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Para Cafiero "no fue muy feliz" que Ruckauf pidiera "mano dura"

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El ex gobernador se sumó a las críticas recogidas por el candidato del PJ pero aseguró que lo respeta y sigue apoyando.


t.gif (862 bytes)  Desde que decidió endurecer su discurso electoral, el candidato a gobernador bonaerense del PJ, Carlos Ruckauf, recibió más reprimendas que felicitaciones. A las críticas que recibió de parte de su rival Graciela Fernández Meijide, de algunos hombres del riñón de Eduardo Duhalde y hasta del apologista de la 'mano dura', Luis Patti, ahora se le sumaron las de su adversario en la interna peronista, el senador Antonio Cafiero. "No ha sido feliz", fue la definición del veterano dirigente justicialista sobre la decisión de Ruckauf de adoptar un posición más rígida en materia de seguridad.

"Creo que mi amigo Ruckauf, a quien respeto y a quien estoy apoyando abiertamente para que sea ganador en las elecciones, no fue tal vez muy feliz en esa expresión respecto a cómo debe la policía o la fuerza de seguridad tratar el delito", le advirtió Cafiero a su candidato a gobernador. En las dos últimas semanas, el vicepresidente pasó de pedir que se les metiera "bala a los delincuentes", frase que devino en la renuncia del ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, hiriendo de muerte la reforma policial emprendida por este funcionario, a reivindicar el decreto de 1975 que ordenó a las Fuerzas Armadas "aniquilar el accionar de los elementos subversivos".

"Ciertamente no ha sido feliz esta discusión o estos puntos de vista encontrados en materia de seguridad. Esto, por supuesto, no ayuda; pero tampoco es un hecho que descalifica a quienes lo han promovido o que tiene consecuencias irreversibles sobre el proceso electoral", agregó Cafiero poniendo de manifiesto el enojo que produjo en las filas del PJ el cambio de discurso de Ruckauf. En el justicialismo consideraron que su cambio de discurso daba "la imagen de un candidato asustado ante su caída en las encuestas". Mientras que los grupos defensores de los derechos humanos fueron mucho más duros. "Estas declaraciones son gravísimas porque niegan los miles de desaparecidos, los niños secuestrados y responden a una estrategia macabra", señalaron las organizaciones.

Ruckauf suscribió el decreto de 1975, siendo ministro de Trabajo del gobierno de Isabel Perón. "El terrorismo estaba masacrando a la gente y la puesta de operaciones en las Fuerzas Armadas era para combatir a la subversión dentro de la ley", fue la defensa que ensayó el postulante justicialista para suceder a Eduardo Duhalde.

El cambio de discurso no le trajo ningún beneficio a Ruckauf, no creció en las encuestas y sí lo hicieron Fernández Meijide y Patti, quien se acerca al 15 por ciento, en un avance peligroso para el justicialista. La situación del vicepresidente fue tan incómoda que hasta Patti se atrevió a mofarse de él, asegurando que "hay que terminar con los autoritarios como Ruckauf".

"Sabemos que, cuando uno comienza a consentir durezas y rigideces, y pone en peligro derechos humanos o pone en peligro el respeto que se debe a toda persona aun en el caso de la seguridad, entonces abrimos la puerta para hechos que después nos asombran y disgustan a todos", fue el último párrafo de la advertencia de Cafiero.

 

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