Por Eduardo Febbro Desde Roma Desde hace dos meses, el
Vaticano vive entre la angustia y el oprobio. El objeto de la ira y la vergüenza es Via
col vento in Vaticano (Lo que el viento del Vaticano se llevó), un libro
explosivo con revelaciones truculentas sobre las intimidades de la Santa Sede
publicado por las Edizioni Kaos y firmado con el seudónimo I Millenari. Mafia
y perversiones sexuales componen el menú de este reportaje íntimo sobre las
sombras de la Iglesia Católica. Si no hubiese sido por el escándalo que armó el
Vaticano, el libro tal vez nunca hubiese ocupado durante tantas semanas el primer lugar de
las ventas. Pero, como resume su editor, el milanés Lorenzo Ruggiero, un libro
prohibido es un libro deseado. En la obra Via col vento in Vaticano mucho se trata
de deseo, corrupción, homosexualidad, luchas de poder y mil y una triquiñuelas cubiertas
hasta ahora por el legendario sello del secreto papal. El lector puede elegir a gusto
entre las decenas de pecados y perfidias cometidos por cardenales, obispos y prelados de
la jerarquía vaticana. El libro, cuyo autor es, entre otros, monseñor Luigi Marinelli,
un prelado jubilado miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales, rompió la
barrera del silencio y con ella despertó la furia vaticana. Y de qué manera: el pasado
21 de junio, el tribunal pontificio lanzó un juicio contra monseñor Marinelli, el
presunto autor disimulado bajo el nombre I Millenari (Los Milenarios).
Aún más excepcional, el Tribunal de la Rota, con un procedimiento fuera de lo común
solicitó el secuestro del libro en toda Italia por considerar que la obra daña la
memoria de un prelado cuya verdadera identidad aparece disimulada en muchos de los
seudónimos fácilmente reconocibles por los adustos vaticanos. Monseñor Marinelli fue
convocado por dicho Tribunal es el que se encarga de anular los matrimonios de las
celebridades de este bajo mundo mediante un decretun turni debidamente
redactado en latín a fin de explicarse sobre el contenido inmoral de Lo que el viento del
Vaticano se llevó. En realidad, de inmoral no hay nada. Lo explosivo es el hecho de que,
por primera vez en la historia pontifical, todo aquello que la gente intuye y rumorea
sobre lo que ocurre en los palacios pontificales está narrado por alguien de
adentro. El pedido de prohibición del libro no hizo sino amplificar su
repercusión, a tal punto que hasta la Cámara de Diputados italiana intervino a raíz de
ese acto de intimidación contra un ciudadano libre y un libro publicado en
Italia cuya libre circulación está afuera de las leyes del Vaticano.
Basta con leer para entender: todos los engranajes de la Santa Sede son examinados sin
piedad. Como aseguran en el anonimato algunos prelados lúcidos: Este libro es un
cuchillo clavado en lo más hondo de una herida putrefacta. En pocas páginas el
lector confirmará en seguida que el Vaticano tiene el alma impura, la carne débil y los
bolsillos glotones. De ese breviario del vicio y las luchas sin cuartel se desprenden
algunas anécdotas enriquecedoras como esa de un prelado que, no lejos de
Circo Massimo, fue descubierto cuando estaba en plena actividad homosexual con un joven
vestido igual que Adán. La historia figura con unas cuantas otras en el capítulo
consagrado a la homosexualidad, la cual es, según los autores secretos y confesados del
libro, un instrumento de promoción acelerada. Puede también referirse el
caso de un prelado muy conocido y respetado por su dureza moral para con los
demás que hizo votos de homosexualidad para no transgredir la prohibición
eclesiástica del cuerpo de la mujer. Una aventura similar protagonizó un prelado
estadounidense reexpedido a su país por culpa de un conocido vicio la
droga. Perono todos los viciosos con sotana tienen la misma suerte. Entre las 288
páginas del libro se refiere la aventura excepcional del obispo de una diócesis de
Italia elevado a las esferas del Vaticano luego de pasar ante un tribunal civil bajo la
acusación de abusos sexuales.
