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BALAZOS Y SIETE HERIDOS ENTRE BARRAS DEL PJ EN EL CONCEJO DE JOSE C. PAZ
Otra de tiros en el cercano oeste

Se enfrentaron las barras del intendente Glaría y del aspirante a sucederlo, Mario Ishii, ambos duhaldistas y duros enemigos.

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Por Santiago Rodríguez
t.gif (862 bytes)  Nadie sabe a ciencia cierta cómo empezaron ayer las cosas en el Concejo Deliberante de José C. Paz, pero sí en qué terminaron: en un enfrentamiento con armas de todo tipo y calibre entre dos sectores del peronismo, que dejó un saldo de siete internados en el hospital de esa localidad, tres de ellos heridos de bala. De lo que tampoco quedó duda es que la pelea fue producto de la feroz interna que mantienen en ese distrito –el más pobre del conurbano bonaerense– el intendente Rubén Glaría y Mario Ishii, consagrado en la interna del PJ como candidato a sucederlo en las elecciones de octubre próximo. Ambos dirigentes se reivindican como duhaldistas y no disputan otra cosa que el control territorial del partido.
José C. Paz es tierra de internas duras, donde la violencia parece ser la norma y el diálogo la excepción (ver recuadro). Así lo confirman los hechos de ayer, por lejos los más graves desde el nacimiento del distrito a partir de la división del partido de General Sarmiento.
La violencia se desató poco después de las 10.30 en la planta baja del Concejo Deliberante. A esa hora, el cuerpo –que el mes pasado reanudó sus tareas después de un año sin funcionar como producto de la disputa entre Glaría e Ishii– se aprestaba a sesionar. Lo más importante a tratar era la rendición de cuentas de la gestión del año pasado del “Hueso” Glaría -el aguerrido ex marcador de punta de San Lorenzo que ingresó a la política de la mano de Eduardo Duhalde y conduce el municipio desde 1995– y que los ediles se disponían a rechazar.
Como suele ser habitual en José C. Paz, en el Concejo Deliberante había “barras”: una de seguidores de Glaría y otra de Ishii, quien destronó al Hueso en la última interna del PJ. Los hombres del intendente respondían al concejal Rodolfo Pino; los del candidato a sucederlo, al presidente del cuerpo, Osvaldo Pérez.
El enfrentamiento fue feroz. Aquellos que lo presenciaron coincidieron en que ambos bandos tenían “todo tipo de armas, hasta escopetas del tipo Itaka”. La balacera se prolongó por largo rato y la pelea continuó a media cuadra del Concejo Deliberante en el Hospital Domingo Mercante, al que fueron trasladados los heridos que requirieron atención.
Allí seguían internadas anoche siete personas. Tres de ellas con heridas de bala: Alfredo Morales, en el abdomen; Ricardo Denucci, en la parte lumbar; y Rubén Pardo, en el muslo izquierdo. Los cuatro restantes eran Adrián Rodríguez, Omar Guess, Marcelo Quinteros y Juan Barretto, quienes presentaban diversos traumatismos o lesiones de arma blanca. Otros heridos, uno de ellos de bala, se escaparon del hospital sin ser identificados.
La investigación quedó en manos de la Justicia y de la policía, que habría detenido a seis personas y secuestrado varias armas, incluso escondidas dentro del Concejo Deliberante. “Se encontró, por ejemplo, un revólver escondido en una heladera y una escopeta con cartuchos en un tacho de basura”, contó a Página/12 el edil vecinalista Miguel Fierro.
Cuando terminó el enfrentamiento, unos y otros se acusaron mutuamente. “Ya estaba por comenzar la sesión y de repente se vieron bajar a unos muchachos armados del despacho de la presidencia, que empezaron a disparar directamente contra los concejales”, aseguró Pino, a quien el concejal Jorge Morgione –alineado con Ishii– acusó de “haber traído en camiones a unos 20 muchachos armados” que comenzaron la pelea.
Un trabajador del Concejo Deliberante explicó a este diario que “fueron los hombre de Pino los que abrieron fuego aunque los de Ishii también estaban armados y respondieron”. Relató también que “todo empezó con una pelea entre mujeres, a la cual se plegaron los hombres. Apenas llegué, vi que los ánimos estaban caldeados porque Pino les decía a los suyos: `Ahora no hagan nada, pero cuando termine la sesión los cagamos a palos’”. Glaría –quien se presentará a las elecciones por fuera del PJ–deslindó su responsabilidad en el enfrentamiento (ver aparte) y pidió “disculpas por esta barbarie”.
El titular del radicalismo bonaerense, Leopoldo Moreau, repudió “enérgicamente” lo ocurrido, mientras que el diputado peronista Fernando Galmarini –otrora mentor político de Glaría– se sorprendió: “Las peleas venían en aumento, pero nadie se imaginaba que podían terminar así.”

