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SAN LORENZO, CON PUNTAJE IDEAL, SIGUE SIENDO EL UNICO PUNTERO
Es la hora de los Cuerboys

Con un excelente cabezazo de Romeo, el cuadro que tiene la guía técnica y espiritual de Oscar Ruggeri superó a Talleres de Córdoba y sumó la cuarta victoria consecutiva en el campeonato. Los chicos juegan poco, pero crecen.

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Por Juan José Panno
t.gif (862 bytes)  Abreme la puerta, Lillo”, gritó Ariel López a los 5 minutos del segundo tiempo y metió un buen desborde sobre la izquierda. Antes de llegar a la raya del fondo miró de reojo, lo vio llegar a su compadre Romeo y se la puso en la cabeza. “Abreme la puerta, Cuenca”, gritó el 9 de San Lorenzo mientras clavaba el frentazo, desde la entrada al área chica en la casita del arquero de Talleres. “Yabba dabba doo”, estalló, entonces, el grito de la multitud. Con ese gol, en una de las pocas llegadas a fondo de todo el partido, San Lorenzo ganó el partido y consolidó su posición de líder: llegó a los 12 puntos y es el equipo de mayor rating del campeonato. Si es el mejor o no, es ampliamente discutible, pero éste no es un asunto que hoy por hoy preocupe demasiado a todos los que disfrutan con la exitosa serie (de triunfos).
Las virtudes de San Lorenzo están a la vista: corre, mete, corre, marca, pone, corre, no le tiene miedo al ridículo, corre, no da por terminada ninguna jugada, corre, no le hace asco a la pierna fuerte, corre, va al frente, corre, no tiene reparos en reventar la pelota, corre, muerde,se defiende con todo, corre, se maneja con cierta comodidad en el contraataque, no da ventajas, corre, tiene dos delanteros ambiciosos, corre, corre González, corre López, corre Franco, todos corren. Las limitaciones de San Lorenzo también están a la vista: juega poquito, se apura siempre, parece desconocer la imprescindible pausa, no tiene manija, tiene dificultades cuando se le cierran los espacios y se asusta cuando lo presionan.
bu04fo02.jpg (11187 bytes)Lo que tiene y lo que le falta da como resultado un equipo duro, difícil, poco lujoso, previsible, casi nada sutil: más cerca de Los Picapiedras que de los Simpson; un equipo formado por gasoleros que tienen, sin embargo, un legítimo sueño de campeones. Es hoy un cuadro sin gracia, pero se puede pensar en Futurama si se considera la edad de la mayoría de sus jugadores: Franco tiene 22 años, Morel Rodríguez 21, Córdoba 23, González 22, Romeo 21. Michelini, que debutó ayer, Ariel López, Tuzzio y Ameli, tienen 25. El más veterano es Borrelli, que anda por los 28. En lista de espera aparecen Gallardo (20), Saric (21), Estévez (21) y Romagnoli (18). Por eso más que “dale Ciclón”, la gente canta “vamos vamos vamos los pibes, vamos los pibes” y se ilusiona con el presente de punteros y el porvenir de estos chicos aplicados, de atrevimiento contenido.
Todos parecen consustanciados con la línea que baja (y la historia futbolística) de un técnico con personalidad ganadora, Oscar Ruggeri. En el partido de ayer parecían tan preocupados en responder a los mandatos del entrenador que únicamente atacaron por la derecha, por el lado de los bancos. Y todo se hizo tan obvio como aburrido.
Michelini, encaja fenómeno en cualquier esquema que le da más importancia a la lucha que al fútbol. Se sabe todo lo que es capaz de recuperar el ex jugador de Racing; el asunto es que no le entregue la pelota a los contrarios después de cada quite y que se la alcance a los que más saben. Ayer hasta la mitad del segundo tiempo jugó como enganche Borrelli, que mostró algo de su jerarquía, pero pesó poco. Después cuando se fue Borrelli el pibe Franco dejó la raya izquierda y pasó al medio y se sintió autorizado para desplegar algo de talento. Franco, en tres o cuatro pinceladas, le dio color a la victoria de su equipo y generó un par de llegadas clarísimas (las únicas, lo mejor de la tarde) que no pudo concretar Romeo. Si el juego pasa por el pibe bue04.jpg (19242 bytes)Franco o por Borrelli; si el Chupa López se desgasta un poco menos corriendo a los defensores rivales guardando energías para el desborde, si a tanto fervor se lo matiza con un poco más de fútbol, si los pibes obedecen un poco más a sus instintos San Lorenzo crecerá rápidamente.
Ayer, los pibes de Boedo tuvieron enfrente a Talleres, un equipo que mostró la siguiente particularidad: los volantes y uno de los delanteros, Gigena, juegan a 20 kilómetros por hora y el otro delantero, FloresCoronel, a 150. Conclusión: no creó ni media situación de gol en todo el primer tiempo. No corrió demasiados peligros, porque San Lorenzo tampoco llegó en esa etapa inicial, pero cuando Talleres quiso pasar al ataque nunca encontró la marcha adecuada. Mejoró un poquito, con la entrada de Marzo y Silva, le dio un susto grande a su rival y pudo empatar en la última bola de la tarde. Después de un corner cabeceó Maydana, manoteó Campagnuolo y Marzo, solito, pero muy abierto, reventó la pelota contra el palo. “La suerte de los campeones”, dijo poniendo cara de objetivo, un hincha disfrazado de periodista, mientras pedía desesperado la hora, como todos los demás. Los hinchas de los pibes sufrieron con el partido, pero disfrutan, con todo derecho, cuando miran la tabla: cuatro jugados, cuatro ganados, únicos punteros, doce puntos de rating.

 

Ligeras ventajas
ron2.gif (93 bytes) San Lorenzo, más ambicioso, manejó la pelota y el terreno en todo el primer tiempo, pero sus llegadas hasta Cuenca no tuvieron relación con ese dominio.

ron2.gif (93 bytes) Talleres, lento y poco imaginativo para atacar, ni se acercó hasta Campagnuolo en esos 45m iniciales que resultaron de terror.

ron2.gif (93 bytes) El gol de Romeo, en el inicio del complemento, abrió algunos espacios y el juego se hizo un poco más entretenido.

ron2.gif (93 bytes) San Lorenzo, que pudo liquidarlo en un par de contraataques, se asustó al final y terminó pidiendo la hora.

ron2.gif (93 bytes) Un remate de Marzo en el palo a los 90m le pudo haber dado a Talleres un empate que en realidad, no merecía.

ron2.gif (93 bytes) Córdoba y Franco fueron las figuras del puntero.

 

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