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INVESTIGAN LA CONEXION CON UN EX MILITAR EXPERTO EN EXPLOSIVOS
Cómo fugar haciendo volar la cárcel

La policía cordobesa secuestró 14 kilos de explosivos, similares a los utilizados para volar la AMIA, y un cohete del Ejército. Pensaban derrumbar un muro de la cárcel. Investigan a un guardiacárcel y un ex militar.

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Por Horacio Cecchi
t.gif (862 bytes)  Pensaban fugar volando uno de los muros de la Cárcel de Encausados de Córdoba y, para lograrlo, necesitaban un explosivo de suficiente poder: eligieron el ANFO, un compuesto de nitrato de amonal y fuel oil, semejante al utilizado en el atentado de la AMIA. La fuga estaba planeada para el mes pasado, pero por diversos motivos se fue postergando. Nunca la pudieron lograr: en la madrugada del sábado pasado, después de un minucioso seguimiento conocido como Operativo Eclipse, la policía de Córdoba allanó una vivienda en Villa Carlos Paz, donde hallaron 14 kilos del explosivo, un detonador, armas y hasta un cohete de guerra Albatros de 70 milímetros del Ejército. Además de tres detenidos, las sospechas se concentran sobre “el Negro Luis” o “el Cobra”, un ex militar experto en explosivos, y sobre un guardiacárcel apodado “el Paisanito”.
El 14 de agosto, el misterioso “Cobra” fue visitado por la policía local. No era una visita de gentileza: llegaban con una orden de allanamiento. Registraron el inmueble, pero no detectaron nada que comprometiera al ex militar. Los investigadores buscaban datos que relacionaran al “Negro Luis” con un plan de fuga de la Cárcel de Encausados.
El penal se encuentra en el barrio Güemes, a unas diez cuadras del centro de la ciudad, y ocupa la manzana bordeada por Belgrano, Lacoste, Ayacucho y Santiago Temple. Tiene capacidad para alrededor de 700 presos pero, como la mayor parte de los penales del país, está superpoblada: conviven unos 1100 internos, entre ellos, Alejandro Gustavo Salcedo, el primero de los detenidos por el asalto a la sucursal Río Tercero del Banco de la Provincia de Córdoba, ocurrido en los primeros días de julio. En aquel hecho, Salcedo y sus socios se llevaron un botín de alrededor de 200 mil pesos.
La conexión Salcedo-Córdoba ahora está en manos de los investigadores. Lo que puso a las autoridades en alerta roja fue una carta interceptada en la que se programaba una fuga. La Cárcel de Encausados tenía su historia en fugas ingeniosas. En enero del ‘96 un grupo de presos pensaba derribar el portón con un camión de la empresa recolectora de basura CLIMA. Todo finalizó en un motín en el que hubo muertos y heridos. Pero ahora todo indicaba que se trataba de algo más espectacular. Durante un mes se estableció una estricta vigilancia durante día y noche, utilizando escuchas y miras infrarrojas. Al mismo tiempo, se registró un llamado que provenía de un celular desde dentro del pabellón de presos peligrosos, en el que se encuentra Salcedo. El celular pertenece a un guardiacárcel conocido como “el Paisanito”, pero la voz era la del preso. En la escucha se detectó la intención de Salcedo y de tres detenidos más –de apellidos Ferreyra, Avaca y Cabeza–, que pensaban fugarse. Los investigadores se preguntaban cómo pensaba Salcedo cumplir con el plan.
Según los datos que fueron reuniendo, llegaron a la conclusión de que contarían con apoyo externo, y descubrieron que la idea consistía lisa y llanamente en voltear con explosivos el muro que da a Santiago Temple, a metros de la esquina con Belgrano. Ese muro da al patio interior, con lo que el boquete habría significado una fuga masiva. En mayo, ya un grupo de presos había planeado escapar abriendo un hueco en la Penitenciaría del barrio San Martín, con una carga de trotyl, pero el explosivo estuvo mal calculado y no cumplió su objetivo. Ahora, las escuchas señalaban a Ignacio Rafael Bonet, dueño del pub For Men, ubicado en el acceso a Villa Carlos Paz.
Según publicó ayer el diario La Voz del Interior, entre los llamados recibidos por Bonet figuraban los realizados por “el Negro Luis”, experto en explosivos y ex integrante del Ejército. Todos los datos cerraban. La policía no esperó más y el 14 de agosto organizó la movida que resultó infructuosa. Al ex militar no le encontraron nada que lo comprometiera. El sábado se dispuso el último allanamiento, en la vivienda de Bonet, ubicadasobre Alvear 586, de Carlos Paz, a escasos 20 metros de la Unidad Regional III y de la comisaría local.
A las 3.30, un impresionante despliegue de policías de Investigaciones Especiales, los “swat” cordobeses del GOAT y del ETER, y de Explosivos, desalojaron la manzana y avanzaron sobre el chalet. En el interior se encontraba Roxana Vinderola, esposa de Bonet, y sus dos hijos pequeños. Vinderola fue detenida. Dentro de la casa, los policías descubrieron una pistola 9 milímetros cargada, una réplica, una calibre 6.35 con 10 cartuchos, una escopeta recortada calibre 14, un juego de esposas y un detonador. Debajo de la cama matrimonial, la pareja guardaba un cohete de guerra Albatros de 70 milímetros del Ejército. Y en la pieza de los chicos, 14 kilos de explosivos. Poco después fue detenido Bonet y el encargado del pub, Jorge Albín. La causa por los explosivos quedó radicada en el Juzgado Federal 1, de Córdoba. Según fuentes tribunalicias, es probable que no se avance más allá de los tres detenidos: el juez a cargo tiene preocupaciones en ciernes: el próximo 7 de septiembre Ricardo Bustos Fierro deberá comparecer ante el Consejo de la Magistratura, donde tiene un pedido de juicio político.

 

Odiosa comparación
Según investigadores que participaron en el Operativo Eclipse, el explosivo hallado en la vivienda allanada en Villa Carlos Paz es conocido como ANFO, una sigla que identifica un compuesto de nitrato de amonio y fuel oil. Según los expertos, podría tratarse de un explosivo semejante al utilizado para el atentado que el 18 de julio de 1994 destruyó el edificio de la AMIA, provocando 86 muertes. A diferencia de la voladura de la Embajada de Israel, para la que se utilizó un explosivo plástico denominado C-4 al que sólo pueden acceder especialistas de las Fuerzas Armadas, en el caso de la AMIA el amonal utilizado es un compuesto agroquímico. “Lo que tiene de particular –sostuvo un experto– es que sus componentes son de fácil acceso, están al alcance de cualquiera.” Una fórmula semejante es la que se descubrió para ser utilizada como explosivo en Córdoba. Pero para detonarlo hay que tener cierto conocimiento sobre el tema. También llamó la atención el hallazgo del Albatros de 70 milímetros, aunque carecía de detonador. A los investigadores no le pareció una mera casualidad el llamado del “Negro” Luis, ex militar y experto en explosivos, a la casa donde se encontró el arsenal.

 

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