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Por Raúl Kollmann Las tendencias generales de la elección se mantienen: el candidato aliancista Fernando de la Rúa aventaja nítidamente a Eduardo Duhalde tanto en Capital Federal como en el conurbano bonaerense, aunque se constituye en novedad que, por primera vez, en el distrito porteño Domingo Cavallo se puso segundo, por encima del candidato justicialista. En la suma de Capital y el Gran Buenos Aires, obviamente De la Rúa está primero, Duhalde segundo y Cavallo tercero. Por otra parte, Graciela Fernández Meijide se sigue imponiendo a Carlos Ruckauf, con Luis Patti ubicado tercero, aunque un análisis detenido de sus votantes demuestra que será difícil que corten boleta masivamente. Las conclusiones surgen de la encuesta realizada habitualmente por la consultora MP que conducen Eduardo Lauzán y Diego Palacios y que realiza sus mediciones para la campaña de Domingo Cavallo. En total se entrevistaron 1000 personas de Capital Federal y Gran Buenos Aires, por medio de encuestas telefónicas, y respetando las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico. El trabajo de MP terminó de procesarse durante el fin de semana. Los datos muestran que en el último mes hay una cierta estabilidad en la intención de voto a presidente y a gobernador bonaerense, algo que registran también las encuestas de otras consultoras. Esta situación se verifica tanto en Capital Federal como el Gran Buenos Aires, aunque obviamente la distancia en el distrito porteño es más que holgada --De la Rúa triplica a Duhalde-- y la competencia es mucho más cerrada en el conurbano. Cavallo sigue manteniendo su cuota de votos en el área metropolitana, básicamente porque hasta el momento no hay síntomas de que la elección se polarice. Justamente, en el estudio de MP se verifica que una sólida mayoría piensa que en octubre va a ganar De la Rúa, algo inusual porque siempre la gente pensó que iba a ganar el justicialismo. Esta situación es la que --según señalan consultores como Rosendo Fraga- produce la despolarización: la gente tiene la sensación de que "ya ganó" un candidato y por ello no tiene tanta presión del voto útil, o sea que no tiene urgencia para votar sólo pensando que debe usar su sufragio para que gane uno o para que pierda otro. De la Rúa-Duhalde no parece, por ahora, un Boca-River dramático. Sin dudas, a dos meses de las elecciones, la disputa más pareja parece ser la de Graciela Fernández Meijide y Carlos Ruckauf por la gobernación bonaerense. Cuando en la encuesta se le pregunta a la gente por quién va a votar en ese rubro, Fernández Meijide supera por seis puntos a Ruckauf, pero lo cierto es que la elección presidencial es la que va a ocupar el centro de la escena y evidentemente producirá un efecto arrastre que favorecerá todavía más a la candidata de la Alianza. También es cierto que algo del voto de Patti se va a perder --por no tener candidato presidencial--, lo que le da una cuota de esperanza a Ruckauf. Si se verificaran las diferencias que hoy señala MP y que son parecidas a las de otras encuestas, De la Rúa establecería en el área metropolitana una diferencia de más de un millón de votos, indescontable en el resto del país, donde igualmente --según los sondeos-- también el candidato aliancista se impone en los distritos más populosos: Santa Fe, Córdoba y Mendoza. UN SONDEO QUE COMPLICA A PATTI Por R.K. Patti recoge casi el 19 por ciento cuando a la gente se le pregunta inicialmente a quién va a votar para gobernador bonaerense. Como Patti no tiene candidato presidencial, cualquier ciudadano que quiera apoyarlo tendrá que cortar boleta, incluyendo en el sobre una parte de otra papeleta en la que haya una fórmula de presidente y vice. MP les preguntó a los votantes de Patti si en su vida cívica cortaron la boleta alguna vez. La mayoría contestó que no. También preguntó a cuál de las elecciones le daba más importancia, si a la de presidente o la de gobernador. En total, hubo un 11 por ciento que dijo que nunca cortó boleta y que además considera más importante la elección presidencial, por lo cual Patti se quedaría únicamente con el 8 por ciento de los votos. Esto reafirma la impresión que tienen todos los consultores: es difícil que el subcomisario haga una buena elección, porque todos sus votantes tienen que cortar boleta y es improbable que lo hagan. |