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Eduardo Duhalde recalentó ayer al máximo la disputa electoral al advertir que la Alianza "tiene un plan secreto para devaluar". Fernando de la Rúa no tardó en responderle. "Le reclamo que recupere la cordura", enfatizó. A menos de 60 días para las elecciones, empiezan a salir del mazo las cartas más pesadas. Asesorado por el publicista brasileño Duda Mendonça, el mismo que diseñó la estrategia de campaña de José Manuel de la Sota, Duhalde se propuso sacudir el avispero. En los términos en que se venía desarrollando la contienda con la Alianza, el justicialista no podía evitar verse cada día más hundido en las encuestas. Por ello ayer revivió la peor pesadilla de la coalición: "Tienen un plan secreto para devaluar", dijo, convocando a escena al fantasma del final de mandato de Raúl Alfonsín. "Es un acto de desesperación política", retrucó Carlos "Chacho" Alvarez, afirmándose en la postura de ganador. Anteayer, Duhalde lanzó un programa de shock para superar la crisis económica. Las ideas-fuerza fueron la reducción de impuestos --en especial el IVA-- y la suspensión de los despidos por el término de un año. Duda Mendonça ya había comprobado la eficacia de su estrategia en Córdoba, en donde De la Sota llegó al triunfo cabalgando sobre la promesa de rebaja impositiva. Al presentar el plan, Duhalde dijo por primera vez que la demora en aplicar las medidas podía forzar al próximo gobierno a devaluar. La afirmación repercutió con la intensidad que esperaba el gobernador, quien ayer redobló la apuesta y vinculó directamente a la Alianza con la propuesta de romper con la convertibilidad. "Le reclamo que recupere la cordura", disparó De la Rúa, quien consideró que su contrincante "les hace mal al trabajo, a la producción, a la economía y a los mercados". "Es una estrategia de desesperación electoral, pero aun cuando estén complicados en la campaña, debería tener cuidado y no decir al pie de la letra lo que sugiere su publicista brasileño", ironizó Alvarez. Los aliancistas confían en que el ataque de Duhalde redundará en un aumento de la intención de voto hacia su fórmula, atendiendo a que el justicialista ha perdido credibilidad. Sin embargo, por lo bajo los operadores de campaña de la Alianza admiten su inquietud por lo que pueda disparar el nuevo escenario de campaña que logró instalar Duhalde. "La Alianza no advierte que no se puede esperar, y que las crisis no son para ser administradas, sino para ser atacadas", azuzó ayer el gobernador. En ese sentido, dijo que su contribución a la búsqueda de soluciones inmediatas a la crisis es el programa de ocho medidas que lanzó anteayer. "Tenemos que juntarnos ahora para evitar llegar a la devaluación", dijo. Pero, en la misma conferencia de prensa, denunció que "la Alianza tiene un plan secreto para devaluar". A ello atribuyó, con evidente intencionalidad política, que "reaccionen violentamente" contra su plan reactivador. "Argentina tiene restringido el crédito internacional, hay un déficit fiscal de 10 mil millones de dólares, un desempleo del 15 por ciento. No se puede decir cualquier cosa en términos de la campaña electoral, porque no está en juego la suerte de un dirigente, sino la de muchos argentinos que la están pasando muy mal", enfatizó Alvarez. La interpretación del candidato a vicepresidente fue que Duhalde buscó trasladar la atención hacia "un debate sin sentido", procurando "ocultar" la crisis interna y las diferencias con su compañero de fórmula, Ramón "Palito" Ortega. "Esto que ha planteado Duhalde tiene que ver con disimular la crisis que tiene con su candidato a vicepresidente, que ya es pública y notoria", afirmó. En lugar de involucrarse en el debate que plantea Duhalde, los candidatos aliancistas insisten en ligar cualquiera de sus declaraciones a la debilidad que viene evidenciando en las últimas semanas. Y en especial, remarcan las diferencias internas en el PJ. Luego de que el mandatario bonaerense dijera que "la Alianza tiene un plan secreto para devaluar", los operadores de campaña de la oposición comenzaron a idear la estrategia de respuesta. Resolvieron