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Por Fernando Cibeira La lista de candidatos a diputados que encabeza Darío Alessandro obtuvo ayer la mayoría y la minoría en las internas abiertas del Frente Grande porteño con el 60 por ciento de las adhesiones de las 16 mil personas que concurrieron a votar. Alessandro representó en la compulsa al oficialismo partidario que sigue sin dobleces las decisiones que toma Carlos "Chacho" Alvarez, quien a veces es visto como demasiado pragmático por algunos de sus compañeros de ruta. Del otro lado se les opuso el díscolo legislador Eduardo Jozami, autocalificado como "más de izquierda", para quien esta elección era su oportunidad de erigirse en el líder de un retoño de oposición interna, pero no le fue como esperaba. Con todo, por la noche, Jozami reclamó que no se tuviera en cuenta el piso de votos mínimo, para que el 22 por ciento que obtenía anoche fuera suficiente para adjudicarse la minoría. Del otro lado, ni lo consideraron. "Si no estaba de acuerdo, no se hubiera presentado a la interna", respondieron. "Pero qué boluda. ¿Qué dice?", decían mientras se removían inquietos en sus sillas Alessandro y sus compañeros de lista, también amplios ganadores de ayer: Aníbal Ibarra para la presidencia del distrito y Abel Fatala como primer candidato a legislador porteño. Los tres junto a muchos dirigentes y amigos miraban cómo en Crónica TV, Dora Barrancos, candidata en la lista de Jozami, les empañaba la victoria hablando de compra de votos y de supuestos independientes que habían ido a votar en micro. Pero las acusaciones eran dirigidas a la lista de Carlos Oviedo, que quedó tercera. Hasta ahí, en el tercer piso de la casona de Congreso donde los candidatos esperaban los resultados era todo distensión. La afluencia de votantes estaba dentro de lo esperado para una elección que sabían no atraería multitudes: ayer se eligieron los candidatos a legisladores a los que luego se sumarán los de los demás partidos que integran el Frepaso que, finalmente, se mezclarán con los radicales en la lista de candidatos que la Alianza presente en octubre. Alessandro hablaba de su victoria como "el triunfo de una política que representan Chacho y Graciela". "Más allá de las candidaturas, lo importante es cuál política tiene más respaldo. Nosotros queremos un partido de mayorías, no quedarnos en el ghetto", insistía. Poco después llegaba Graciela Fernández Meijide, quien se preocupó en marcar el resultado como "la ratificación del liderazgo del grupo de dirigentes que dieron origen al Frente Grande" y también alabó que "se vaya renovando la dirigencia". Es que, dentro del Frepaso, no es una preocupación menor conseguir nuevos dirigentes que hereden los votos que Chacho y Graciela habitualmente cosechan en la Capital. Por la tarde, mientras comían unos simples de jamón y queso y miraban televisión, Ibarra y Alessandro todavía no estaban seguros de los porcentajes de la victoria. Según el boca de urna que tenían en ese momento, Jozami estaba a un punto de sacar la minoría, lo que los mantenía expectantes. Chacho Alvarez y sus amigos nunca pudieron digerir las repetidas críticas que Jozami les vino haciendo desde la conformación de la Alianza y --según sostiene-- el paulatino desperfilamiento del Frepaso como fuerza progresista, diluido detrás de la candidatura presidencial de Fernando de la Rúa. Por eso, Ibarra y Alessandro no querían saber nada con negociar con Jozami la minoría si la faltaban pocos votos. "Si saca el 24,9 por ciento, mala suerte para él", respondían. Pasadas las 21, Jozami realizó una conferencia de prensa en su local, ubicado a cuatro cuadras del de sus rivales. Flanqueado por Barrancos y su primera candidata a legisladora porteña María Elena Naddeo, reconoció el triunfo de Alessandro pero reclamó que no se tuviera en cuenta el piso del 25 por ciento para los cargos de la minoría, sino que se utilizara el Sistema D'Hont, con el que él queda como tercer candidato a diputado del FG y Naddeo tercera entre los legisladores. Su argumento es que ése era el sistema que figuraba en la carta orgánica partidaria al momento de convocar a las internas y que luego fue modificado por el de mayoría y minoría. "Si el oficialismo no lo acepta, lo tendrá que resolver la Justicia", aseguraban a su lado. Pero en el sector triunfante, no consideraban atendibles los argumentos de Jozami: "Sabía el sistema que se iba a utilizar en la elección. Si se presentó, ahora no puede quejarse".
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