Por Fernando Almirón Luis Patti festejó su poder
de convocatoria ante unas seis mil personas que desbordaron el estadio cerrado del Club
Atlético Platense, en Vicente López. Fue el escenario elegido por el intendente de
Escobar para lanzar el sello partidario que lo lleva como candidato a la gobernación de
la provincia de Buenos Aires, la que, dice, está seguro que ganará. Patti aprovechó
para avisar a su competidor, el justicialista Carlos Ruckauf, que no se bajará de su
candidatura, y a Eduardo Duhalde que no apoyará a ninguna fórmula presidencial. Aunque
no estuvieron ausentes, los habituales carteles desplegados por los punteros territoriales
esta vez fueron opacados por la docena de adhesiones al ex subcomisario firmadas por las
filiales de la policía de la provincia de Buenos Aires: de Pilar, Junín, La
Matanza, San Martín, y del Centro de Oficiales Retirados de la bonaerense.
Las adherentes al intendente de Escobar, que abandonó hace siete meses el justicialismo
para lanzar su propio partido con el apoyo del presidente Carlos Menem, comenzaron a
poblar el estadio cerrado de Platense apenas pasadas las cinco de la tarde de un día
frío, nublado y con pronóstico de lluvia. Por esas horas el equipo de campaña del ex
subcomisario no disimulaba su preocupación: si no llegaban a desbordar las instalaciones
nadie tomaría en cuenta el dato del mal tiempo, y nos van a tirar por la cabeza un
fracaso, aseguraron a Página/12. Pero el atraso en el horario previsto dio su
resultado: pasadas las siete de la tarde había tanta gente afuera como dentro del
galpón.
Espontaneidad.
Este no es un acto como todos los conocidos, aventuró el candidato a
vicegobernador de Patti, Gabriel Dreyfus. Acá la gente vino de manera espontánea,
no fue arriada desde los barrios por los punteros políticos, explicó como buen
publicista. Afuera hay un centenar de ómnibus, algunos tuvieron que estacionar del
otro lado de la General Paz porque en la cercanías del estadio no encontraron
lugar, comentó el cronista. Fueron contratados por gente, con su
dinero, respondió sin ruborizarse Dreyfus.
Un zurdo en el
palco: El palco tenía el sello de una estética diseñada por un publicitario, Dreyfus. A
la derecha el retrato gigantesco en primer plano de Patti sobre un fondo azul, iluminado
por un luz dirigida que resaltaba su imagen montada en un cortinado negro. A la izquierda,
la foto de Dreyfus. En el centro un gran mural en tonos sepia que reproducía, mediante un
montaje, el rostro de Eva Perón, debajo de ella un perfil de Juan Domingo Perón y el
retrato, de frente mirando a cámara, de Oscar Alende, el fundador del Partido
Intransigente, ex gobernador bonaerense.
Gente dura.
Somos de Patti de la primera hora, confesó Alberto Martínez. El hombre de
campera de cuero por la que asomaba un cuello de búfalo narró: Yo era changarín
en el Mercado Central cuando Patti tomó la intervención, en 1993. Y fue el único que se
animó a ponerle límite a la corrupción que había en ese lugar. Por eso, el 80 por
ciento del Mercado hoy está con él. Martínez ya no es changarín, preside una
cooperativa de trabajo dentro del Mercado: Es una reivindicación que le debemos a
Patti, pero ojo, él ya me dijo: a la primera cagada que te mandés te echo a patadas en
el culo.
La espera. La
gente que colmaba el estadio, donde se destacaban nutridos grupos identificados con
carteles de La Matanza, Lomas de Zamora y Merlo, comenzó a ponerse nerviosa por el
demorado comienzo del acto. Desde hacía dos horas y media permanecían parados,
amuchados, sin tomar nada, sin poder ir al baño en un recinto cerrado frente a un
escenario oscuro. El breve repertorio de la banda en vivo de trompetas y tambores
contratada por amenizar la jornada ya no despertaba entusiasmo. Y lanzaronuna sonora
chiflatina que fue escuchada por los organizadores. Entonces ingresó un mimo para
teatralizar el flagelo de las drogas. Lo menos que le dijo la popular fue
¡Cortala boludo!.
Famosos. El ex
futbolista Antonio Ubaldo Rattín, candidato a intendente de Tigre, de impecable traje, y
el actor Fernando Siro, que busca convertirse en diputado nacional, se ubicaron en el
sector vip frente al palco. Junto a ellos ex justicialistas e ignotos dirigentes saludaron
con mayor o menos éxito a las barras. Sin dudas, ante los pocos aplausos, algunos se
deben haber arrepentido del gesto.
Patti para
todos. El candidato llegó al estadio que estaba a punto de hartarse de la espera a las
nueve de la noche. Se sacó la campera igualita a la que por cábala usa Fernando de la
Rúa y en mangas de camisa, junto a una mujer que tradujo su discurso al lenguaje de los
sordomudos, superó como pudo su falencias como orador. De todos modos, dejó en claro su
mensaje: No me bajo de mi candidatura, ni le daré mi apoyo a ninguna fórmula
presidencial. Y Dreyfus dijo: Ahora seguro que ganamos.
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