, dijo, sin quebrar el hermetismo. El diputado nacional Norberto
Nicotra (PJ-Santa Fe) conjeturó que el colectivo pudo haber sido utilizado como
correo de drogas sin el conocimiento de la empresa. Para la jueza, la hipótesis de
un hecho provocado por el narcotráfico es una conjetura, una reflexión
periodística absolutamente válida. En tanto, ayer, con el reconocimiento de un
matrimonio y su pequeño hijo de cinco meses, se completó la identificación de las doce
víctimas.
El indicio del atentado, y no hay problema en decirlo, se sostiene en unos
testimonios que tenemos. Uno de una señora que era miembro del pasaje, que manifiesta
haber visto a un hombre entrar al colectivo, dejar un bolso adentro del baño y
retirarse, explicó Rodenas. Aunque aclaró: Es cierto que no está descartado
que se trate de un accidente.
Respecto de las conclusiones de los peritos del FBI que trabajaron sobre el ómnibus
incendiado, la jueza precisó que estarán listas en por lo menos 20 días.
Rodenas explicó que las pericias apuntan a determinar si existió o no un elemento que
provocó el incendio. Esto haría suponer la presencia de alguna sustancia. Esa es
nuestra mayor preocupación, porque no todo el mundo tiene acceso a todas las
sustancias, sostuvo.
En tanto, ayer, un hombre reconoció a las últimas tres víctimas que aún no habían
sido identificadas: su hijo, su nuera y su nietito. Se trata de Rubén Díaz; su esposa,
Cristina Arema, de nacionalidad boliviana, los dos de 26 años, y el hijo de ambos,
Leonardo Leonel, de 5 meses, domiciliados en el partido bonaerense de Merlo. Otros seis
cadáveres están todavía en la morgue del Instituto Médico Legal, a la espera de que
sus familiares los retiren para su posterior sepelio.
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