Por Sergio Moreno Felipe Solá fuma su habano.
Fuma habanos desde chiquito, dice. Ahora están de moda, pero él fuma habanos desde
chico. El presentable Solá, un peronista progre como no se define pero no le
disgusta que lo hagan, fuma su habano y no se distiende. Está irritado, serio. Hace pocos
días el subcomisario defenestrado de la policía Luis Patti dijo que un
emisario le propuso acompañar a Carlos Ruckauf en la fórmula peronista por la
gobernación bonaerense. Solá, que fuma su habano y toma mate cebado por él, apunta al
gobierno nacional. Lo inflaron, dice Solá, que deja el mate y reenciende su
habano. Solá sabe que están perdiendo. Ruckauf, él y Eduardo Duhalde, están perdiendo.
Nos quisieron joder, dice, y fuma, y mira hacia la Casa Rosada. Solá sigue
haciendo campaña. En esos momentos no fuma su habano.
Hasta hace veinte días ustedes estaban ganando en la provincia. Las encuestas se
revirtieron. ¿A qué atribuye este cambio?
A que hay un bajón de Duhalde. Creo que hay también otro fenómeno que es el de
los indecisos. Hay gente que nos votaba y, al ver que hay problemas dentro del peronismo,
ahora está indecisa.
¿Tiene que ver con la pelea interna del peronismo?
Tiene que ver con una dificultad que la gente ha observado en Duhalde para avanzar.
En Duhalde...
En la campaña de Duhalde, la cantidad de obstáculos que aparecieron, y la falta de
apoyo. Cada apoyo que consigue significa un trabajo muy fuerte, no aparecieron de manera
espontánea.
¿Cuáles fueron esos obstáculos?
Un gran obstáculo fue la provincialización de las elecciones. Hubo nueve
elecciones provinciales, y eso nos desarticuló mucho. Después de 10 años de gobierno
hay un desgaste y un cierto aburguesamiento. Pero si, además, cada uno tiene que librar
su propia batalla personal en tiempo diferente, se forma una diferencia de expectativas
importante.
El cronograma electoral se armó desde el Ministerio de Interior, consultando con
los gobernadores. Parece ser un escenario deliberado...
Aparece así, pero la definición viene mucho más de cada gobernador que del
Ministerio del Interior. Me parece que cada gobernador, de haber imaginado esta
desarticulación, habría llamado a elecciones para el mismo día que la presidencial.
¿A Duhalde no le cabe parte de la responsabilidad de este desapego de los
gobernadores para con su candidatura?
Un poco de culpa especulativa posterior... La candidatura de Duhalde ha costado,
pero me parece que ellos no hubieran querido una desarticulación.
Aparece como una confederación de partidos provinciales.
Claro, me parece que eso es lo que más nos molestó. Y después está la salida de
Menem como eje central de la política argentina. Cuando Menem sale definitivamente,
Duhalde tiene que cambiar el opositor. Me refiero al tema de la re-reelección, que
irritaba a la mayoría. La actitud más fuerte en ese sentido fue la de Duhalde. Y
después vino un bajón en el que aparece la crisis económica. Y la crisis y la recesión
son mucho más agudas de lo que se esperaba. Esas agudizaciones han volcado una parte del
electorado hacia los que suponen el cambio.
Ustedes siempre dijeron que, ante una crisis económica, el peronismo se fortalecía
por haber demostrado algún poder de mando, de conducción en medio de la crisis. Ahora,
usted dice que esta crisis está perjudicando al peronismo...
Esta crisis no es igual a las anteriores, no es una crisis por desorganización
económica: es una crisis del poder político.
Es notorio que también haya una diferencia de mensaje entre la campaña del
candidato nacional y la campaña en la provincia de Buenos Aires.
Pero no es cierto. Porque lo que hay es una sensación dejada por el episodio
Arslanian en la que aparecemos alejados de Duhalde.
Pero hay una serie de hechos que también marcan diferencias: Ruckauf disiente y
genera una crisis por el caso Arslanian, disiente sobre la SIDE y también disiente sobre
Patti.
De entrada, en la provincia nuestra fórmula fue más fuerte que la de Duhalde.
Tuvimos ocho puntos de ventaja antes de empezar a trabajar fuerte. Esta fórmula adquirió
independencia. Puede haber mil preguntas que nos encuentren diciendo cosas diferentes,
pero el proyecto es el mismo. Nosotros sabemos que ganamos o perdemos con Duhalde.