El problema de todo el enredo radica en que los expertos vaticanistas
identifican sin dificultad los nombres de algunos jerarcas con sotanas objeto de
comentarios y revelaciones poco piadosas. Se sabe, por ejemplo, que algunas
anécdotas se refieren a los cardenales Archille Silvestrini y Pio Laghi
ex nuncio apostólico en la Argentina del Proceso, o al arzobispo Francesco
Goia. Nadie parece ignorar que detrás del apodo de monseñor Fiore está el
cardenal Fiorenzo Angelini y que el libro contiene evidentes menciones a los moseñores
Kasteel (holandés) y al norteamericano de origen lituano Rigali. Como el libro
habla mal de los seres humanos y no sobre el Espíritu Santo hemos intervenido nosotros y
no la Congregación para la Doctrina de la Fe, dicen los miembros del Tribunal de la
Rota. Como es sabido, los seres humanos sucumben fácilmente ante el pecado. Eso le
ocurrió a un secretario particular que, apoyado por Pablo VI, tenía el camino trazado
para convertirse en cardenal... Pero el pobre fue detenido en la frontera suiza con una
valija llena de dinero que pensaba depositar en una cuenta secreta. La lujuria no respeta
ni la casa del señor. También resultó débil la carne de aquellos tres curas indios que
se levantaban a las tres de la mañana a mirar por televisión las emisiones hetero y
homosexuales para luego intercambiar sus coordenadas íntimas. Mucho menos terrible, sin
embargo, que la desgracia que le ocurrió a Don Luigi Orione, fundador de la Piccola Opera
de la Divine Providence, hoy canonizado. Don Luigi fue un hombre ejemplar, santo entre los
santos. Hasta su muerte, provocada por una sífilis que jamás contrajo por la vía
sexual. Según confesó un peluquero de Messina, un monje lo corrompió para que, mientras
le cortaba el pelo a Don Luigi Orione, le provocara una herida accidental en la cabeza
sobre la cual, luego, vertió un frasco de pus infectado. Que Dios lo perdone. El
remordimiento lo llevó a confesar el crimen y don Luigi fue al fin canonizado.
Lo más sobresaliente de Via col vento in Vaticano son las descripciones de esa
inquisición posmoderna que impera en el Vaticano y la radiografía feroz de las luchas
intestinas. Tal vez el lector no lo sepa, pero casi todos los actos y prácticas de los
obispos están cubiertos por el secreto profesional. El famoso y en
latín sub secreto pontificio. Pero si hay secreto alguien está
forzosamente al corriente. De hecho, la estructura inquisitorial de la Iglesia autoriza el
espionaje telefónico de las oficinas y es normal que un obispo solicite ese favor. Por
eso, como lo resalta Luigi Marinelli, lo más seguro es hablar fuera del Vaticano
para escapar al sistema de las fichas con datos e informaciones personales.
Espionaje, celos, zancadillas, traiciones, mentiras, complots, el Vaticano es una
verdadera novela policial en la que su amo, Juan Pablo II, controla poco y nada del
enjambre de tejidos que lo circundan. Según reza la obra, la diplomacia de la Santa
Sede es un concentrado de hipocresía institucionalizada y el entorno del Papa una
suerte de club de polacos que controla todos los accesos al poder y vive de los
elogios y las recomendaciones. ¿Cómo se nombran los obispos? ¿Dijo nombramiento?
No: Es una feria y una lotería donde se cruzan protectores y protegidos. ¿Y
el poder del Papa? ¿Poder dijo?: La curia es una corte en la que el prefecto de la
casa pontifical puede, si sabe actuar, guiar al Papa a su antojo como las riendas de un
caballo.
Monseñor Marinelli, que hoy tiene 72 años, asegura que su libro es un acto de amor
para con la Iglesia. Amor destructor y mentiroso, responden los obispos.
A lo cual Marinelli agrega: No hago sino contar lo que vi y viví durante 35 años
en el seno de la curia. El demonio tiene su morada ahí, está trabajando en el seno de la
Iglesia. Alguno observadoresadelantan esta hipótesis: el libro Via col vento in
Vaticano es parte de la guerra por la sucesión de Juan Pablo II. Marinelli y su editor
afirman no pertenecer ni al ala conservadora del Opus Dei y a la de los progresistas. La
editorial Kaos se define como laica y anticlerical y está históricamente
especializada en informes suculentos sobre y contra el establishment de Italia y sus
líderes políticos, desde Berlusconi hasta DAlema. Y no miente. Via col vento in
Vaticano se autodefine como un panfleto de carácter religioso y se suma a
otros libros de Kaos entre los que cabe destacar En defensa del comunismo en la historia
del siglo XX y, sobre todo, el libro sobre la segunda institución italiana luego del
Vaticano, Fiat: Fiat y sobornos.
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