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Por Carlos Stroker Los jugadores de Independiente habían dicho durante la semana pasada, que debían ganar el encuentro de ayer ante Argentinos. Todo indicaba que ese partido era la frontera de la continuidad del director técnico César Luis Menotti. Es más, el propio entrenador confesó que si el equipo caía y los dirigentes se lo pedían, estaba dispuesto a dar un paso al costado. La historia continuará durante la semana, ya que aún Menotti no sabe si seguirá al frente de Independiente. Lo que sí se sabe es que si sigue en el cargo deberá modificar algunos puntos importantes con respecto al juego del equipo. Sobre todo, seguir trabajando sobre el sector derecho y también de los pelotazos aéreos en el área. Independiente se fue del primer tiempo con un 2 a 0 arriba. Cómodo, tranquilo. Terminó el encuentro 2 a 2, nervioso, casi impotente. La semana de Independiente estuvo movida debido a la derrota que había sufrido ante Lanús en su estadio el domingo pasado. Se dijeron muchas cosas, que Menotti se iba, que el grupo estaba dividido, que se iban a efectuar varios cambios, que los insultos del público se deben a las próximas elecciones de diciembre. Así debió soportar los días previos a Argentinos. Los futbolistas decían que había que vencer al conjunto de Osvaldo Sosa de cualquier manera, que a esa altura no importaba tanto cómo, sino que había que hacerlo. Menotti no había descartado dar un paso al costado para colaborar con las autoridades del club si deseaban convocar a otro técnico con vistas a los comicios de diciembre. Pero Independiente no perdió y tampoco pudo ganar. Sólo habían pasado 45 segundos cuando Bruno Marioni aprovechó un estupendo pase de Cambiasso y marcó el 1 a 0. Con ese gol en el bolso, Independiente empezó a desplegar su juego. Argentinos estaba perdido, sin rumbo ni ubicación en la cancha. Garnero y Cambiasso se habían convertido en los hombres más importantes de Caballito y ponían a Independiente unos escalones más arriba. Es que hace una semana había descendido mucho en su juego. Pasaron los minutos y Calderón a los 28, puso el 2 a 0, ayudado por el fondo de Argentinos y la quietud del arquero. El descanso sirvió para especular con la recuperación futbolística del visitante. Atrás --durante esos quince minutos-- habían quedado los rumores, las diferencias y las versiones sobre la continuidad de Menotti. Así comenzó el segundo tiempo y allí apareció la sorpresa, porque Independiente se olvidó lo que había logrado en el primero y porque Argentinos recuperó la memoria y con ella apareció el fútbol que no tuvo en la parte inicial. Argentinos se apoderó de la pelota y del medio campo y allí trabó toda ilusión de Independiente para hacer valer su juego. Argentinos presionaba y los laterales de Independiente mostraron falencias, sobre todo el lado de Ramírez, pero no era sólo su responsabilidad. Detrás de Galván, Argentinos jugaba tranquilo y cuando volcaba la cancha hacia la derecha, lograba cambiar de frente y le daba rédito a la subida de Sánchez. Y así llegaron los goles. El primero tras un centro de la derecha al área que cabeceó Osorio. Iban 63 minutos y cuando restaban 10 para terminar el partido, otro centro, otro cabezazo de Osorio, el empate y otra vez la angustia roja. Los intentos de Independiente chocaron con los defensores de Argentinos, pero también con sus propios nervios. Independiente lo tuvo en el primero y lo regaló en el segundo. Argentinos lo regaló en el primero y lo tuvo en el segundo. Así se fueron y mientras Argentinos festejó la igualdad, en el club de Avellaneda renacieron alas versiones. Así empezará la semana. Habrá que esperar para saber cómo termina. La frontera, en este caso, se llama Vélez.
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