OPINION
Campaña y deterioro
Por Sergio Moreno |
El
jueves, voceros de la Casa Rosada pidiendo anonimato asestaron otro golpe (uno más) a la
farragosa candidatura presidencial de Eduardo Duhalde. La versión sostenía que el
gobernador le habría dicho a Carlos Reutemann, luego de su triunfo en Santa Fe, algo así
como preparate, que si no subo en las encuestas vas a tener que ocupar mi
lugar en la fórmula. Como un buscapié, la versión nacida en el
corazón del menemismo olía a naftalina sin el supuesto diálogo, la misma especie
había sido disparada desde Balcarce 50 antes del triunfo del Lole, cuando las encuestas
lo daban por ganador y a vacuidad. Una operación más, la calificaron los
centuriones del bonaerense.
Es más que improbable que Duhalde, por peor que le vaya, resigne su candidatura. El
gobernador sabe que su chance es la gloria o Lomas de Zamora: o gana o se va a su casa ya
que el peronismo y más un peronismo derrotado no suele utilizar eufemismos
cuando se pone a cobrar facturas.
Ayer, encabezados por el presidente Carlos Menem, sus funcionarios más importantes
mostraron indignación por la versión. Es absolutamente disparatado, dijo con
su énfasis matutino Carlos Corach; ni las versiones son serias ni lo que he leído
es serio, creo que ni es serio hablar de eso, dijo, hablando de eso, Alberto Kohan.
Menem, se indignó y acusó a la prensa: la versión, dijo, es un producto de los
periodistas. Estuvo acertado hay que conceder al calificar el rumor como
una campaña de deterioro del (contra) candidato del PJ. El asunto es que
salió de su riñón.
El candidato a presidente, que conoce el poder de fuego de su ex compañero de fórmula,
no duda de que no fueron los periodistas quienes generaron la versión.
Sin embargo, ayer Duhalde trató salir elegantemente del mal paso. Es un
chiste, dijo sobre el episodio. Mientras el gobernador sonreía intentando minimizar
la repercusión de la versión, Menem, Corach y Kohan por la negativala
amplificaban.
En definitiva, los colaboradores anónimos de Menem, los voceros de la Casa Rosada
que contaron el supuesto diálogo entre Duhalde y el Lole, consiguieron su cometido. El
mismo Duhalde que ayer calificó el episodio como un chiste, el jueves se
quejaba públicamente de la falta del entusiasmo del Gobierno para apoyar su
candidatura, desánimo que ejemplificó con el cronograma electoral que separó el destino
de los candidatos a gobernadores peronistas casi todos ganadores del suyo.
Menem, ayer, no opinó sobre las quejas
del gobernador. Duhalde también lo podría haber calificado como una campaña
de deterioro. |
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