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Por Maximiliano Montenegro  Roque
Fernández confirmó ayer que enviará al Congreso un proyecto de Presupuesto para el año
próximo, basado en una pauta de crecimiento de la economía del 3,5 por ciento. Sin
embargo, según pudo saber Página/12 en Washington, para el Fondo Monetario Internacional
el crecimiento será sólo de 1,5 por ciento. Ese pronóstico figura en un documento que
el organismo hará público en un mes, durante su habitual asamblea anual. La diferencia
no es meramente técnica, sino que tiene un impacto mayúsculo sobre la política local.
Como a menor expansión del producto menor recaudación fiscal, significa que el ganador
de las elecciones de octubre deberá anunciar, incluso antes de asumir, un ajuste fiscal
de entre 3 mil y 4 mil millones de dólares, el mayor de la última década, para cumplir
con las metas de déficit acordadas con el FMI. Roque lo sabe, se lo transmitió al
presidente Menem, y juntos acordaron lanzarle el fardo al nuevo gobierno."El presidente Menem quiere que terminemos rápidamente con la elaboración del presupuesto nacional y no demoremos más de lo necesario su presentación, porque eso ayudará a eliminar la incertidumbre en los mercados financieros y a bajar el riesgo país", contó Roque Fernández, tras concluir un desayuno de trabajo con Menem, Carlos Corach, Alberto Kohan y el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez. Luego explicó que "estamos previendo para el 2000 una tasa de crecimiento de 3,5 por ciento en el PBI. Con esto vamos a recuperar recaudación, a mantener un nivel apropiado del gasto y alcanzar la posibilidad de una ligera reducción en el déficit en relación al proyectado para este año", aseguró. El ministro de Economía dijo que "se trabaja sobre un déficit del orden de los 4500 millones de dólares, contra 5100 que puede que estemos cerrando el '99". Estas son las metas fijadas en el acuerdo de facilidades ampliadas con el Fondo Monetario. Consultado acerca de si habrá un nuevo ajuste fiscal, fue categórico: "No va a haber un recorte (del gasto) porque las hipótesis que estamos manejando son de crecimiento y no de recesión", afirmó. Sin embargo, los números del FMI dicen los contrario. Y explican el apuro del presidente Menem por enviar sin demoras el proyecto de Presupuesto para que ingrese antes del 15 de setiembre. En el Fondo pronostican para el año próximo un crecimiento inferior a la mitad del esperado por Roque: apenas 1,5 por ciento. Dicha cifra figura en un informe, aún reservado, titulado World Economic Outlook (WEO), firmado por el jefe del Departamento de Investigaciones del Fondo, Michael Mussa, el cual será difundido el próximo 22 de setiembre en Washington, durante la asamblea anual conjunta del FMI y el Banco Mundial. Mussa llegó a ese pronóstico después de consultar a Teresa Ter Minassian, la funcionaria encargada de seguir el programa argentino. Según pudo saber este diario, tanto Ter Minassian como Claudio Loser, su jefe, hicieron saber a Fernández que no estaban de acuerdo con un pronóstico de crecimiento tan alto, pero el ministro decidió ignorarlos. Teniendo en cuenta que con menor crecimiento habrá menos recaudación tributaria, en base al pronóstico del Fondo Monetario, el déficit fiscal no sería de 4500 millones, sino que rondaría entre 7500 y 8500 millones de dólares. Si Roque y Menem lo blanquearan, deberían anunciar, al mismo tiempo que envían el proyecto de Presupuesto al Congreso, un nuevo ajuste con recortes de gastos por más de 3 mil millones de pesos. Por eso, especulan con que apenas se sepan los resultados de las elecciones presidenciales, el sucesor deberá ponerse a negociar un ajuste que podría anunciar después del 10 de diciembre, o incluso antes de asumir. Así, de confirmarse las encuestas que lo dan ganador a Fernando de la Rúa, la Alianza no tendrá tiempo para festejar la victoria, ya que deberá debutar en el poder con el mayor ajuste fiscal de la última década. Para tener una idea de su magnitud, vale recordar que el año pasado Menem anunció un recorte del gasto público de solo 1000 millones de dólares y la repercusión social fue tan negativa que luego debió morigerarlo en los hechos. Lo mismo le sucedió este año. Ayer, el presidente del bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, dijo que el Presupuesto recién se comenzará a discutir en noviembre, una vez que se conozca el nombre del sucesor presidencial. El presidente Menem fue terminante cuando Roque le planteó que, inevitablemente, habrá que hacer un nuevo ajuste sobre las cuentas fiscales del año próximo. "Si el que va a gastar es el nuevo gobierno, no vamos a anunciar nosotros el ajuste", le advirtió. Fernández accedió a cerrar un Presupuesto de forma, con el 3,5 por ciento de crecimiento, convencido de que, de paso, podría ayudar a mejorar las expectativas de los inversores extranjeros y alentar la recuperación económica. Incluso, su viceministro, Pablo Guidotti, que hasta hace poco creía que era muy difícil "engañar a los mercados", acordó con esta idea. En el Ministerio de Economía, los técnicos creen que "es posible llegar a crecer al 3,5 por ciento, pero no es el escenario más seguro, ni mucho menos", aclaran. Desde la Alianza, su referente económico, José Luis Machinea, ya había alertado de armar el Presupuesto sobre un pronóstico más creíble, cercano al 2 por ciento.
