Por Adrián H. Mouján Ella irrumpió en la oficina
de él a los gritos, le tiró todo lo que había sobre su escritorio y lo insultó. El,
cuando vio que ella llevaba su mano a la cartera, le torció el brazo, la agarró de los
pelos y la sacó de su oficina. Afuera, ella, ayudada por cuatro colaboradores pudo
librarse y extraer de su cartera el arma impensada: un gas paralizante que arrojó en la
cara de él. Los protagonistas de este incidente no son actores de telenovela. Ella es
Claudia Bello, secretaria de la Función Pública y él es Miguel Solé, secretario de
Control Estratégico de la Jefatura de Gabinete.
La riña, revelada a Página/12 por colaboradores de Solé y Bello, se inició
ayer cuando la funcionaria salió de sus oficinas de San Martín y Diagonal Norte
acompañada por cuatro laderos, de considerable tamaño, rumbo a la Casa Rosada. Entró
por la explanada como lo hacen todos los funcionarios y se dirigió a las oficinas de
Solé donde, sin anunciarse y dejando a los secretarios y secretarias del segundo del jefe
de Gabinete, Jorge Rodríguez, con la boca abierta, ingresó al despacho de éste y de un
portazo clausuró toda intromisión.
Bello insultó a Solé, reclamándole que le entregara una partida de un millón de
dólares que dispuso el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para que el Estado
argentino continúe los trabajos de prevención del denominado Efecto 2000, en
los sistemas informáticos. Según Bello, la jefatura de Gabinete, por orden expresa de
Rodríguez, le negaba esa partida. Pero en la oficina de Solé aseguraron que sólo se
estaba cumpliendo con los trámites burocráticos antes de girarle el dinero.
Ya dentro del despacho de Solé, la ex candidata a senadora porteña insultó al
funcionario pampeano, le tiró todo lo que había sobre su escritorio, mientras seguía
atacándolo verbalmente. Solé le contestó y cuando vio que Bello llevaba su mano a la
cartera, la tomó del brazo y se lo torció hacia la espalda, como una toma policial, la
agarró del pelo y la sacó de su despacho.
Al ver a su jefa en problemas, los cuatro colaboradores de Bello se abalanzaron sobre
Solé, quien contestó con un puñetazo hacia uno de los grandotes. A partir de allí, los
secretarios de Solé salieron en su ayuda, pero no pudieron hacer nada para evitar que su
jefe recibiera una trompada de la propia Bello, quien luego le arrojó gas paralizante en
la cara.
Una de las secretarias de Solé llamó al personal de seguridad, que se acercó a la
oficina pero no intervino, dejándole el problema al jefe de la Casa Militar, brigadier
Juan Manuel Vázquez, quien logró llevarse a Bello y a Solé a su despacho. El
funcionario de Jefatura de Gabinete fue sostenido todo el viaje por un colaborador ya que
aún estaba bajo los efectos del gas paralizante.
Solé ya había protagonizado discusiones con la ex ministra de Educación, Susana Decibe,
y con la secretaria de Equidad Fiscal y Social de la jefatura de Gabinete, Carola Pessino.
El jefe de los edecanes militares le dio aviso del incidente al presidente Carlos Menem,
quien según dijeron a este diario fuentes oficiales, perdió rápidamente la calma que se
había ganado en un día de descanso. Finalmente, laudó en favor de una de sus favoritas
y ordenó que se le entregara el millón de dólares que reclamaba.
la alianza incomoda por el cafe de nosiglia en
recoleta
No tenemos idea de qué hacía
Como si
no lo conocieran, los principales dirigentes del radicalismo porteño intentaron ayer
despegarse de la figura de Enrique Coti Nosiglia, luego de que Página/12 lo
retratara tomando un café en La Recoleta junto al jefe de los espías, Hugo Anzorreguy, y
al juez acusado de presenciar torturas Pablo Bruno. Fuentes cercanas al dirigente radical
quisieron demostrar que Nosiglia no conocía al magistrado.
El discurso fue el mismo en todos los casos. No opinamos, señalaron en el
Comité Capital. No sé nada, respondió Jesús Rodríguez, líder del Ateneo
del Centenario, una línea interna de la UCR de la Capital enfrentada al Cambio Radical
que capitanea Nosiglia. En el comité de campaña de la Alianza se preocuparon por
destacar que el Coti no tiene ninguna injerencia en el diseño de la campaña de la
coalición. Su titular, Rafael Pascual, señaló a este diario: No tengo idea de
qué estaba haciendo.
Carlos Chacho Alvarez no quiso opinar. El jefe del Frepaso tiene un
enfrentamiento histórico con el ex ministro del Interior de Raúl Alfonsín. En diciembre
de 1998, Nosiglia le inició una querella por calumnias e injurias después de que Alvarez
lo acusara de gestionar negociados políticos y lo calificara como el
ideólogo de un pacto entre Carlos Menem y Fernando de la Rúa. A pesar de que con el paso
del tiempo los dos dirigentes convivieron en la Alianza, no se pueden ver ni en figuritas
y evitan cualquier contacto personal.
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