Boca jugaba en Lanús pero él prefirió ir a ver Argentinos-Independiente en la cancha de Ferro. Sabía que en Caballito tenía más negocios que en el sur bonaerense donde comprar los regalos que llevará a su familia en Malvinas. Antes de empezar el partido le ofreció un café a su representante Esteban Cichello pero cuando puso la mano en el bolsillo advirtió que le habían robado la billetera donde tenía 840 dólares. Recién entonces, Martin Clarke, el malvinense que vino a probarse a Boca, supo del calor de los hinchas argentinos.
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