|
El zar antidrogas norteamericano Barry McCaffrey sigue de gira por Sudamérica para alertar a los países de la región sobre el peligro del narcotráfico y, de paso, advertirles sobre la amenaza que representa Colombia. McCaffrey elogió ayer Bolivia por su éxito en la erradicación de cultivos de coca y, al igual que en Brasil, prometió que Estados Unidos aumentará la ayuda económica para fortalecer la cooperación regional en la lucha contra las drogas. También aprovechó la ocasión para hacer la única referencia a la guerrilla colombiana que parece dispuesto a declarar en público, al instar a los países vecinos a tomar medidas urgentes para frenar el derrame de la creciente producción de drogas en Colombia. La lucha contra el narcotráfico se convirtió en el argumento perfecto para que el militar estadounidense se refiera al conflicto colombiano elípticamente. Sin mencionar las palabras guerrilla ni intervención, McCaffrey logró primero en Brasil, ayer y hoy en Bolivia, y en los próximos dos días en Perú y Argentina instalar a Colombia en el centro de las preocupaciones de Estados Unidos en la región. Existe un peligro latente para Bolivia y toda la región, advirtió desde el cuartel de Chimoré, a 400 km de La Paz, al anunciar que las cifras que mueve el narcotráfico colombiano se han duplicado. Antes de terminar su visita de dos días a Bolivia, McCaffrey se reunirá hoy con el presidente Banzer, y después viajará a Perú, que fue presentado en Brasil como un modelo a seguir en el combate al peligro regional. Perú tiene una ley para derribar aviones sospechosos, y con ella el gobierno alcanzó espectaculares logros en la lucha contra las drogas. En Estados Unidos, con miles de vuelos diarios, no tenemos condiciones de pensar en una posibilidad como ésa, disparó. Y ratificó que el próximo 4 de octubre, en Montevideo, se firmará el acuerdo para un nuevo mecanismo de evaluación multilateral de la lucha antidrogas en el continente. La intención es enterrar el sistema antiguo de Estados Unidos bajo la idea de que el sistema de evaluación mutuo funciona mucho mejor, y queremos demostrar que será mejor para los 800 millones de habitantes de América, justificó. En Bolivia, McCaffrey recorrió con los ministros del Interior, Walter Guiteras, y de Defensa, Jorge Crespo, la región de Chapare, donde una fuerza de 3000 soldados desarrolla planes de erradicación de plantaciones de coca y de sustitución de cultivos. En el acto oficial, el militar condecoró a cinco policías de la fuerza de élite que se encuentra en la zona, y elogió los resultados de la lucha antidroga del gobierno de Bolivia, que en los últimos dos años eliminó 24.734 hectáreas de cultivos, reduciendo la producción de cocaína en un 22 por ciento, según dio a conocer el mismo McCaffrey. Todos los amigos de Bolivia sentimos orgullo por el proceso conseguido contra las drogas por el presidente Hugo Banzer en este tiempo, dijo al precisar que el año pasado la policía local incautó 11 toneladas de cocaína que iban a ser transportadas a otros países. Y decidió premiar ese éxito con la promesa de que, a su vuelta a Washington, hará lo posible por que su país aumente hasta 88 millones de dólares su ayuda a los esfuerzos de Bolivia, frente a los 67 millones que le otorgó entre 1998 y 1999. Seré intermediario (ante el Congreso) para conseguir recursos adicionales para Bolivia se comprometió el zar antidrogas. Bolivia no puede estar sola en este momento y en esta situación. Según el diario La Razón de La Paz, otro tema inevitable incluido en la agenda de McCaffrey será la infiltración de la mafia italiana en el país. Fuentes del gobierno habrían confirmado al diario que el militar expresó su enorme preocupación por las consecuencias que acarrea la presencia de la mafia italiana, cuyo jefe, el ex capitán del Ejército Marino Diodato, se infiltró en las Fuerzas Armadas para realizar tareas de espionaje y pinchazos telefónicos que alcanzarían a la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico de Bolivia y a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
CESE DEL FUEGO PARA QUE INTERVENGA EE.UU. Cese
multilateral del fuego e intervención norteamericana en Colombia. Esto es lo que propuso
ayer el líder de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos
Castaño, luego de la matanza de 36 campesinos que estos grupos cometieron el fin de
semana pasada en varias regiones colombianas. Castaño también negó la autoría del
asesinato del periodista y humorista político Jaime Garzón y explicó que su propuesta
de cese del fuego obedece a que la guerra en Colombia se ha degradado. El
ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, celebró la noticia pero al mismo tiempo
calificó de cobardes a las matanzas que en los últimos tres meses dejaron el
saldo de 150 muertos.
|