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ROBO UN AUTO PERO QUEDO LIBRE PORQUE EN LA CARCEL NO SE REHABILITARIA
Para evitar un remedio todavía peor

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Un juez dispuso que un joven de 18 años vuelva con sus padres en vez de ir preso por robar un auto. Y lo mandó a estudiar.


Por Carlos Rodríguez
t.gif (862 bytes)  Un joven de 18 años, preso por robar un auto, fue dejado en libertad por decisión del juez de Garantías de La Plata César Melazo, quien sostuvo que en el caso era “demasiado gravosa” la decisión de enviarlo a una cárcel. Y que es “mucho más beneficioso en cuanto a rehabilitación y contención” aplicarle “una medida alternativa a la prisión preventiva”. Melazo optó por enviar al chico a casa de sus padres, a quienes pidió que se hicieran cargo de él, teniendo en cuenta que el joven había vivido antes con una de sus abuelas. El magistrado les recomendó también que reanude los estudios secundarios y que trate de recuperar el puesto laboral que tenía antes de ser detenido. “Hay que combatir las bandas organizadas y no perseguir a los ladrones de bicicletas”, dijo Melazo a Página/12, luego de explicar que el joven carecía de antecedentes. Es la tercera vez que el juez aplica la “medida alternativa” a la prisión preventiva, prevista en el artículo 159 del nuevo Código Procesal bonaerense (ver aparte).
Melazo, en diálogo con este diario, recordó que durante siete años fue alternativamente fiscal y juez en lo correccional, experiencia que lo llevó a comprobar que “lamentablemente, la situación actual del servicio penitenciario no permite pensar que en la cárcel pueda producirse la rehabilitación que necesitan estos jóvenes”. El fallo favoreció a Alejandro Pérez Marrero, de 18 años, quien había sido detenido el 10 de julio pasado, junto con un menor de edad, por haber robado un Renault 12 propiedad de Hugo Cairo, en las afueras de La Plata.
La sustracción fue denunciada por Cairo en la comisaría tercera de esa ciudad y horas después los dos chicos fueron detenidos por personal de la seccional quinta. El auto, bastante antiguo, tenía conectado un “puente” en su sistema eléctrico, lo que había permitido a los jóvenes ponerlo en marcha sin necesidad de la llave. En ningún momento la policía encontró armas o estupefacientes, ni en el vehículo ni en poder de los detenidos.
En la causa, según admitió Melazo, existen “elementos de convicción suficientes” como para sostener que los dos chicos fueron los que robaron el auto, aunque se ignoran los motivos del hecho, ya que Pérez Marrero –el otro detenido fue derivado a un juzgado de menores– no prestó declaración indagatoria.
Analizado el hecho, Melazo interpretó que disponer la prisión preventiva del joven “con el consiguiente alojamiento del mismo en alguna unidad dependiente del Servicio Penitenciario, tornaría excesivamente gravosa la medida de coersión que debiera imponerse al causante”. Por ese motivo se decidió por “la aplicación de una medida alternativa” que sería “mucho más beneficiosa en cuanto a rehabilitación y contención”. Alegó para sustentar el fallo “la corta edad” del imputado y “la ausencia de antecedentes que permiten suponer que el tiempo en que se viera privado de su libertad a raíz del hecho (...) pudo servirle de útil advertencia”.
El juez tuvo en cuenta también la “buena impresión” que le causó el chico durante la entrevista que mantuvieron, previa al dictado de la resolución y en presencia de los padres del joven. Eso lo llevó a pensar que “la contención familiar con la que contará (...) le permitirá rehabilitarse de un modo más completo y efectivo”. Melazo dijo a este diario que a esas mismas conclusiones había llegado la asistente social que realizó un informe ambiental a pedido del juzgado.
En suma, Melazo ordenó la “inmediata libertad” del joven, aunque impuso algunas condiciones, como ser el pedido de que viva con sus padres, que reanude sus estudios secundarios y que haga “los esfuerzos tendientes a fin de ocuparse laboralmente”. En su diálogo con Página/12, el magistrado aseguró que la investigación confirmó que “ninguno de los dos jóvenes está vinculado a las bandas dedicadas a levantar autos” y que en el caso de Pérez Marrero “hubo un descuido familiar que lo llevó a vivir con una de sus abuelas, hasta que ella murió y allí apareció el problema”. Melazo, como conclusión, recordó que con su fallo el caso “no quedó cerrado sinoque llegará a un juicio oral, si es que antes el fiscal de la causa (Javier Guzmán) no pide el cierre del proceso”.

 

Homicidios sin cárcel

Por C.R.
En los dos casos anteriores en los cuales el juez César Melazo hizo lugar a la aplicación de la medida alternativa a la prisión preventiva, lo que se juzga es el delito de homicidio. En uno de los hechos, el magistrado llevó a la práctica una famosa frase del ex presidente Juan Domingo Perón: “De casa al trabajo y del trabajo a casa”. El imputado es un hombre, dueño de una maderera familiar, que pudo eludir la detención en una cárcel por la prisión domiciliaria, sanción que debe cumplir en su vivienda particular y en la fábrica de la que es propietario.
El hombre en cuestión está acusado de matar a otro, durante una discusión en un bar. Está probado que el imputado utilizó su arma luego de que la víctima lo apuntara con un revólver y con la aparente disposición de apretar el gatillo. La resolución se basó, entre otras cosas, en el “excelente concepto” que tienen los vecinos sobre la persona involucrada. La prisión excede el límite de la casa particular porque se tuvo en cuenta que “toda la familia vive de lo que genera la maderera, cuya actividad depende exclusivamente del imputado”, explicó Melazo.
En el otro caso, la que está acusada de homicidio es una mujer, madre de dos niños pequeños, quien mató a su marido karateca, luego que éste la sometiera durante años a golpes y malos tratos. Acá se tuvo en cuenta las causas del crimen, el hecho de la existencia de “una victimaria que fue víctima”, y el muy buen concepto vecinal que tiene la mujer. En su caso, el único requisito es que “viva con sus hijos y que los atienda”. Los dos acusados seguirán sin ir a prisión hasta que llegue el momento de ser sometidos a juicio oral y eventualmente condenados.

 

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