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En la city esperan la suba de la tasa internacional

La Reserva Federal (banca central estadounidense) anunciará hoy si ajusta para arriba en 0,25 por ciento la tasa de corto plazo, medida descontada por los financistas. Ese ajuste impactará en la cuentas de Argentina, puesto que deberá pagar 250 millones de dólares más por los intereses de la deuda.

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Por Claudio Zlotnik
t.gif (862 bytes)  Los financistas están seguros de que la Reserva Federal (banca central de Estados Unidos) subirá hoy la tasa de interés de corto plazo. El retoque alcista será de un cuarto de punto, y esa medida significará que Argentina deberá destinar 250 millones de dólares más por año para el pago de intereses de la deuda. De todos modos, esa mala noticia puede leerse en forma optimista: esa suba será la última del año, según estiman los principales bancos de inversión internacionales. Con esa perspectiva, los operadores apostaron ayer a los mercados bursátiles. Wall Street marcó un nuevo record histórico, arrastrando al resto de las plazas de la región. Buenos Aires creció 2,3 por ciento.
El consenso en la city es que la FED subirá la tasa en un cuarto de punto, del 5,0 al 5,25 por ciento anual. Ese movimiento tendrá dos implicancias:
u Encarecerá el crédito, ya que la tasa interbancaria estadounidense sirve como referente para los mercados financieros.
u Restringirá el ingreso de fondos internacionales, atraídos por el mayor rendimiento en un mercado desarrollado como el estadounidense.
Por lo pronto, Pedro Pou, el presidente del Central, se adelantó a su colega estadounidense y ayer aumentó de 4,90 a 5,05 por ciento anual la tasa que el BC les paga a los bancos cuando depositan fondos para integrar los requisitos mínimos de liquidez.
Greenspan decidiría encarecer el costo del dinero ante la aparición de tensiones inflacionarias en los Estados Unidos. Si bien el índice que mide la inflación no se ha desbocado, al banquero no le pasa desapercibido que los costos salariales están creciendo a un ritmo anual del 0,6 por ciento, el triple de lo que avanzan los precios minoristas. Y que, en el corto plazo, esas presiones se traducirán en mayor inflación si no actúa a tiempo.
Página/12 consultó a un par de economistas para que evalúen el impacto de esa medida en la economía argentina.
u Martín Redrado, de la Fundación Capital: “La gran pregunta es si esta suba será la última. Si es así, diría que sus consecuencias serán limitadas, ya que hoy pesa más la incertidumbre que los financistas extranjeros tienen sobre la Argentina. Sin embargo, creo que Greenspan moverá nuevamente la tasa antes de fin de año para volver a los mismos niveles del ‘98, cuando estábamos en medio de la crisis internacional. Si la tasa sube hasta el 5,5 por ciento no creo que haya grandes problemas. Lo peligroso es que la economía estadounidense se deteriore y a Greenspan le haga falta subir el costo del dinero más allá de ese límite”.
u Leonardo Bleger, del Banco Credicoop: “Un alza de un cuarto de punto en la tasa no nos va a traer más inconvenientes de los que ya tenemos. Si bien es verdad que no será una buena noticia –de hecho traerá aparejado un encarecimiento del financiamiento–, también es cierto que la escasez de crédito externo no se va a resentir todavía más. El endurecimiento de la política monetaria estadounidense se sumará a un problema más grave: la duda que tienen los inversores extranjeros sobre la capacidad de repago de la Argentina”.
El record en la bolsa de Nueva York, subió 1,8 por ciento y alcanzó los 11.299 puntos, motivó a los demás recintos de la región. En Brasil, la suba resultó del 0,4 por ciento. En tanto, el mercado cambiario operó con más tranquilidad: el real se apreció 2,3 por ciento y cerró a 1,873 por dólar debido a que el BC brasileño elevó la tasa de interés por encima del 20 por ciento anual. “Sigan preparados para aumentar las tasas si crece la inflación”, advirtió el FMI a las autoridades del país vecino (ver aparte), además de brindar un fuerte apoyo al gobierno para frenar la minicorrida.

 

Frenar la minicorrida
Después de la minicorrida contra el real de la semana pasada, el Fondo Monetario salió ayer a dar un fuerte respaldo al gobierno de Fernando Henrique Cardoso. De esa forma busca detener la corriente de desconfianza que se estaba apoderando del mercado acerca de la evolución de la economía brasileña. Por lo pronto, el real cerró a 1,873 por dólar. En línea con esa estrategia, el FMI difundió un comunicado elogiando el desempeño económico de Brasil. Pero fiel a su archiconocido manual de recetas, exigió un mayor ajuste fiscal para reducir el déficit, además de aconsejar al banco central brasileño moderar la política agresiva de baja de tasa de interés. E incluso advirtió que las autoridades “deben estar listas para aumentar la tasa si suben las expectativas inflacionarias”. De todos modos, la junta de directores del FMI afirmó, en tono optimista, que la economía brasileña sufrirá una contracción de apenas 1 por ciento o incluso menos este año, notablemente superior a la caída del 3,5 a 4 por ciento proyectado en marzo cuando se revisó el programa de Brasil a raíz de la devaluación del real.


Ecuador pide refinanciar
El rumor inundó el mercado a fin de la semana pasada: Ecuador declararía una moratoria unilateral en el pago de la deuda externa. Inmediatamente el gobierno aclaró que honrará los compromisos, pero admitió que le resulta difícil juntar los dólares para cumplir con ese objetivo. Finalmente, la ministra de Finanzas, Ana Lucía Armijos, admitió ayer que Ecuador no irá a una moratoria pero planteará la reestructuración concertada de sus obligaciones ligadas a los servicios de los bonos Brady. En un escueto comunicado Armijos apuntó que “dentro de las conversaciones que se mantienen con los organismos internacionales, el gobierno plantearía la reestructuración concertada de la deuda Brady, utilizando para el efecto los mecanismos de mercado”.

 

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