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Por Maximiliano Montenegro Las declaraciones de Rocca, publicadas por Página/12 el jueves último, asegurando que "el tipo de cambio fijo es un problema" y dejando abierta la posibilidad de que, "una vez consolidado el próximo gobierno", se anuncie "un régimen de fluctuación" cambiaria, le valieron una catarata de críticas desde el oficialismo, la Alianza y el duhaldismo. Tal es así que el titular del poderoso grupo Techint debió luego aclarar que se refería a "un cierto momento" en el futuro, para no mostrarse condicionando al sucesor de Menem. Pero, ¿por qué Rocca dijo lo que dijo? La pregunta de este periodista a Rocca no fue ambigua sino directa: ¿Hay que devaluar? "Es un problema psicológico. Pero todo el mundo se da cuenta de que el tipo de cambio (fijo) es un problema. La Argentina no es una economía como Hong Kong que intermedia servicios financieros y comerciales. Este no es el momento de tocar el tipo de cambio. Pero cuando esté consolidado el próximo gobierno no tendría que haber inconvenientes en poder anunciar con tranquilidad un régimen de fluctuación cambiaria", contestó. Los empresarios reunidos en la Conferencia de la UIA en Córdoba discutieron en privado el porqué de semejante respuesta. Aquí van las hipótesis: * Lapsus. El pope industrial sólo concede entrevistas esporádicamente y hay quienes piensan que se le escapó un tema que hasta ahora discutía en privado. Sin embargo, la opinión generalizada es que "Rocca no es ingenuo" y que "no se le escapó nada". * Interés. El grupo Techint, a través de sus empresas siderúrgicas, es uno de los principales exportadores del país. Buena parte de sus ingresos están dolarizados y es uno de los grupos con menor endeudamiento, por lo que una devaluación lo beneficiaría. De ahí que para Rocca una devaluación sólo plantee el "problema psicológico" tan argentino de indexar precios mirando la paridad cambiaria. Olvidó, en cambio, que el 70 por ciento de la deuda privada y el 93 por ciento de la pública está en dólares. * Interna. Las declaraciones de Rocca avivaron la interna de la UIA entre quienes sostienen que el problema cambiario es mayúsculo como para resolverlo bajando costos y aumentando la productividad, y los que reconocen el problema, pero dicen que hay que seguir ese camino, dejando fuera de toda discusión al tipo de cambio. Con sus declaraciones, Rocca quiso aparecer como el que dice en público lo que todos piensan, pero callan. Algo así como el "enfant terrible" del empresariado. * Imprevisto. Hay coincidencia en que Rocca "no midió la repercusión" negativa de sus declaraciones. El viernes, para calmar las aguas, buscó escudarse en Domingo Cavallo. "Mi esperanza es la misma que expresó el padre de la Convertibilidad. Llegará el momento en la Argentina en que la estabilidad sea un valor tan importante que la flotación del cambio pueda servir como uno de los instrumentos", afirmó. Hace tres meses, cuando Cavallo planteó por primera vez que Convertibilidad no era igual a tipo de cambio fijo, con la inverosímil acotación de que al liberarse el dólar el peso se apreciaría, detonó un terremoto en los mercados. Suponiendo que hubiera querido decir lo mismo, ¿Rocca no previó que, en su boca, tales palabras volverían a causar revuelo? * Amenaza. Más práctico, Rocca estaría enviando un mensaje al próximo gobierno: o se aplica un fuerte paquete fiscal para reducir los costos empresarios (baja de cargas impositivas y laborales, créditos baratos, menores tarifas de servicios públicos) o el tema cambiario ocupará el centro de la escena. El secretario de la UIA, Ignacio de Mendiguren, interpretó las palabras del dueño de Techint como una luz verde. Por primera vez, salió a decir que "la Convertibilidad tiene una paridad transitoria de 1 a 1". En tanto, aseguró que "si los candidatos no quieren devaluar, van a tener que ofrecer un plan de shock para deflacionar costos porque si no esto no es sostenible" porque "en los sectores transables (los que compiten con las importaciones) no hay rentabilidad, ni actividad, ni empleo". Cavallo fue tan aplaudido en el cónclave industrial porque expresó esta misma idea. Sin mencionarlo, reconoció el atraso cambiario, que encarece en dólares los insumos de los empresarios, y, en lugar de una devaluación, les ofreció un paquete fiscal para reducir costos en un 20 por ciento. Si no, pronosticó, habrá que padecer recesión y una baja salarial de igual monto. La propuesta es inviable porque ocasionaría un agujero insalvable en las cuentas fiscales. Pero los industriales tomaron nota del diagnóstico. Y prometieron seguir enviando mensajes a los candidatos en el tono inaugurado por Rocca.
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