Por Juan Jesús Aznárez Desde Caracas Carlos Andrés Pérez, 77
años, dos veces presidente de Venezuela (1974-79, 1989-93), anticipa la caída de actual
jefe de gobierno, Hugo Chávez, en el plazo de dos años. El destino enfrentó a estos dos
notables protagonistas de la historia nacional el 4 de febrero de 1992, día en que el
coronel de paracaidistas sublevó varios regimientos contra Pérez, entonces presidente,
considerado por el insurrecto como representante de la corrupción imperante en cuatro
decenios de bipartidismo. Fue encarcelado pero no cejó en su empeño de alcanzar el
poder. ¿Y quién va a echar a Chávez? Eso ya lo veremos, responde.
¿Qué rumbo ha tomado Venezuela?
Lo más grave es que vamos hacia un rumbo desconocido. La incertidumbre es el camino
que hemos tomado. No podemos hoy definir nada en concreto aunque sí decir, de manera
categórica, que estamos frente a un gobierno militar que va a ir anulando totalmente las
grandes conquistas del pueblo venezolano.
Muy tajante su afirmación, ¿no?
Tan tajantemente como le digo.
¿Son las fuerzas armadas un bloque detrás de Chávez o hay malestar entre las
filas?
Ahí no hay ningún bloque. En las fuerzas armadas hay núcleos de oficiales
institucionalistas que están absolutamente en desacuerdo con lo que está haciendo
Chávez. Y en el manejo de la situación colombiana hay una gran preocupación porque nos
está metiendo en un conflicto. (La disposición del presidente venezolano a reunirse con
las guerrillas colombianas ha irritado al gobierno de Bogotá.)
No parece muy optimista respecto del futuro de su país.
Yo no veo muy largo el de Chávez. Yo creo que dos años durará toda esta tremolina
en que estamos metidos, después comenzará Venezuela a levantarse pero ya sin Chávez a
la cabeza.
¿Y quién lo va a echar?
Eso ya lo veremos. No soy yo animador de golpes, ni de actitudes violentas pero esto
es evidente que va a pasar.
La gente parece contenta, esperanzada.
No hay duda. Se ha apoderado una ceguera inconcebible de Venezuela. Yo dije que los
venezolanos harían presidente a Chávez alimentados por el pan de la rabia. Ese pan de la
rabia que amasó con tanta fruición Caldera. (Ex presidente Rafael Caldera,
democristiano, 1969-74, 1994-99.) La cantidad de disparates y errores que cometió fue el
que trajo a Chávez a la presidencia.
Se observa, sin embargo, que hay una diferencia entre el discurso del presidente
Chávez y los hechos. No ha disuelto el Congreso, como se temía, ni tampoco la Corte
Suprema.
Lo que pasa es que la indiferencia, la actitud del pueblo de Venezuela, le han
permitido amenazar sin tener que cumplir las amenazas. Se le han rendido de antemano. Por
esto, lo que sucedió con el Congreso es triste. Es doloroso para uno la manera como
reaccionó el Congreso frente al problema creado por Chávez, se autodisolvió. No lo
disolvió Chávez, no tuvo necesidad porque él mismo se autodisolvió.
¿Observa una toma democrática de las instituciones?
La concentración de poderes es antidemocrática. Sin la menor duda. Esto se parece
mucho a lo que hizo Velasco Alvarado en Perú. (El general Juan Velasco Alvarado derrocó
al presidente liberal Fernando Belaúnde en 1968, y abordó la reforma agraria y un
programa de nacionalizaciones: lacompañías mineras, la banca, industrias y servicios
públicos. Fue derrocado a los siete años por su compañero de junta, el general
Francisco Morales Bermúdez, que convocó elecciones en 1980.)
Es cierto que Venezuela necesitaba reformas muy radicales.
Hay que hacer reformas en todo los ámbitos. Cuando Chávez se anunció como un
reformador, pues se lo aceptó, pero si sale su proyecto de Constitución será un retorno
al pasado, a comienzos de siglo. No hay absolutamente nada que nos presente la posibilidad
de reformas. En materia económica nos van a convertir en un Estado proteccionista,
entregado al control de la economía sin tener en cuenta las nuevas realidades del mundo.
En el campo social no encontramos nada que nos satisfaga.
Usted imputa responsabilidades a Caldera en el fenómeno Chávez.
Caldera es el responsable absoluto y total de la situación que está viviendo
Venezuela. Eso lo digo con una absoluta tranquilidad y con la seguridad de que no estoy
exagerando.
¿Qué tenía que haber hecho?
Caldera, en primer lugar, conociendo lo que se estaba tramando no hizo ningún
esfuerzo por hacerlo saber y, en segundo lugar, violando las leyes y sus propios deberes,
sin que se hubiera producido el juicio contra Chávez, sin condena, lo indultó. Todo es
producto del perdón de una pena.
El presidente acusa de todos los males a los partidos tradicionales (Acción
Democrática, socialdemócrata, con el que Pérez alcanzó las dos presidencias y Copei,
democristiano).
Los partidos son cascarones vacíos. Y esa es otra de las cosas que hay que recrear
en Venezuela, los partidos.
Y Chávez lo ataca a usted como uno de los principales responsables.
Conmigo se ha metido poco. Cuando le dijeron que figuraba alto en las encuestas pues
él estuvo haciendo algunas alusiones a mí, pero en general no se ha metido conmigo
directamente.
¿Le sorprendió no salir elegido diputado en las elecciones constituyentes del 25
de julio?
Sí, porque yo tengo en Táchira (estado de Táchira, donde nació Pérez) una
posición privilegiada. Pero es que aquí la gente no votó por nadie sino por unos
números. Nadie en Táchira, ni amigos, ni adversarios dudaba de mi triunfo. Pero fíjese
usted lo que pasó.
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