"Obviamente, todo el mundo está muy preocupado por la recesión, por reactivar la economía y por la necesidad de mantener la situación fiscal y el acceso al mercado internacional de capitales tras la elecciones presidenciales", subrayó la funcionaria. De esta manera, Alexander no hizo más que transparentar las sensaciones que recorren tanto Wall Street como el microcentro porteño: que, en un contexto de recesión económica, a los financistas les preocupa tanto la transición política como que al próximo gobierno se le hará cuesta arriba poder cumplir con las necesidades de financiamiento externo. Para el Banco Mundial, la Justicia es una de las áreas en la cual el próximo ocupante de Balcarce 50 deberá aplicar una reforma estructural. "Las empresas tienen mucho interés de tener un marco legal transparente y eficiente", señaló Alexander, sin dar más detalles. La funcionaria reveló que el Banco Mundial mantiene contactos con los partidos políticos. "Vemos a la transición como una continuidad de la política argentina, y a los políticos con conciencia para mejorar la situación en el país", recalcó durante un seminario organizado por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. "Hay que hacer muchas cosas", aseveró Alexander, al trazar un panorama de las tareas que deberá enfrentar el próximo inquilino de la Casa Rosada. En su opinión, la lista de reformas pendientes incluye a la educación, la salud, la administración pública, la recaudación de impuestos, una mayor equidad en el gasto social y una nueva reforma impositiva. "Es difícil emitir un juicio de valor", contestó en forma evasiva cuando se le preguntó su opinión sobre la seguridad jurídica en la Argentina. "No tengo la impresión de un cambio malo o bueno sobre ese punto", añadió.
El ministro insistió en que el encuentro con el ala política del Gobierno estaba programado, pero lo cierto es que Roque fue llamado de urgencia por Menem para vencer su resistencia de los últimos días a varios proyectos y sumarlo a otra estrategia de la Casa Rosada. En este último caso, se trata de diseñar el Presupuesto del 2000 con una hipótesis de crecimiento económico del 3,5 por ciento, cuando saben que será menor. Con ello, la administración menemista quiere trasladar al próximo gobierno el costo político de anunciar un nuevo ajuste de gastos (ver página 3). Roque se cuadró ante Menem, pero negoció cambios a la propuesta del Canal Federal. De ese modo, logró abandonar la reunión con algún rédito compensatorio. "Necesitamos una semana para hacer la evaluación técnica de la iniciativa", dijo el jefe del Palacio de Hacienda. Los funcionarios de Economía se tomarán ese tiempo para modificar los aspectos que consideran más cuestionables del proyecto del Canal Federal. Los abogados del Palacio de Hacienda entienden que si Roque y su segundo, Pablo Guidotti, firman la iniciativa tal como figuran las condiciones actuales, corren el riesgo de soportar en el futuro la acusación de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Por eso su rotunda negativa de la semana pasada a suscribir el proyecto. Ahora, con la venia de Menem a corregirlo, Roque se avino a plegarse al deseo presidencial. La obra permitirá elevar la cotización de tierras riojanas y catamarqueñas, ya que pasarán a contar con una fuente de riego. "Tengo ganas de firmarlo porque sé lo que significa este proyecto para Menem", dijo Roque, y añadió que suscribirá los avales necesarios para la realización de las obras "sólo para darle el gusto al Presidente". El Canal Federal consiste en la construcción de una represa en Catamarca y un acueducto de 500 kilómetros hasta La Rioja. El Estado debe otorgar avales al consorcio adjudicatario para que consiga financiamiento con que hacer las obras. La represa será construida por el consorcio brasileño Andrade-Gutiérrez, y el acueducto, por Techint-Chediak-Paolini. La pelea entre Economía y el ala política del Gobierno también se dio por otros motivos. Uno de ellos fue por la negativa de Roque a firmar el proyecto que reduce la carga impositiva sobre el gasoil para los productores rurales y transportistas. Finalmente, esa discusión se zanjó con el envío de la propuesta al Congreso sin la rúbrica del mandamás de Economía. En cambio, en lo que aún no hay definición es en el