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BAGNASCO PIDIO LA INFORMACION A ESTADOS UNIDOS
Más certezas sobre el Cóndor

La autenticidad de un documento que está en poder del juzgado permitirá avanzar sobre el destino de los bebés robados.

El juez Adolfo Bagnasco envió un exhorto a los Estados Unidos.
Un documento auténtico originado en EE.UU. describe el Plan Cóndor.

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Por Adriana Meyer

t.gif (862 bytes) El Departamento de Justicia de los Estados Unidos certificó que la copia que posee el juez Adolfo Bagnasco de un documento constitutivo de la Operación Cóndor es auténtica. Se trata de un telegrama enviado a Washington por un agente del FBI en 1976, en el que explica los objetivos del plan represivo concertado por los gobiernos dictatoriales del Cono Sur. Los abogados de seis Abuelas de Plaza de Mayo lo habían presentado como prueba de que la sustracción sistemática de los hijos de los desaparecidos –investigada por el magistrado– integró ese plan. Los funcionarios norteamericanos que avalaron la prueba comunicaron que no encontraron información en sus archivos de que la operación haya estado vinculada con secuestros de niños nacidos de padres en cautiverio. Pero Bagnasco pidió ayer que le envíen todo lo relativo al tema para hacer una selección propia.
Los investigadores del caso quieren ver todo el material disponible a partir de la desclasificación parcial que hizo el gobierno norteamericano de sus archivos secretos. Esto fue posible tras la sanción de una ley específica que permitió que vieran la luz por primera vez, por ejemplo, 5800 documentos sobre la dictadura de Pinochet. Si bien la mayoría de los documentos aparecen con gran cantidad de renglones censurados que impiden leerlos en forma completa, la administración Clinton resumió en un memorandum del Consejo de Seguridad lo que consideraba sustancial para ser dado a conocer al mundo, pero omitió las evidencias más graves.
En diciembre, los abogados Alberto Pedroncini y David Baigún entregaron a Bagnasco una copia del telegrama enviado al director del FBI –publicado por este diario en setiembre– que describe que el objetivo del Plan Cóndor era “la realización de actividades de inteligencia sobre datos de izquierdistas y comunistas, y la eliminación de actividades marxistas terroristas en el área”. Además menciona que el centro de la operación era Chile, y que ese país junto a Argentina y Uruguay se comprometían en operaciones conjuntas contra blancos terroristas. No estaban excluidos Brasil, Paraguay y Bolivia. Los letrados habían solicitado que el juzgado pidiera una copia autenticada a las autoridades norteamericanas. Ayer Bagnasco recibió esa respuesta con la correspondiente traducción del documento. “No es imposible que el reciente asesinato de Orlando Letelier en Washington DC haya sido cometido como una acción de la tercera etapa de la ‘Operación Cóndor’, como una sanción dentro de los Estados Unidos”, escribió un anónimo agente a sus superiores.
Si bien el abogado litigante de la oficina de asuntos internacionales del Departamento de Justicia, Michael Burke, informó que “no encontramos información alguna en nuestros archivos vinculada con secuestro de niños nacidos de padres en cautiverio”, el juzgado de Bagnasco les envió ayer un nuevo pedido para obtener copias certificadas de “toda la documentación en poder de las autoridades que guarde relación con la Operación Cóndor” y “copias certificadas de la sentencia dictada por Estados Unidos contra Michael Townley en relación al asesinato de Letelier”. Lo hizo con carácter de urgente dada la “importancia y complejidad” de la causa.
El jefe de administración de la información de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Dennis Weaver, informó que “revisó la copia (del telegrama), lo comparó con los materiales liberados del secreto oficial y determinó que puede ser certificado como copia fiel del material liberado con anterioridad”. Los funcionarios norteamericanos explicaron que “se levantó el secreto oficial sobre ese documento por la Ley de Libertad de Información, a solicitud de la señora Isabel Letelier, viuda del ex canciller chileno”. Estas fueron las “respuestas a la solicitud del gobierno argentino sobre la Operación Cóndor, una supuesta asociación entre las organizaciones de policía secreta de América del Sud entre los años 1976 y 1983”, tal como consta en las cartas recibidas desde Estados Unidos y a las que este diario tuvo acceso.
“Este documento muestra que hubo un pacto entre Estados y contribuye a probar los niveles de responsabilidad en secuestros internacionales atribuidos en el proceso de Bagnasco a quienes ejercieron los más altos cargos políticos y militares durante la dictadura”, expresó Pedroncini a Página/12 para destacar la importancia de la confirmación que llegó desde los Estados Unidos. Los menores que habrían sido sustraídos en el seno del Plan Cóndor son siete: Carla Rutila Artés (detenida con su madre enBolivia y entregadas a fuerzas de seguridad argentinas), la nieta o nieto del poeta Juan Gelman, Paula Logares, Simón Antonio Riquelo, Anatole y Victoria Julien Grisonas y Mariana Zaffaroni Islas.

 

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