convocar a una conferencia de prensa de De la Rúa y Alvarez, al término del encuentro que sostuvieron por la noche con Barry McCaffrey, el funcionario estadounidense a cargo de la lucha contra el narcotráfico. "Ningún argentino debería pronunciar frases que lleven a crear incertidumbre en el país frente a la difícil situación económica", comenzó De la Rúa. "Hemos sido muy claros en que vamos a defender la estabilidad y mantener la convertibilidad, y lo ratifico. Le reclamo al gobernador Duhalde que recupere la cordura, porque además de decir falsedades, les hace mal a los argentinos", se quejó. En el bunker duhaldista se manifiestan satisfechos con haber instalado el tema de debate en la campaña. Sostienen que están forzando a la Alianza a definirse, y que las propuestas de shock pusieron a los industriales y a otros empresarios ligados a la producción de su lado. "Ahora tendrán que aceptar la discusión en el Congreso. Esto nos permite retomar la iniciativa política", señaló a este diario un operador duhaldista. "No vamos a responder todos los días a las cosas que tire Duhalde. Nosotros tenemos un programa de gobierno y vamos a seguir trabajando en eso", anticipó Alvarez, dejando en claro cuál es el juego que más le gusta.
Por Cledis Candelaresi Tal como fueron difundidos, los ocho puntos de "Concertación Ahora" constituyen una apuesta arriesgada: en lo inmediato, significa perder recursos sin que se haya previsto ninguna forma de aumentarlos. Sólo la reducción de la alícuota del IVA del 21 al 15 por ciento entraña resignar unos 6500 millones en un año, y la supresión de los tributos a la renta presunta y a los intereses, privarían al Tesoro de otros 1300 millones. Diputados y senadores oficialistas intentan explicar en los siguientes términos la jugada: si se bajan impuestos, aumenta el consumo; esto estimula la producción, entonces, el Estado recauda más. Sin embargo, no desconocen que ocasionará problemas en el corto plazo. "Es inviable si no se combate la evasión", comentó a este diario el senador José Luis Gioja. "Sólo se podrían sacar algunas leyes con un enorme apoyo político", razonó el diputado Oscar Lamberto. El titular de bancada, Humberto Roggero, junto a su par Eduardo Caamaño se erigieron en los principales defensores públicos de la iniciativa política duhaldista. Pero, hasta el momento, el único que puso manos a la obra es Jorge Remes Lenicov junto a Rodolfo Frigeri y Jorge Todesca: * La iniciativa para reducir la alícuota del IVA (algo que el PEN podría hacer de por sí) incluiría su generalización al 15 por ciento. Esta sería una salida para compensar la fuerte pérdida de ingresos que ocasionaría aquel recorte. * Si cualquiera de las medidas esbozadas quisieran aplicarse de inmediato, alterarían las condiciones pactadas con el Fondo Monetario Internacional. Por lo tanto, la ruptura que el paquete amenaza producir con el Poder Ejecutivo sería aún más drástica. * Subsidiar a la tasa de interés para pymes "es puro aumento del gasto", especulaba un diputado ante este diario. * La imposición a las empresas de que no expulsen mano de obra, también debería resolverse a través de una ley que genera muchas dudas. Saúl Ubaldini, entre otros, especulan que podría tener el contraproducente efecto de acelerar despidos: algunas empresas podrían apurarse a echar empleados antes de que se sancione la ley. * Tanto la modificación del IVA como la posible eliminación de la renta presunta y gravamen sobre los intereses son tributos coparticipables --que en parte van a las provincias-- y, por lo tanto, se necesita una mayoría especial para aprobar cualquier ley que los afecte. Esto significa sentar en Diputados a por lo menos 129 legisladores, cantidad casi imposible en etapa preelectoral. Por esta razón, el PJ dependería del apoyo de la oposición. A pesar de esas múltiples dificultades, las bancadas del PJ no ven otros demasiados caminos para sostener a Duhalde--Ortega en el medio de una fuerte recesión. "Hay que hacer algo para que la fórmula levante cabeza", confesaba ayer un desanimado senador duhaldista.
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