proyecto de la Hidrovía, consistente en el dragado de los ríos Paraná y Uruguay, a fin de facilitar la navegación de buques de gran calado. Economía incluyó en el recorte presupuestario las partidas disponibles para esas obras. Pero Menem insiste en que los fondos sean reintegrados. "Aquí hay una decisión política del Presidente de proseguir las obras y un impedimento presupuestado del ministro Fernández, por lo tanto debe decidir el Congreso", aseguró ayer el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Jesús González, quien vaticinó que la Cámara de Diputados aprobaría mañana la continuidad de la Hidrovía. "No hay ningún desgaste en la relación con el Presidente. Son momentos de transición que no son fáciles", sostuvo ayer Roque, bajando el tono a su confrontación con el jefe de Estado. "Voy a continuar hasta el último día de gobierno junto a mis colaboradores", añadió. Finalmente, Roque atribuyó el malestar de la última semana a la "acción predatoria de grupos de interés, que tratan de sacar todas las prebendas sectoriales que puedan hasta último momento". En ese sentido, Roque respaldó al titular del Banco Nación, Roque Maccarone, en su rechazo a otorgar avales por 800 millones de dólares en favor de los proveedores de insumos para el agro. El ministro dijo que "no es justo" cubrir la operación de empresas con fondos públicos. El pedido de las multinacionales proveedoras del agro era que, si los productores no cumplían con el pago de sus compras, el Nación asumiera la deuda. En rigor, eso fue lo que prometió Menem en la Rural. Pero ahora, Economía y el Nación le bajaron el pulgar a la promesa del jefe de Estado.
LA DEPRESION LLEGO AL 14,2 POR
CIENTO CON RESPECTO AL AÑO PASADO
El Estimador Mensual Industrial, que el Indec comenzó a elaborar en 1994, mostró en julio un descenso del 2 por ciento respecto del mes anterior, una vez despejados los factores estacionales que inciden en la comparación entre un mes y otro. El nivel de producción industrial de los primeros siete meses del año, en tanto, pone de manifiesto un retroceso del 10,7 por ciento con respecto al mismo período del año anterior. Julio fue el undécimo mes consecutivo de caída interanual en el EMI. El análisis del INdEC atribuye al paro de camioneros --en protesta contra el impuesto para el financiamiento docente-- de los primeros días de julio parte de la responsabilidad por la caída en la actividad industrial. Dicha medida "impidió el normal abastecimiento de materias primas para el procesamiento industrial de algunos rubros, especialmente en los casos de cemento, lácteos y carnes". Sin embargo, no son ésos los rubros en los que la depresión industrial es más profunda. Metalmecánica, neumáticos, negro de humo, automotores y agroquímicos muestran caídas en julio del orden del 32 al 50 por ciento en su nivel de actividad con respecto al año anterior. Cerveza, tejidos, azúcar e hilados de algodón evidencian descensos superiores al promedio, del 18 al 27 por ciento. Las ramas industriales con mejor desempeño en los primeros siete meses del año fueron aceites y subproductos oleaginosos, lácteos y agroquímicos, pero en este último rubro se verificó un violento parate en julio como consecuencia de paradas de planta ante la acumulación de stocks. También se observa a partir del inicio del segundo semestre una desaceleración el rubro lácteo debido a la caída de precios, verificada en toda la cadena de producción y pese a la mayor disponibilidad de producción primaria. En el caso de la producción de aceites, se ha visto favorecida por la creciente oferta de materia prima, destacándose la de girasol, para la cual se estima que este año se alcanzará una cosecha record. Entre las ramas industriales más afectadas, se identifican claramente las vinculadas al complejo automotor (terminales automotrices, neumáticos, caucho, metalmecánica), que se han visto perjudicadas por la caída de las exportaciones a Brasil. El resultado alcanzado en el Plan Canje resultó insuficiente para compensar dicho impacto negativo. Las expectativas de las firmas, medidas por la encuesta que realiza el INdEC, evidenciarían que no se esperan grandes cambios en lo inmediato, tanto a nivel de demanda interna como exportaciones.
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