Me refiero a actitudes políticas. Por ejemplo, el intento de Ruckauf de ingresar el
aparato partidario aliándose con Osvaldo Mércuri.
(Piensa, responde con cuidado.) Yo creo que por estilo, historia y vocación,
Ruckauf no es constructor de alianzas partidarias. Por el contrario, es una figura que se
ha movido siempre dentro del peronismo de una manera solitaria. Llegó a la provincia hace
un año y medio y como tal no tiene una vinculación muy fuerte. El solo hecho de que
empiece a tratar de hacer pie en el partido es una aspiración; si va a ser gobernador,
tiene que tener algún tipo de soporte con todas las intendencias.
¿Cuánto les costó a ustedes y a Duhalde el episodio Arslanian?
No puedo evaluarlo. Teníamos un tipo (Luis Patti) que malévolamente le decía a
toda la gente asaltada que la culpa la tenía el ministro de Justicia. Lo que hizo Ruckauf
fue opinar de manera diferente y nada más...
¿Lorenzo es el mejor ministro de Seguridad que puede tener Duhalde?
No lo sé, porque no conozco a los otros ministros de Seguridad que podría tener
Duhalde; Lorenzo es el que tiene, conoce el tema y yo no tengo problemas con él. Me
parece mal que se haga cualquier acusación contra él y se lo crucifique.
Hubo una investigación realizada por la Cámara Federal de San Martín donde lo
acusaba de haber cometido irregularidades como juez. Después no se investigó más porque
Lorenzo renunció a ser juez de por vida, para ser ministro tres meses. No es una
acusación cualquiera.
Ninguna acusación a un juez es una acusación cualquiera. Los juicios pueden ser
ciertos o no cuando se llega al fin del proceso. Lorenzo es un muchacho de barrio en
el mejor sentido de la palabra, un abogado penalista, con mucho más conocimiento de
la calle que Arslanian, con mucha menos carrera que Arslanian. Pero yo no tengo
diferencias con el nombramiento de Lorenzo.
¿No le parece que la frase meter bala no fue feliz?
No fue feliz. Sin embargo, si a mí me preguntan qué quiso decir, y yo lo tengo
claro. Quiere decir que cuando un delincuente saca la pistola y dispara, la policía debe
disparar. Las balas que disparan los policías ante los delincuentes armados no son las
balas del terrorismo de Estado.
Patti dice algo parecido.
Patti es lo de menos.
Es un invento de Menem.
Es un Frankenstein. Yo lo dije: nosotros no lo inventamos. El saldo fue que
consiguieron lo que buscaron, que era inflarlo.
¿Quiénes buscaron?
El ultramenemismo. Corach estaba enojado conmigo, pero él inició dos días
consecutivos diciendo: Yo le pido por favor al compañero....
¿Usted cree que existió la oferta a Patti para que lo reemplace a usted en la
fórmula con Ruckauf?
Si... qué sé yo. Esto también le conviene a Patti para agrandarse. (El
ultramenemista Antonio) Cassia admitió que hizo gestiones, lo que quiere decir que
alguien le ha dicho que tiene poder para sugerirlo. Pero ese alguien no ha sido del
duhaldismo, ni Duhalde ni Ruckauf. Si existió vino del gobierno nacional. Lo cierto es
que hay un corazoncito menemista en algunos rincones de la provincia, hay gente que
perdió la interna también.
¿Usted cree que esto es una operación del gobierno nacional?
Y, si no lo es, disimulan bien. Me parece que nos quisieron joder.
A pocos días de producido el episodio, ¿qué balance le deja?
Me deja el balance de que una candidatura que debería ser vergonzosa para la gente
mínimamente decente, es motivo del comentario de los medios a raíz de estas movidas.
Finalmente, ¿quién es Patti? Un tipo que tiene una intención de voto del 10 por ciento,
un lumpen que añora los años del Proceso. Ahora, ¿a quién le conviene lo de Patti? A
la Alianza.
Su candidatura está motorizada desde el gobierno nacional. ¿Usted dice que en el
gobierno desean que gane la Alianza?
Para mí hicieron un Frankenstein y no lo pueden parar.
¿Qué pasa si pierde el peronismo, si Duhalde pierde?
Hemos hecho hizo una investigación muy profunda que dice que el país continuaría
(risas).
¿Cómo?
Creo que sería peor el gobierno de De la Rúa que el de Graciela.
¿Por qué?
Porque Graciela, si bien no sabe nada de la provincia, tiene agallas. Yo la respeto
mucho pero creo que tendrá más problemas para gobernar la provincia que Ruckauf y que
yo.
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