 

El partido más pobre
José C. Paz es el partido más pobre del conurbano bonaerense. Allí, seis de cada diez habitantes están bajo la línea de pobreza y el municipio cuenta con un presupuesto de 17 millones de pesos anuales para 230 mil habitantes. En su corta historia como comuna, las disputas políticas siempre se han resuelto por la fuerza. El caso más sonado hasta ayer tuvo también por escenario al Concejo Deliberante en noviembre del ‘98. Para entonces ya hacía cinco meses que el cuerpo no sesionaba por la disputa entre Alberto Glaría y Mario Ishii. Varios concejales de la Alianza intentaron ingresar en el recinto, pero no pudieron: los sacaron a las trompadas y se armó una batahola que concluyó con varios internados.


GLARIA SE DEFIENDE Y DESCONOCE A LAS BARRAS
“¿Cuál sería mi beneficio?”

Por S.R.
t.gif (862 bytes) “¿Cuál sería para mí el beneficio de todo esto?”, se preguntó ayer el intendente de José C. Paz, Rubén Glaría, en diálogo con Página/12. Así, deslindó su responsabilidad en el enfrentamiento a tiros que se produjo en el Concejo Deliberante de ese distrito y sugirió, al mismo tiempo, que la balacera fue provocada por seguidores de su histórico enemigo, Mario Ishii.
–¿El concejal Pino es un hombre suyo?
–Pino es uno de los cuatro concejales que están en el oficialismo. No puedo decir más que eso.
–Quienes estaban en el Concejo Deliberante cuando comenzó el enfrentamiento sostienen que lo provocó una “barra” de Pino y lo acusan a usted por lo que ocurrió.
–Los que dicen que había gente mía deberán ratificarlo. La imputación que me hacen pierde sentido con sólo analizar cuál sería para mí el beneficio de todo esto.
–Que el Concejo Deliberante no rechazara, por ejemplo, la rendición de cuentas de su gestión durante 1998.
na13fo02.jpg (7644 bytes)–Los que no se pudieron votar fueron temas institucionales pendientes de tratamiento desde hace un año y medio, cuando el Concejo Deliberante dejó de funcionar. La rendición de cuentas tiene sólo dos observaciones sin ningún viso de legalidad: una por falta de capacidad legislativa, relacionada con un aumento de mi sueldo según lo previsto en una ley provincial, y otra por un error de impresión, que fue salvado y validado por el Tribunal de Cuentas de la provincia.
–Sugiere entonces que el enfrentamiento lo provocó la gente de Ishii...
–Esa interpretación no corre por mi cuenta. Lo que digo es que lo ocurrido es un hecho totalmente lamentable, grave y fuera de lugar. Por otra parte, hubo gente armada y la presidencia del Concejo Deliberante debía garantizar la seguridad para eso no ocurriera.
–En su comuna parecen habituales las “barras” en las sesiones del Concejo, ¿a qué van?
–Y... van.
–¿Va gente suya?
–Gente mía como de todas las demás líneas.

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