UNO Ahí está la foto. La foto de un astro misterioso. Algo que
no es estrella, ni galaxia, ni quásar y que pone nerviosos a los astrónomos porque no
pueden descifrar el lenguaje de su luz. Nunca he visto un espectro como éste, y eso
que he visto y clasificado espectros toda mi vida... Pero tampoco puedo pensar que hemos
descubierto todas las cosas que hay ahí fuera, dice S. George Djorgovski desde su
puesto de observación en el Instituto de Tecnología de California, Caltech. Y yo recorto
la foto y la guardo en mi carpeta. Soy feliz.
DOS De un tiempo a esta parte se me ha dado por coleccionar recortes de
noticias astronómicas: fantasmas de astronautas rusos, concentración de basura espacial,
blues del eclipse. Las guardo en una carpeta junto a mi otra ocupación favorita a la hora
del recorte: las novedades informativas del papa Juan Pablo II. No me pregunten por qué
he caído en semejante vicio. Mediana edad o fin de milenio, da igual. Lo cierto es que me
encanta leer sobre el espacio exterior de los astrónomos y sobre el espacio interior del
Papa. Aparecen noticias al respecto casi una vez por semana. Y yo guardo todas esas cosas
que ha empezado a decir el Papa de un tiempo a esta parte. Cosas raras e interesantes.
Cosas como el Cielo no es una abstracción entre las nubes sino una relación viva y
personal con Dios; o Dios ni se identifica con el Cielo ni puede ser recluido
en el Cielo; o El Infierno existe y es una verdad de la fe, pero no es un
lugar; o El Purgatorio es un estado del espíritu después de la muerte que
experimentan todos los que deben purificarse más; o Satán está
definitivamente vencido. Es buena mercadería de la boca de alguien quien se
supone tiene información de primera mano al respecto. Son como los titulares de un
gran noticiero metafísico. Me gusta esta versión del Papa quien acaba de grabar un
CD como rapper celestial y lanzó su propia tarjeta de crédito presentándose como
guía de turismo de lo extraterrestre y rescatando aquel viejo y noble espíritu de
hechicero de la tribu. Me parece mucho más interesante y necesario que un Papa
pontificando sobre el aborto, los métodos anticonceptivos o la política internacional
teniendo en cuenta que, me dicen los que saben de estas cosas, el suyo ha sido hasta ahora
un papado del tipo retro (sospechosamente erigido luego de esa misteriosa y sonriente
brevedad e hipotética revolución sacra que fue e iba a ser Juan Pablo I) y matizado por
esa supuesta novedad de viajar mucho (ya lo había hecho sin tanta alharaca Paulo VI) y de
santificar a todo el que se le ponga adelante porque a cononizar que se acaba el mundo. De
ahí que no deje de ser celebrable o por lo menos interesante esta novedosa
faceta papal de cartógrafo de las regiones superiores e inferiores con espíritu de
National Geographic sin fotos. Ayer recorté una foto del Papa mirando el último eclipse
total del milenio desde la ventanilla de un avión. Se lo ve contento, útil, en lo suyo.
TRES Ansioso y a la espera, en estos días, de que el Papa viaje a,
vuelva de, y se pronuncie acerca del Limbo. El Limbo sobre el que no se expresan las
Sagradas Escrituras y sobre el que la propia Iglesia ha cambiado su juicio hasta hace poco
excluyente. Ahora, los teólogos modernos afirman que tiene que haber alguna vía de
salvación para quienes no han recibido el sacramento del bautismo. En eso están
del mismo modo en que en eso está Djorgovski, quien sigue preguntándose qué cuernos
será eso que está ahí arriba y que no se parece a nada de lo que ha sido visto desde
aquí abajo. Tal vez, quién sabe, Djorgovski haya descubierto el Limbo perdido. Tal vez
Djorgovski debería hacer una llamada al Vaticano. 0-600-PAPATOURS.
CUATRO That is the end of the world news, suele cerrar su
transmisión el Overseas Service of the British Broadcasting Corporation, el noticiero
radial de la BBC para los ingleses en el extranjero. No soy inglés, pero igual lo escucho
en estas noches bordadas con lluvia, fiebre y mosquitos, cada vez más lejos. Una voz de
modulación perfecta y acento impecable se despide con That is the end of the world
news, yo sonrío una noche más, miro al cielo, ubico al espectro y
cierro los ojos feliz de que no hayan interrumpido la transmisión con un despacho urgente
del corresponsal en el Vaticano anunciando que el Papa tiene algo muy pero muy breve que
decir -no queda tiempo acerca del Apocalipsis.
Fin de las noticias del mundo.
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